Abrir en navegador Encarni Bao AguirreLunes 3 de noviembre de 2025 Trump reina en el caosHola, Manuel: Su condición de ‘pacificador en jefe’ no le impide a la vez generar conflictos que, de algún modo, después podría ‘solucionar’. Ahí está su despliegue naval en el Caribe para moverle la silla a Nicolás Maduro, o su repentina atención sobre el asesinato de cristianos ¡en Nigeria! Pero los verdaderos ‘huesos’ que perturban la estabilidad mundial se resisten a sus oficios.¿Alto el fuego?Las familias recuperaron los cuerpos de tres militares israelíes entregados la víspera por Hamás y cuya correcta identidad verificó Trump antes que Benjamin Netanyahu. El presidente de EE UU se lleva el agradecimiento por el difícil avance de la devolución de secuestrados fallecidos, y el primer ministro israelí ejerce con entusiasmo el papel de recordar que quedan los restos de ocho por recobrar. En lugar de proveer los medios para agilizar su localización y dejar de bloquear el sistema para identificarlos correctamente, en medio del apocalíptico escenario de Gaza, el jefe del Gobierno hebreo administra a su conveniencia el alto el fuego que entró en vigor el 10 de octubre.Las operaciones israelíes en la Franja, en algunas jornadas con 14 horas seguidas de bombardeos, se han cobrado en este tiempo la vida de más de dos centenares de palestinos, incluidos decenas de niños. Es Netanyahu el que fija las ‘exigencias de seguridad’, que a menudo coinciden con sus siempre aplazadas visitas al tribunal que le reclama por corrupción.Sobre el terreno, entre ataques continuos, los gazatíes se afanan, con suerte ayudados por palas, en recuperar los restos de unos 10.000 palestinos sepultados entre los escombros de las que fueron sus casas.La ayuda humanitaria comprometida en el acuerdo entre Washington y Tel Aviv entra con dificultad en la Franja. Apenas un centenar de camiones diarios, cuando se anunciaron 600. La seguridad israelí sigue sin garantizar el correcto suministro. Y los militares estadounidenses presentes en el llamado centro de mando civil-militar dedican sus drones a grabar imágenes con las que acusan a Hamás de apoderarse de los envíos. Sin mayor verificación, aprovechan las supuestas evidencias para mantener a los gazatíes sin productos básicos para la subsistencia y a los hospitales desabastecidos.Debacle moral Yifat Tomer-Yerushalmi era, hasta el día 31, la responsable de enjuiciar las violaciones del derecho internacional por el ejército israelí. Después de dos años de ofensiva terrible contra los gazatíes se supone que no le habrá faltado trabajo. El día 31, la generala comunicó al jefe del Estado mayor que había aprobado la publicación de un vídeo que documenta la violación de prisioneros palestinos por parte de soldados en la prisión de Sde Teiman.Son hechos de 2024 y los palestinos los consideran la confirmación de la reiterada violación de los derechos de los encarcelados por Israel. Lejos de emprender una investigación, el jefe de Estado mayor destituyó a la fiscal militar. El caso tomó un cariz estremecedor ayer, cuando durante horas la militar estuvo desaparecida. Al final fue encontrada con vida en Tel Aviv, después de que el hallazgo de su coche y una supuesta nota de suicidio desataran los peores temores.Los supuestos autores de los actos deleznables en Sde Teiman dieron una rueda de prensa enmascarados, junto a sus abogados, para declararse víctimas de un linchamiento. No en su país, desde luego, donde el gran problema no son las violaciones, sino que se hayan difundido las pruebas. Con más de 60.000 civiles muertos sobre su conciencia, Netanyahu lamentó el domingo que el conocimiento del vídeo causa «el peor daño a la reputación de Israel» en toda su historia como Estado.Controlar la narrativaLa última vez que el primer ministro hebreo estuvo en la Casa Blanca, cuando aceptó el plan para interrumpir la ofensiva en Gaza, Trump le anunció que ahora «todo el mundo volvería a querer a Israel». Netanyahu, sobre el que pesa una orden de detención del Tribunal de La Haya por presuntos crímenes de guerra, no las tiene todas consigo. Por de pronto, ha conseguido que el Tribunal Supremo se tome su tiempo para examinar la petición de facilitar el acceso a la Franja a los medios internacionales. Y entretanto, prepara una campaña mediática cuyo objetivo, segunda la agencia YNET, es «controlar la narrativa».El propósito de Tel Aviv sería permitir la entrada de informadores israelíes y de otros países con escolta del ejército en áreas controladas por Israel en las que apenas quedan palestinos. Ante la certeza de que los periodistas prodigarán «informaciones antiisraelíes», se dispondrán «sitios de demostración» de cómo operaba Hamás en áreas civiles. «Cuando llevemos a periodistas de visita, debemos explicarles lo que sucedió», lo que al parecer incluirá cuestionar el número de muertos en la Franja, o desvincularlo de los ataques hebreos. Algunos expertos ‘amigos’ dudan de que Israel pueda responder al tsunami que se le vendrá encima, y recomiendan «agachar la cabeza, dejar que pase la ola y seguir adelante».Había tomahawks En el nuevo Pentágono de Trump todavía no se ha perdido el gusto por la verdad. Los lectores recordarán que el presidente de Ucrania reclamaba la venta de misiles de largo alcance para apoyar su campaña en territorio ruso. Pero el republicano se escudó en el Departamento de Defensa (ahora de Guerra) para negarlos, con la excusa de que los necesitaba EE UU. No debía de ser así cuando ha trascendido que el Pentágono, incluso antes de la última reunión con Volodímir Zelenski, recomendó al presidente estadounidense que los entregara. Ni por materializar otra venta de armamento a Europa cede el mandatario.De hecho, en las últimas semanas predomina su desapego hacia la suerte de los ucranianos. Ahora que la cumbre con Xi Jinping terminó en bluff, Trump se dice partidario de abandonarlos a los designios de Putin. «No hay mucho más que podamos hacer. No afecta a China, no afecta a EE UU. Ganamos dinero enviando armas a la OTAN». Y, peor aún, antes de verse con el presidente chino anunció pruebas nucleares que Washington no llevaba a cabo desde hace 32 años. En su entusiasmo después de recientes ensayos de lanzamiento de misiles por Rusia -de propulsión atómica, sin carga atómica- Trump hasta se equivocó de agencia al encargar las detonaciones.Una situación ideal para un dirigente tan inestable: pruebas nucleares carísimas y obsoletas. Su vicepresidente, J. D. Vance, argumenta que «hay que comprobar que el arsenal funciona». «Sabemos que funciona», añade cuando repara en la estupidez. |