FINESTRAT

Pueblo que se enorgullece
de tener montaña y mar,
algo que atrae al turismo
extranjero y nacional.
De calles limpias, bonitas,
que todos saben cuidar,
hacen que los europeos
se vengan aquí a morar.
En su parte más al sur,
en llegando a Finestrat,
hay unas casas colgadas:
es algo espectacular
que el viajero no se espera
en un simple peñascal.
En tiempos hubo un castillo,
soterrado queda ya;
la ermita del santo Cristo
se construyó en su lugar,
aquel Cristo del Remedio
que un milagro va a obrar.
Hacia el norte, el Puig Campana,
con el tajo de Roldán,
que anima a los senderistas
y a los que van a escalar.
Es leyenda conocida,
que cientos de siglos ha,
y, como toda leyenda,
a saber si fue verdad.
Por otra parte, el Ponoig,
montaña que no está mal,
y también Sierra Cortina
en el otro lateral.
Ermita, iglesia y castillo
son monumentos sin par,
construidos claramente
en la etapa medieval.
En la bellísima cala,
llamada de Finestrat,
la Cresta del Xoriguer
preside, con majestad,
unas transparentes aguas
y arena de calidad.
Algo de lo que presume
este pueblo sin igual,
muy próximo a Benidorm,
es su feria artesanal,
recuerdo del Medioevo
y famosa de verdad,
con artesanos y músicas,
con un ambiente sin par.
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