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¿No puedes verlo bien? pulsa aquí Revista de ValenciaDomingo 12 de marzo de 2023 Pelar la gamba, chuparse los dedos  ELENA MELÉNDEZ Hola ManueL La pasada semana me dejo caer por un concurso de paellas celebrado en la zona de la Marina, un evento organizado por Edu Torres, de Molino Roca, que ponía a prueba la destreza culinaria de profesionales y amateurs. Entre los miembros del jurado se encontraban periodistas, cocineros, críticos gastronómicos y algunos rostros conocidos como Paola Dominguín o Nacho Vidal. Los participantes ejecutaban la receta, muchos de ellos con destreza, calibrando los niveles de agua y sal, regulando el fuego y trabajando en el sofrito.El sol brillaba, la música sonaba, la cerveza fluía y el contexto prefallas añadía al ambiente ese no sé qué jaranero de primeros de marzo. Una vez concluidas las paellas le llegó el turno al jurado que, de manera individual o en grupitos de dos, fue recorriendo el recinto con carpeta, hojas y boli en mano, para degustar las distintas propuesTAS Y es en este punto donde debo detener la atención del lector para descubrirle una nueva forma de enfrentarse al acto de comer. Si bien los periodistas, cocineros y críticos tomaban una pequeña porción de arroz que extraían de uno de los extremos de la paella con delicadeza y precisión casi quirúrgica, observaban el tono y textura de lo recolectado, se lo llevaban a la boca de manera sobria, lo paladeaban y, tras tragar y meditar unos segundos, recogían sus sensaciones en la ficha asignada incluyendo, además de algunas palabras sueltas y comentarios, una valoración numérica, el comportamiento de Nacho Vidal difería mucho de lo que acabo de describir. El exactor, director y productor de cine porno se acercaba a las paellas con una decisión torera, como si tuviera frente a él a un becerro pendiente de doma. Él no sostenía la cuchara entre los dedos. Nacho agarraba el utensilio con la mano rodeando la empuñadora al estilo machete. Con un gesto impredecible clavaba la cuchara en la zona central, arramblando con los ingredientes que pillaba a su paso. Sin mediar preámbulo exigua. Solo Pelar la gamba, chuparse los dedos  |
Punta Canfali 
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