Acercar los visitantes a los vecinos y que estos no se sientan desplazados son retos que afronta el sector turístico. Algunos pagos en lugares clave están ya sobre la mesa de debate

Una Mariña sin costa que también atrae al turismo

Pablo Villapol 

El fenómeno del turismo en la comarca de A Mariña no es solo una nota a pie de página sino que se convirtió en el sector que más puestos de trabajo genera y que más dinero mueve en toda la zona. Para ir modelando este fenómeno y que no acabe por ser algo contraproducente o que se arruine, uno de los retos que se plantea es el del acercamiento del turista a la población local y viceversa. Conseguirlo no es algo sencillo y en el foro que la Mancomunidade de Concellos de A Mariña celebró en Ferreira se pusieron sobre la mesa algunas propuestas que ya se están valorando.

Uno de los aspectos que se señaló es la importancia de conseguir que la industria turística se vea como algo que implica a todos porque de otro modo se generan movimientos parecidos al de la turismofobia «que luego resultan muy difíciles de revertir», según reconoció el moderador de ese foro y ponente de la Onu para turismo, Iñaki Gaztelumendi. 

Para trabajar en esa línea también se considera importante la continuidad de pequeñas empresas, porque en general son percibidas como de mayor cercanía por parte de la gente.

La vicepresidenta de la Mancomunidade y alcaldesa de Barreiros, Ana Ermida, recalcó que todo ello no tendrá ningún sentido si no se ofrecen a la ciudadanía los servicios básicos necesarios, como abastecimiento de agua, recogida de basura o atención médica «e os concellos non temos medios para facelo. E menos cando nun concello coma o de Barreiros, duns 3.000 habitantes, houbo días nos que tivemos a 19.000 persoas«.

Idea de cobrar en lugares concretos

Otra propuesta que se planteó, por parte de la presidenta de Acisa Ribadeo y de la FCAM, Carmen Cruzado, fue la de abrir el debate de cobrar en lugares concretos. Ella puso como ejemplo As Catedrais, donde se permite el acceso en periodo estival y de Semana Santa de 4.812 personas al día.

Cree que ese flujo de gente «está desaprovechado hasta el punto de que tenemos constancia de que mucha gente que va a visitar la playa ni tan siquiera sabe dónde está. Muchos creen que está en Asturias. También habría que mirar cómo revertir esa gente para que se acercase a Ribadeo y otros concellos de la comarca».

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La donostiarra Nere Ariztoy certificó sus palabras indicando que «no es mala idea hacer un cobro pequeño, que sirva para que la gente aprecie lo que ve, y el que va, que tenga un mínimo interés y no lo haga por inercia o por moda».

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