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Tan cerca lo que buscamos tan lejos

Lo dije hace unos días y lo mantendré siempre. Viajar es la mejor experiencia vital que se pueda realizar. Es la manera más rápida para despejar dudas y acotar problemas. No hay nada, al menos para mí, como salir de la rutina para certificar que esta vida es algo que va mucho más allá que todos esos rollos que circulan por nuestro coco. La mejor medicina.

En esta ocasión han sido sólo cuatro días, pero tan bien aprovechados que nos han parecido diez. Una buena playa de esas que todavía parecen medio vírgenes, en la que ningún agrio te pone zancadillas y en la que está permitido y es casi obligado, despertar tu mente en busca de lugares exóticos todavía escondidos a la multitud. Existen, están aquí al lado.

Hemos vuelto a la playa del Arroz en Águilas, un lugar medio hippie que permite todo esto y mucho más, pues al caminar descubres calitas hermanas muy cercanas con menos gente todavía. Y allí que nos vamos. Autocaravana Vivir le ha cogido el gusto a eso de aparcar casi en la arena.

Una caminata matinal entre Calabardina y las Puntas de Calnegre, demuestra que hemos vuelto acertar. Infinidad de alucinantes calas, pequeñas y medianas, todas medio escondidas y algunas hasta con cuevas, convierten una mañana cualquiera en un recuerdo inolvidable.

Ya estamos preparando dos meses de verano en los que esperamos poder contar muchas aventuras, simples pero extraordinarias, que justifiquen lo que decimos y motiven tu deseo de salir, viajar, conocer y mejorar en la escala de la felicidad.