Jordi Sevilla y decenas de socialistas críticos se organizan para un futuro sin Sánchez: «Está en fase terminal»
Urquizu, Rodríguez, Bofill, Freixas, Ibarra…, entre los citados: «Ni conspiradores ni desleales; debe haber un cambio con gente nueva y nuestra ay
Madrid
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La sensación de que el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez agota su ciclo ha prendido en buena parte de la ciudadanía y también en los partidos. Las encuestas se escrutan al milímetro, los mensajes se afilan y las maquinarias empiezan a engrasarse con la vista puesta ya en un nuevo periodo electoral que se estrenará en el primer semestre de 2026 en Castilla y León y Andalucía, antesala, salvo adelantos hoy imprevistos, de un 2027 con urnas en todas las autonomías -salvo Cataluña, Euskadi y Galicia- y en el conjunto del país.
Sánchez insiste en que agotará el mandato, que resistirá 20 meses más, pero lo cierto es que la tensión política que padece el país juega en contra de ese deseo. La impresión de que ha empezado una cuenta atrás se extiende, también dentro del PSOE, y los motores comienzan a calderase centrados en las urnas y también en lo que pase después.
«Tiene que haber un cambio, esto se tiene que mover». Este es el mensaje que se fraguó el miércoles en la comida que reunió en Madrid a más de medio centenar de ex dirigentes del PSOE, muchos con carné y otros que lo han roto en los últimos años; concejales y miembros de federaciones provinciales; algunos intelectuales y un buen número de afiliados jóvenes.
El hilo conductor de un encuentro que se fraguó vía whatsapp, de boca a oreja, con llamadas telefónicas es el de intentar impulsar una «corriente», crear una «estructura», planear, en definitiuva, una «estrategia» para afrontar un escenario que todos vislumbran próximo: «la fase terminal del Gobierno» y la «necesaria sucesión» en la secretaría general del PSOE y en los puestos de mando del partido.
El lugar de la cita, junto al Congreso de los Diputados y la fecha elegida, coincidiendo con un día de Pleno, es ya una declaración de intenciones. No quieren ocultarse. Están convencidos de que el momento exige salir a la luz y quitarse la etiqueta de «antisanchistas» pero empezando a tejer los hilos para impulsar y arropar una candidatura que sea alternativa al intento de Pedro Sánchez, que muchos de ellos sospechan, de seguir al frente del partido aunque pierda el Gobierno.
Los ex ministros Jordi Sevilla y Virgilio Zapatero; el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; la ex portavoz en el Congreso y, después, tras abandonar el PSOE, eurodiputada de Ciudadanos, Soraya Rodríguez; los también eurodiputados Alejandro Cercas y Pedro Bofill; el sociólogo y ex diputado, Ignacio Urquizu; los catedráticos Teresa Freixas y Antonio Elorza; el ex secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, y el ex presidente del Senado y ex consejero de Estado, Juan José Laborda fueron algunos de los participantes. Muchos de ellos tomaron la palabra.
Un asistente al encuentro pone el acento en que no se trató de una reunión de «conspiradores» y que del clima general se desprendió la sensación de que los críticos están dejando de temer represalias o ataques desde el actual oficialismo.
Este participante atribuye una de las intervenciones más claras al ex ministro de Administraciones Públicas en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Jordi Sevilla, y resume así su mensaje: «El cambio tiene que venir de la mano de las nuevas generaciones pero con nuestra ayuda. Hay que desprenderse de la carga de la culpabilidad porque no somos desleales».
Entre los asistentes más desconocidos, explican las fuentes, también hubo quien puso voz al momento de «incertidumbre» que se abre en el PSOE ante el escenario previsible de un «sanchismo sin Gobierno» que pretenda perpetuarse con Pedro Sánchez como secretario general. Y ante esta inquietud, la intención de la mayoría de los reunidos es la de respaldar las voces críticas internas, «que todo sea más respirable, que quien disienta se sienta acompañado» y sobre todo alentar un relevo con savia nueva.
El convencimiento que tienen muchos de los participantes en la cita de que Sánchez intentará mantenerse al frente del partido lo sustentan, en buena medida, en la decisión de lanzar como candidatos en Andalucía, Madrid, Aragón o Valencia a sus ministros más fieles: María Jesús Montero, Óscar López, Pilar Alegría y Diana Morant.
«No lo ha hecho con la esperanza de que ganen, él sabe que es prácticamente imposible, lo ha hecho para que tomen el poder en las federaciones y controlar así orgánicamente el partido. Es un movimiento con la vista puesta en la salida de La Moncloa», explican.
El acuerdo general entre los asistentes fue el de mantenerse en contacto y empezar a «articular algo: una plataforma, una estructura, una corriente» que desemboque en la presentación de una alternativa en el próximo Congreso del PSOE, una opción que haga bandera de la socialdemocracia, del constitucionalismo y del diálogo con la otra gran formación: el Partido Popular.
Abogan por la necesidad de impulsar y apoyar a gente nueva y activa a fin de «fomentar una corriente capaz de expresar internamente la oposición y la crítica que ya se manifiesta fuera». Y pretenden hacerlo, añaden, «con propuestas desde el socialismo, no desde el antisanchismo».
Los consultados dan por hecho que los referentes históricos del PSOE, Felipe González y Alfonso Guerra entre otros, ahora esquinados cuando no vapuleados por los actuales dirigentes del partido, están al tanto de este movimiento. «Muchos de los que estaban allí mantienen contacto con ellos. No hay duda de que a través de ellos están al corriente», aseguran.
Ayer, varios de los asistentes al almuerzo de El luarqués, se congratulaban tras escuchar las palabras del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, la voz más crítica con poder que se eleva ahora en el PSOE.
Page, en una entrevista en Antena 3, desgranó la teoría que mantiene desde hace muchos meses y que compartía con el recientemente fallecido ex presidente de Aragón, Javier Lambán.
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El dirigente castellano manchego asegura no moverse del «solar de la socialdemocracia», -un mensaje muy similar al que repitieron los asistentes a la comida- y cree que la época que actualmente atraviesa el partido «pasará» y regresará al lugar que siempre ocupó.
Emiliano García Page que en múltiples ocasiones ha afirmado que, además de España, «le duele» su partido, sigue confiando en que «el PSOE vuelva a ser el PSOE». Él reitera no tener ninguna ambición orgánica y se descarta de cualquier carrera por hacerse con el liderazgo de la formación.
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