Uncategorized

La tragedia de los Sala Martínez: El odio en la sangre y el dinero vuelan la mansión familiar tras el asesinato de la madre

El Tribunal Supremo ha ordenado repetir el juicio mientras los protagonistas siguen amasando grandes fortunas. Las hijas hacen negocios juntas desde su inmensa finca familiar. El hijo varón, que apunta al marido de su hermana como asesino de su madre, reformó el imperio familiar del plástico para no saber de ellas

La tragedia de los Sala Martínez: El odio en la sangre y el dinero vuelan la mansión familiar tras el asesinato de la madre

PREMIUM

  • DANIEL J. OLLERO

Actualizado 

Hay familias que están abocadas a permanecer unidas, incluso aunque sus propios miembros estén deseando perderse de vista a toda costa. Este es el caso de la saga de los Sala Martínez, una familia rica, católica y bien avenida de Alicante. Primero permanecieron juntos gracias a la autoridad del patriarca. Después, por el afán de lucro para hacerse con el control del consejo de administración del multimillonario negocio familiar tutelado por la madre y, cuando ésta apareció muerta con dos disparos en la cabeza, por los juzgados de lo penal para tratar de esclarecer este delito en el que el acusado es el yerno de la finada.

Millones en juego, una empresa multinacional líder en el negocio de los polímeros, chantaje emocional a la abuela, gestos amenazantes, nietos celebrando la muerte de la yaya en redes sociales, objetos que desaparecen, cosas que cambian mágicamente de sitio, recomendaciones de contratar guardaespaldas, armas de fuego propiedad del sospechoso y una finca de 63.520 metros cuadrados en la que vive toda la saga son algunos de los elementos necesarios para entender cómo se produjo la balcanización de la flor y nata de la Comunidad Valenciana. Independientemente del resultado de la repetición del juicio -el veredicto absolutorio del primero ha sido anulado por el TSJ de Madrid a causa de un error procesal– la familia de los Sala Martínez está rota. Partida en dos.

Una fractura que, antes de la muerte de la matriarca, ya era más que evidente en dos bandos bien diferenciados que a día de hoy se mantienen irreconciliables. Por un lado, el de la madre asesinada (María del Carmen), su hermana (Antonia) y el hijo mayor (Vicente Jesús). Por otro, las tres hijas (María del Mar, Fanny y Tania), así como el marido de ésta, Miguel López, acusado del crimen.

La muerte de la madre no hizo más que ahondar la separación entre ambos bandos. Tanto en lo personal como en lo mercantil. «Vicente Jesús se plantó y dijo que no quería seguir ni un minuto más con sus hermanas», explica su abogado Francisco Ruiz Marco, que dirige la acusación particular contra el cuñado.

Entonces, comenzó una mastodóntica operación para partir el holding de empresas familiares y la finca en la que todos residían cuya negociación se prolongó durante casi un año. Sin embargo, el testamento de la madre, que había dejado a su hijo Vicente Jesús como heredero universal y a sus otras tres hijas como herederas forzosas, puso al varón en una posición favorable para controlar la empresa.

El pacto entre las dos facciones familiares se cerró sin que coincidieran en la misma habitación de una notaría de Madrid. A través de abogados, acordaron que Vicente Jesús le comprase a sus hermanas las participaciones (que eran mayoría) en la empresa familiar. A cambio, les entregó los inmuebles (entre ellos la finca familiar) y 12 millones de euros fueron a parar a los bolsillos de cada unaEn total, 36 millones más el pago en especie.

Unas hermanas que permanecen unidas familiar y mercantilmente hablando. Según ha podido averiguar LOC, las tres comparten una sociedad, Compañía Española de Resinas SL, que hereda el nombre de la empresa que constituyó el corazón del negocio que disparó la fortuna del clan de los Sala Martínez.

