Este viernes 27 de septiembre se celebraba el Día Mundial del Turismo, que este año llevaba por lema: “Turismo y Agua”. Y si hay una persona a la que se le debiera haber reconocido por haber traido el agua, ese no es otro, que el que fuera Alcalde de Benidorm, Rafael Ferrer Melià, que además de no haber sido premiado o reconocido por tal labor, dudo, de que si le habrían invitado al acto de entrega de los reconocimientos, premios y distinciones que hace todos los años el Ayuntamiento de Benidorm en este día.
Además, el Ayuntamiento ha hecho el ridículo como viene haciendo desde hace varios años. Quitando el primero, que si que mereció la pena vivirlo, lleva unos años, que además de convertirse en un día institucional por parte de la administración local, se queda todavía más reservado políticamente, y vienen a reconocer los amigachos o los pocos que tiene el Ayuntamiento en la ciudad. Un día, que debería ser un día festivo para la población, ya que Benidorm vive del Turismo, apenas notándose en sus calles, excepto en la Calle Gerona, dónde se montó un escenario con grupos en directo, siendo patrocinado por parte de los pubs que allí habitan. Pero Benidorm no es solamente la Calle Gerona, ni tampoco vive del turismo inglés, aunque muchos quieran o crean que es así.
Un día venido a menos, dónde muchos se ponen medallas que luego no valen ni para coleccionarlas. Pero como todos tienen que vivir, pués porque un día tengan trabajo los chatarreros, tampoco viene mal.
Manolo Mora