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EL CIRCO.- EE.UU. ATACA SIRIA

EE.UU.BOMBARDEA SIRIA

Donald Trump lanza un ataque de castigo contra Bashar al Assad. El presidente de EEUU ha ordenado «ataques de precisión» conjuntos con Reino Unido y Francia contra las «capacidades de armamento químico» del régimenen Siria. Con estos bombardeos, Occidente responde al presunto ataque químico ocurrido el pasado sábado en la ciudad de Duma, del que culpan a Damasco y en el que habrían muerto al menos 40 personas. Tras la operación, que será «única» porque no hay más ataques planeados según el Pentágono, Rusia ha asegurado que «habrá consecuencias».
La ofensiva ha consistido en tres ataques contra instalaciones utilizadas para la producción y almacenaje de armas químicas y pretende «establecer un fuerte elemento de disuasión contra la producción, propagación y uso de armas químicas» por parte de Al Assad, en palabras del presidente de EEUU. «Estamos preparados para mantener esta respuesta hasta que el régimen sirio detenga su uso de armamento químico prohibido», ha amenazado Trump.
Estados Unidos y Francia, junto a Reino Unido, sostuvieron antes de la ofensiva que el uso de armas químicas por parte del régimen sirio no puede quedar impune, mientras Moscú acusa al Reino Unido de montaje y ha alertado de que un ataque estadounidense o de las potencias occidentales contra Siria es inadmisible. El jefe del Pentágono, James Mattis, ha declarado que no hay más ataques planeados: «Ahora mismo, esto es un único golpe, y creo que lanza un mensaje muy fuerte para disuadirle (a Al Assad), para desalentarle de que lo vuelva a hacer (un ataque químico)».
El ataque ha sido limitado pero más contundente que la operación lanzada por Trump en abril de 2017, cuando se lanzaron más de 50 misiles Tomahwak contra instalaciones militares sirias en respuesta al uso de armas químicas en Jan Sheijun, donde perdieron la vida más de 80 personas. Según Washington, en esta ocasión se ha utilizado el doble de armamento en «una operación precisa para evitar víctimas civiles».

El primero de los ataques, ocurrido cerca de Damasco, tuvo como objetivo un centro de investigación científico utilizado, según el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Joseph Dunford, para «la investigación, desarrollo, producción y pruebas de armas químicas y biológicas».
Además, cuatro aviones de combate Tornados de las Fuerzas Aéreas británicas (RAF) han atacado un deposito de armas químicas ubicado al oeste de la ciudad de Homs, que según Dunford almacenaba las principales reservas de gas sarín en manos del Gobierno de Al Assad. Finalmente, las potencias occidentales han destruido otro almacén con armas químicas y un «importante centro de comandancia» ubicados cerca del segundo objetivo al oeste de Homs.
Los ataques desde esos aviones se efectuaron tras haberse establecido que la antigua base siria era empleaba por el régimen de Assad «para guardar precursores de armas químicas, que eran almacenados infringiendo las obligaciones de Siria en virtud de la Convención de Armamento Químico», según un portavoz del ministerio de Defensa del Reino Unido.
Las fuerzas sirias han tenido más de dos días para trasladar aviones y otros equipos militares a las bases rusas en Latakia, Tartus y Khmeimim, donde permanecen bajo la protección de las defensas antiaéreas S-400 de Rusia. El ejército sirio ha desalojado a las tropas de infantería de sus bases y dispersado sus fuerzas armadas lo máximo posible desde que Trump amenazó con una intervención.

La agencia estatal siria, SANA, ha asegurado que las fuerzas de defensa aérea del país «están haciendo frente al ataque estadounidense-franco-británico contra Siria». SANA difundió este breve mensaje poco después de que Trump anunciara el inicio de la operacion militar. La agencia oficial no ofreció más detalles sobre posibles objetivos alcanzados por el ataque, ni datos sobre eventuales daños o bajas humanas. Por su parte, la ONG Observatorio Siria de Derechos Humanos informó de que la ofensiva tiene como blanco «los centros de investigación científica, varias bases militares, sedes de la Guardia Republicana y la Cuarta División en la capital y sus alrededores».
Para la ‘premier’ Theresa May «no hay alternativa practicable al uso de la fuerza» en Siria. La líder conservadora indicó hoy que se han agotado «todos los canales diplomáticos posibles» antes de acordar con Estados Unidos y Francia una acción coordinada en respuesta al supuesto ataque de Duma. «Este modelo persistente de comportamiento debe frenarse, no solo a fin de proteger a inocentes en Siria de muertes y bajas espantosas ocasionadas por armas químicas, sino también porque no podemos permitir la erosión de la norma internacional que evita el empleo de esas armas químicas», afirmó May en un comunicado.

Rusia: «El ataque tendrá consecuencias»

El ataque lanzado hoy contra Siria «no se quedará sin consecuencias», advirtió el embajador de Rusia en Washington, Anatoli Antónov. «Los peores presagios se han cumplido. No han escuchado nuestras advertencias. Nos vuelven a amenazar. Habíamos advertido de que estas acciones no se quedarán sin consecuencias. Toda la responsabilidad recae en Washington, Londres y París», dijo Antónov en una declaración oficial difundida por la Embajada.
El Ministerio de Defensa ruso dijo horas antes de la operación que «dispone de pruebas que atestiguan la participación directa del Reino Unido en la organización de esta provocación en Guta Oriental (Duma)». Según el portavoz de la cartera, Ígor Konashénkov, los militares tienen grabaciones con entrevistas a habitantes de la ciudad donde «cuentan en detalle cómo se desarrolló este montaje, en qué episodios participaron y qué hicieron».
El portavoz de Defensa aseguró que los militares rusos «saben con certeza» que entre el 3 y el 6 de abril los llamados «cascos blancos» (la ONG que denunció el ataque en Duma) fueron «fuertemente presionados» por Londres con el fin de acelerar la puesta en escena del montaje. Rusia insiste en que el supuesto ataque no existió y que Estados Unidos y sus aliados buscan usarlo como pretexto para atacar al régimen sirio