La empresa está gobernada por un triunvirato de las sociedades que poseen cada una de las hermanas y cuenta con unos activos de 28.502.094 de euros, según los últimos datos recogidos por el registro mercantil. Además, la sede se encuentra en la finca familiar situada en la avenida Denia de Alicante.

Por su parte, María del Mar, es dueña al 100% de MS Family Home SL, una sociedad inscrita en la calle Goya de Madrid que cuenta con casi 9,7 millones de euros en activos y un balance positivo de 30.000 euros, según los últimos datos disponibles.

Mientras tanto, Tania, es la única socia de Ainat Management SL, una sociedad inscrita en la finca familiar con otros 9,7 millones de euros en activos y un balance positivo de 16.478 euros en sus últimas cuentas.

Las tres hijas (María del Mar, Fanny y Tania) cuentan con sociedades con activos de cerca de 10 millones de euros cada una.
Las tres hijas (María del Mar, Fanny y Tania) cuentan con sociedades con activos de cerca de 10 millones de euros cada una.EFE

Además, Fanny es propietaria de Terralopsa SL, una empresa sita en la calle Zurbano de Madrid cuyas últimas cuentas disponibles arrojan unos activos totales de 11 millones de euros y un balance positivo de 59.000 euros. Una empresa en la que, además, su marido y acusado del crimen, Miguel López, figura como apoderado.

Finalmente, el hijo mayor, Vicente Jesús, se endeudó con los bancos para comprar las participaciones empresariales de sus hermanas y reformó el entramado de los antiguos negocios familiares bajo el paraguas de Hersa Enterprise SL. Una empresa radicada en el centro de Alicante que controla con el 95% de las acciones (el 5% restante está en manos de su tía Antonia, la hermana de la asesinada). Cuenta con unos activos de 73,6 millones de euros y un balance positivo de 4 millones de euros según los últimos datos disponibles en el registro mercantil.

LA BALCANIZACIÓN FAMILIAR

Mientras que el patriarca Vicente Sala -el que fuera presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo- vivió, la familia permaneció unida manu militari bajo su fuerte liderazgo. Se trataba del hombre que había logrado levantar el Grupo Samar, un imperio de los plásticos con presencia en cuatro continentes y cientos de millones de euros en ventas a los que la familia debe su riqueza. Una figura de autoridad ante sus hijos a los que impuso unos particulares hábitos en los que negocio y familia eran uno.

Prueba de ello es que Vicente Sala, su esposa, sus cuatro hijos, sus cónyuges y sus nietos tenían la costumbre de sentarse a la misma mesa a diario para comer y cenar en su casa. Un inmueble situado en una extensa finca urbana de 1,3 kilómetros de perímetro protegida por muros, cámaras de seguridad y un tupido arbolado que evita la vista de curiosos y transeúntes. En su interior, había ordenado construir cuatro majestuosos chalets idénticos de 558 metros cuadrados de planta. Una para cada uno de sus vástagos.

«Desde el fallecimiento del padre comenzaron los problemas derivados de la herencia. Una normalidad dentro de la tensión que se mantuvo hasta un año antes del crimen, cuando dejaron de sentarse todos a la mesa para comer y prácticamente se dejaron de hablar. La mayor parte de las fricciones venían por la acción de oro de la madre y su influencia en la empresa», aseguran a LOC fuentes próximas a la familia. Una acción de oro es una participación nominal que permite a su poseedor imponer su criterio al resto de acciones y accionistas en determinadas circunstancias. En el caso de los Sala Martínez, le daba el control efectivo de la sociedad a la madre, que solo manejaba el 17,5% de las participaciones, pese a que sus tres hijas acumulaban un 60% del accionariado. Sin embargo, necesitaba sus votos para aprobar las cuentas anuales.

Entonces, la tensa normalidad se convirtió en una lucha activa por el control de la empresa. Por un lado, las hijas hacían valer su mayoría. Por otro, Maricarmen y su hijo jugaban la carta de la acción de oro.

