Desde que en 1933 se hizo el primer trasplante de riñón en Rusia, hasta hoy, mucho se ha avanzado en este tema. No sólo órganos como el riñón, corazón, pulmón, hígado, etc., sino también, se traplantan tejidos y células. Todavia recuerdo con mis 12 años, en 1967, el impacto que causó a nivel mundial el primer trasplante de corazón realizado en Ciudad del Cabo por el Dr. Barnard.
En España se hizo el primer trasplante en 1955, en Barcelona. Se creó en 1989 la Organización Nacional de Trasplantes que nos ha llevado a ser el país con el índice más alto del mundo como donantes de órganos, 35,1 por millón de habitantes. Supone un elevado coste para nuestea sanidad, pero merece la pena el esfuerzo de todos para salvar, prolongar o mejorar la vida de tantas personas.
Hasta aquí todo correcto. El problema surge cuando salta la noticia de compra de órganos, que en España no es legal. En otros paises como China, Pakistán , India y algunos paises de hispanoamérica, si lo es. Las alarma de los límites éticos se encienden enseguida. A todos nos pilla un poco a contrapié. Sucede como con el aborto, la prostitución, la eutanasia, el testamento vital, etc., todos temas muy delicados en el que nos cuesta tener un criterio común o fijo. Todo dependerá de que le pueda afectar a uno, o no. No voy a valorar los límites jurídicos y legales, que para eso están las leyes y habrá que cumplirlas si queremos vivir en un estado democrático. El problema son los límites éticos y morales que nos puedan plantear estos asuntos.
En España se permite la donación de un vivo siempre que existan lazos afectivos o familiares y siempre que sea en plan altruista. Funciona muy bien la compleja red del organismo de trasplantes, pero aún así, hay lista de espera que a veces se hace muy angustioso para el enfermo.
Aquí no es legal vender órganos pero, ¿es ético ?. Estamos hablando de que yo, que estoy sano, soy compatible con un receptor, puedo » donar/vender» parte de mi cuerpo sin menoscabar mi salud a un ser que lo necesita y que por otra parte, con lo que recibo en pago, alivio mi situación económica. ¿ Se puede aplicar aquí el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo como hacen los proabortistas ?. Por otra parte yo, como enfermo, si veo que la única posibilidad de seguir con vida es someterme a un trasplante, ¿ no puedo intentar comprar ese órgano, siempre y cuando no perjudique ni atente contra la vida de mi donante ?. Lo que no puedo es contratar a un sicario de la mafia para que me traiga un órgano de un secuestrado o de una persona asesinada.
Es difícil. Me pasa como con el aborto, no soy partidario de él, porque pienso que se atenta contra la vida de un ser vivo, pero ¿ quién soy yo para decidir lo que hace otro con su cuerpo ? Tampoco soy partidario de la eutanasia, pero allá cada cual con lo que decide sobre su vda. No soy partidario de la prostitución, pero si es la mujer la que decide vender su cuerpo libremente, ¿ qué tengo yo que decir ?. Hoy puedo pensar de una manera, pero a lo mejor mañana tengo que cambiar de opinión por verme inmerso en uno de esos dilemas. Igual tenemos que dejar de ser todos un tanto hipócritas con nuestras vidas.
Lo confieso. Tengo un criterio inicial sobre estos temas, pero es algo muy personal y no sé si resistiría la prueba del algodón si me viera involucrado en uno de esos temas. Y ustedes ¿ cómo lo ven ?.
DESDE MI OTERO
desdemiotero.blogspot.com
Francisco Javier Reverte Lledó
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