Así trabajó la UE el nuevo giro de Trump con Ucrania: «Llevar a Sánchez no ayudaba»
Bruselas se felicita de que el presidente de EEUU vea viable ahora que Ucrania mantenga la integridad territorial tras la alarma de A

Actualizado Jueves, 25 septiembre 2025
El nuevo giro de Donald Trump esta semana en favor de que Ucrania mantenga su integridad territorial hace parecer muy superada la crisis que provocó en la UE, pero no hace de eso ni mes y medio. A mitad de agosto, Trump encendió todas las alarmas y desató un frenético intercambio de llamadas entre dirigentes europeos de vacaciones.
Fue cuando recibió a Vladimir Putin en Alaska y dio por hecho de la guerra en Ucrania se acabará con «algún intercambio de territorios». Con esta premisa, contraria a la posición oficial europea desde la invasión, el estadounidense despidió el viernes 15 de agosto a Putin tras un evidente acercamiento y citó para el lunes 18 en Washington a Volodimir Zelenski. Entre medias, hubo un fin de semana infernal para los líderes europeos, según relatan a este diario fuentes implicadas en lo sucedido, porque Trump se disponía a echar por tierra toda la estrategia occidental hasta la fecha de no permitir ninguna victoria rusa en suelo ucraniano.
«Las imágenes de Alaska fueron difíciles de asimilar», resumiría después la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ante la Eurocámara. Ella y los principales gobernantes europeos resolvieron que lo primero era que Zelenski no debía ir solo a Washington. Había que acompañarlo para intentar convencer a Trump entre todos, con todo su peso comercial, de no ceder así.
El estadounidense, que nunca rechaza una buena foto internacional, aceptó la comitiva. El canciller alemán, Friedrich Merz, el presidente francés, Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer, eran fijos, además de Von der Leyen. También se invitó a unirse al grupo a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que mantiene cercanía política con Trump, aunque sin que eso haya librado a su país del golpe arancelario.
También se escogió al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, cuyos elogios a Trump en la última cumbre aliada son difíciles de superar incluso para subordinados en la Casa Blanca. Y la guinda fue el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, compañero de golf de Trump y una voz que éste escucha.
¿Y Pedro Sánchez? «Llevar a Sánchez no ayudaba en el objetivo de convencer a Trump», explica a este diario uno de los altos cargos implicados. El enfado del estadounidense con el español en la cumbre de la OTAN por el gasto militar persiste y se trataba de correr riesgos cero en la difícil visita a Washington.
Aquel viaje paró aparentemente el golpe previo de Alaska y «desde entonces se han hecho avances reales», según Von der Leyen. Putin también ha colaborado irritando a Trump con sus operaciones en espacio aéreo aliado desmintiendo que fuera proclive a pactar.
El resultado es que el presidente de EEUU dice esto ahora en aparente cambio: «Creo que Ucrania, con el apoyo de la UE, está en condiciones de luchar y recuperar toda su forma original. Con tiempo, paciencia y el apoyo de Europa y la OTAN, las fronteras originales desde donde comenzó esta guerra son una opción viable. ¿Por qué no?».
Las fuentes consultadas saben que Trump tiende a acuerdos con Putin y que este cambio puede no ser definitivo, pero, de momento, se saborea. Olof Gill, portavoz de la Comisión Europea, asegura que el giro «no ha sido por casualidad», sino por «el trabajo incansable» de Von der Leyen y los dirigentes europeos. Pese a la imagen de sumisión, la Comisión también reivindica haber logrado el mejor acuerdo comercial aceptado hasta ahora por Trump. El trabajo pragmático produce más frutos por ahora que el choque, pero es temerario dar por alineado al imprevisible e insolidario líder de EEUU.
Categorías:Uncategorized