Aquí empiezan los vaivenes: las hermanas se hacen con el control de la empresa y Maricarmen utiliza la acción de oro para intentar hacer valer su voluntad favoreciendo a su hijo Vicente Jesús.

Un momento en el que el letrado Ruiz Marco también sitúa el punto en el que la relación se tensa entre los dos bandos de la familia. «Una relaciones que después quedaron definidas con el asesinato«, asegura.

Paralelamente, Maricarmen también le cierra el grifo del dinero a sus hijas y su facción amenaza con cerrar el concesionario de coches que dirigía el acusado, Miguel López, porque daba pérdidas. Se ha llegado a un punto de no retorno.

El acusado del asesinato, Miguel López.
El acusado del asesinato, Miguel López.EFE

Mientras tanto, el bando de las tres hermanas contraataca: sientan a sus hijos (los nietos de la fallecida) a la mesa del consejo de administración para presionarla. Unos encuentros en los que supuestamente uno de ellos llegó a escenificar gestos amenazantes contra Maricarmen.

Las tres hermanas también convencen a sus hijos, los nietos de Maricarmen, para que envíen WhatsApps a la abuela buscando que ésta de su brazo a torcer. El mensaje está claro: no volverán a tratar con ella hasta que cambie de decisión sobre el rol que Tania, Fany y María del Mar deben desempeñar en la empresa familiar.

«Mi madre me ha dicho que la queréis tirar del consejo de administración de la empresa. Estáis haciendo mucho daño a mi madre y yo la quiero mucho. No quiero verte más«, rezaba uno de los mensajes. Los otros cuatro restantes tenían textos prácticamente idénticos.

Unas presiones que llegan en un momento en el que la abuela Maricarmen se encuentra atravesando una depresión. Lleva desde la muerte de su marido en tratamiento psiquiátrico y escribe un diario en el que deja en evidencia su visión sobre las relaciones familiares. Se muestra muy crítica y dolida con sus hijas.

Por un lado, escribe anotaciones con acusaciones muy duras contra sus propias hijas: «Han destrozado el proyecto de Vicente [su marido fallecido] de 50 años de la empresa familiar«, «¿qué más daño nos pueden hacer?» o «van contra su madre y familia. Están locas».

Vicente Jesús y su abogado, Francisco Ruíz Marco, que ejercen la acusación particular contra el marido de su hermana.
Vicente Jesús y su abogado, Francisco Ruíz Marco, que ejercen la acusación particular contra el marido de su hermana.EFE

Sin embargo, también queda en evidencia el amor que aún las profesa pese a su duro enfrentamiento. «Dice el refrán que el que no es agradecido no es bien nacido. No quiero pensar así de vosotros. Tampoco quiero agradecimiento, pero sí el cariño vuestro y de vuestros hijos. Lo necesito ya y mucho«.

Una cariño hacia los nietos que, sin embargo, no parecía recíproco. Poco después de que la abuela Maricarmen reciba dos disparos en la cabeza cuando iba a recoger su coche en el negocio de autos que regentaba su yerno (el acusado del asesinato) uno de los hijos de este publicó una imagen en redes sociales en el que podía leerse «jaque mate».

Sin embargo, no se trataba de la única lindeza que los nietos habían publicado sobre la yaya: «Maldita zorra», «decepcionado es la palabra más falsa que tus putos bolsos» y una réplica, que acumuló 84 likes, que decía: «E hija de puta también», son algunas de las duras expresiones que sus nietos usaban contra ella.

Carmen fue tiroteada el 9 de diciembre de 2016. Casi seis años después, su hijo Vicente Jesús sigue convencido de que el marido de su hermana, Miguel López, fue quien la mató. Lo único que ahora une a esta familia es la repetición del juicio y los recursos al Tribunal Constitucional que prepara el entorno del acusado.

Aun les queda trato para años, aunque ni se hablen, ni quieran verse las caras.

Categorías:Uncategorized