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Crónica

La enredadera de lobistas prochinos del PSOE: «Zapatero abrió camino y luego han estado llegando otras viejas glorias del partido para hacer negocios»

Con Rodríguez Zapatero al frente, ex ministros como Moratinos, Sebastián y Blanco, así como dirigentes hoy ubicados en Presidencia, cultivan una relación a veces ambigua y poco clara con el gigante asiático y sus intereses. Sobre el ex presidente, diplomáticos se preguntan por «su papel exacto» y por «cuánto dinero se

Lucas de la CalTexto (Pekín)

Josetxu L. PiñeiroIlustración

Actualizado Domingo, 19 octubre 2025

Después de que los soldados chinos acribillaran a balazos y aplastaran con sus tanques a los estudiantes que protestaban en la Plaza de Tiananmen en 1989, la Unión Europea impuso varias sanciones a China, entre ellas el embargo en materia de venta de armas. Más de 15 años después, durante su primera visita oficial como presidente al gigante asiático, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero declaró en público que apoyaría la suspensión de ese embargo de armas que pesaba sobre un país en plena explosión económica.

El entonces líder español defendía que esa sanción era un anacronismo, que ya no tenía sentido porque Pekín se estaba esforzando mucho en su apertura económica e integración. Zapatero presionó para que se levantara el embargo, aunque la mayoría de los países de la UE no estaban de acuerdo porque defendían que se trataba de una sanción necesaria dado el historial del régimen en derechos humanos. Muchos altos funcionarios chinos nunca olvidarían la empatía del español.

Un año después del primer viaje de Zapatero a Pekín, el entonces presidente chino, Hu Jintao, le devolvió la visita en Madrid, donde ambos gobiernos firmaron un acuerdo de asociación estratégica que estrechó las relaciones comerciales y acercó las inversiones chinas a España. Esto fue impulsado personalmente por Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores, quien recibió pomposas bienvenidas en las cinco visitas oficiales que realizó a China. Aquellos años, en los corrillos diplomáticos de Pekín comenzó a circular el dicho —hoy repetido por funcionarios chinos y europeos— de que «España es el mejor amigo de China en Europa».

En Pekín también gustó la iniciativa de cooperación global presentada por Zapatero en la ONU, la Alianza de Civilizaciones, formalizada en 2005 y que defendía un patio internacional más multipolar, término adoptado por la propaganda china tiempo después en su lucha por disputar la hegemonía a Estados Unidos. Hace unos meses, en conversaciones con este periódico, un delegado del gobernante Partido Comunista Chino (PCCh) de una importante empresa estatal decía que Zapatero y su Alianza de Civilizaciones habían sido una fuente de inspiración para la parte diplomática del programa estrella de la política exterior china, la nueva Ruta de la Seda (La Iniciativa de la Franja y la Ruta, el nombre oficial), que abraza decenas de proyectos de infraestructuras por todo el mundo.

En los últimos años, es habitual ver en ciudades chinas eventos diplomáticos y de cooperación internacional patrocinados por la Alianza de Civilizaciones, cuyo actual alto representante, quien manda en esta organización, es Moratinos. En Pekín no olvidan los elogios públicos del ex ministro español sobre el «extraordinario cambio social, económico y político» en China, mientras que desde las cancillerías de otros países europeos criticaban la represión en el Tíbet durante una oleada de disturbios en esa región. Moratinos asoma de vez en cuando por el país, aunque a visitas a China nadie gana a Zapatero.

CONTRADICCIONES

«Hay una contradicción enorme con los frecuentes viajes del ex presidente a China: aparece por aquí a título personal o como cabeza visible de alguna asociación española o europea de amistad con China, invitado por una organización del PCCh o por empresas a las que asesora sobre inversiones en España. En algunas de estas ocasiones, Moncloa pide a la embajadora de Pekín o a los cónsules que acompañen a Zapatero a reuniones que este tiene con políticos locales, y todo ello no consta en ninguna agenda oficial. Es una absoluta anormalidad», cuenta una fuente diplomática española que conoce bien el país asiático.

«Todos sabemos que Zapatero hace tiempo que cumple bien como lobista para China. Él vende que muchos de sus viajes son para proteger los intereses de España, para ayudar a atraer inversiones a nuestro país. Hay una parte de verdad en eso porque, gracias a él, se han conseguido muchos contratos beneficiosos para España. Pero, aunque desde el Gobierno hagan como que el ex presidente realiza esa labor desinteresadamente, muchas veces sus gestiones defienden más los intereses de Pekín», opina otro diplomático. «Zapatero abrió camino y luego han estado llegando a China otras viejas glorias del PSOE para hacer negocios», añade una tercera fuente.

Zapatero aparece como presidente del Europe-China Economic Cooperation and Development Council (ECECDC), una organización financiada por entidades estatales chinas que promueve los intercambios comerciales entre China y la UE. También es la cara visible de dos think tank prochinos en los que ejerce como presidente del consejo asesor, Gate Center (con el que Moratinos ha colaborado) y la Fundación Onuart, ambos ligados a empresarios chinos cercanos a Pekín y que promocionan proyectos, especialmente en América Latina, bajo el paraguas de la nueva Ruta de la Seda. A esto hay que sumar que Zapatero es miembro del «claustro de honor» de Cátedra China, otro think tank muy próximo al PCCh, el más activo en cuanto a actividades e ideología, que ha llevado de excursión al país asiático este año —en viajes sufragados por órganos del omnipresente partido— a grupos de diputados y alcaldes españoles, todos del PSOE o de sus socios.

Zapatero ha sido invitado continuamente a foros en el país asiático organizados por la Asociación de Amistad del Pueblo Chino con el Extranjero (CPAFFC), uno de las principales agencias de propaganda e influencia del Ministerio de Exteriores chino. Está hermanada en España con la Asociación de Amigos de China, presidida en estos momentos por el también socialista Antonio Miguel Carmona, quien fuera diputado en la Asamblea de Madrid y concejal en el Ayuntamiento de la capital.

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