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Oriente Próximo

Árabes israelíes critican la ofensiva militar en la Franja: «Los palestinos en Israel no estamos dispuestos a que su pueblo en Gaza sea abandonado»

Defienden que la vuelta de todos los rehenes, la liberación de presos palestinos y la retirada israelí del enclave es la fórmula más sencilla

Aline Nasra, una conocida activista del partido Jadash, en una concentración.
Aline Nasra, una conocida activista del partido Jadash, en una concentración.Sal Emergui

Sal EmerguiTel Aviv

Tel Aviv

Actualizado Miércoles, 17 septiembre

«Nosotros protestamos dando voz al 21% de la población palestina en Israel que no está dispuesto a que su pueblo sea abandonado en la Franja de Gaza. Nosotros seguimos y respiramos cada día lo que pasa allí», cuenta el presidente del Consejo Superior de la Sociedad Árabe en Israel, Mohamed Barakeh. Al frente de la principal asociación del sector árabe, este ex diputado en el Parlamento israelí aboga por un acuerdo de tregua que establezca «la vuelta de todos los rehenes, la liberación de presos palestinos y la retirada israelí de la Franja de Gaza. Es la fórmula más sencilla y lógica para salvar vidas».

Barakeh explica los últimos actos de protesta, como la que unió recientemente a varios miles de musulmanes y judíos: «Hicimos muchas manifestaciones en el norte del país y en esta ocasión quisimos protestar en el corazón de Tel Aviv junto a muchos amigos judíos que se oponen a la guerra y apoyan la paz. Nos manifestamos contra la guerra, el genocidio y la hambruna que Israel realiza en la Franja de Gaza y en Cisjordania«.

«No se trata de una guerra contra Hamas sino contra el pueblo palestino si ves el número de casas dañadas o destruidas y que la mayoría de muertos son civiles», denuncia en una entrevista con EL MUNDO.

Independientemente de las multitudinarias protestas en Israel para pedir la vuelta de los secuestrados y las que posteriormente se dieron específicamente contra el Gobierno de Netanyahu, las manifestaciones organizadas por el liderazgo árabe fueron aumentando a medida que avanzaba la ofensiva israelí en la cada vez más devastada Franja de Gaza en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023.

Antes de hablar sobre el fin de la guerra, preguntamos a Barakeh sobre su inicio, el ataque terrorista de Hamas en Israel. «Todo el sufrimiento del pueblo palestino en su historia no justifica el daño a un solo niño israelí y todo el sufrimiento del pueblo judío en su historia no justifica el daño a un solo niño palestino», contesta. Y añade: «Estamos en contra del ataque contra civiles inocentes. Debemos recordar el marco de la ocupación y la negativa a dar derechos al pueblo palestino, pero repito que no justifica atacar a ningún civil».

«Nosotros somos parte del pueblo palestino y debemos actuar para que se pueda vivir y soñar en Gaza», afirma Aline Nasra, una conocida activista del partido comunista Jadash que exige el fin de la guerra. Procedente de la localidad de Abu Snan en el norte de Israel y residente en Tel Aviv, esta joven se declara «palestina con ciudadanía israelí. Soy tercera generación de la Nakba«. Se refiere al término en árabe que significa Catástrofe en alusión a la expulsión y huida de 700.000 palestinos en la guerra del Estado de Israel en 1948. «Yo apoyo una vida compartida entre judíos y árabes basada en la paz e igualdad, el reconocimiento de Nakba y la solución para los dos Estados«, comenta.

«Pero la solución ahora más urgente es el alto el fuego en Gaza. Queremos el fin de la guerra que dé a los palestinos en la Franja de Gaza la posibilidad de vivir como merecen», nos dice.

Pero entre los 2.130.000 árabes israelíes, hay otras voces. Yoseph Haddad, por ejemplo, defiende desde hace años a Israel convirtiéndose en uno de sus principales y más rotundos portavoces no oficiales ante el tsunami de críticas en el mundo. Así reaccionó al citado acto de protesta: «Hoy tuvo lugar una manifestación de hipócritas en Tel Aviv contra el Tsáhal [ejército] con eslóganes de incitación y mentiras antiisraelíes como genocidio, apartheid y ocupación».

«Mientras los soldados arriesgan sus vidas por ellos y los secuestrados se pudren en el cautiverio, ellos salen a manifestarse con mensajes de Hamas», añadió Haddad, árabe cristiano que se alistó de forma voluntaria al ejército israelí -su sector no está obligado- y resultó herido de gravedad en la guerra contra el grupo armado libanés Hizbulá en 2006.

Volvemos a Barakeh para preguntarle por qué cree que la guerra continúa tras dos años. «Hay una mezcla de ideología y política. Netanyahu, Smotrish y Ben Gvir creen en la Gran Israel, pero también hay una evidente motivación política», responde. Según él, «Netanyahu quiere alargar la guerra lo más que pueda para seguir en el poder porque si la guerra acaba, deberá dar respuesta al pueblo a través de elecciones y entonces no volverá a ser primer ministro».

En los últimos años, los árabes israelíes afrontan con dolor y a veces impotencia un sangriento reto: la violencia interna. En lo que va de año, la cifra de asesinados por actos de delincuencia común o del crimen organizado en su comunidad supera los 180 en lo que constituye un aumento respecto al año pasado.

Este sector, que tenía un representante político (Raam) en la anterior coalición de Gobierno israelí y hoy cuenta con dos partidos en el Parlamento en Jerusalén, también piensa en las elecciones del 2026. Tras la división en los anteriores comicios, que en cierta forma contribuyó a la victoria del bloque formado por la derecha, dos partidos ultraderechistas y otros dos ultraortodoxos, se multiplican las gestionar para la formación de una lista árabe unificada como sucedió en 2015 con la Lista Conjunta convertida en la tercera fuerza política de Israel. «Ojalá todos los partidos árabes se unan en una lista unificada para representar a todo el pueblo palestino y tener más fuerza en la Knésset para lograr muchas cosas como en el pasado», apunta Nasra en Tel Aviv, con un ojo puesto en Jerusalén y el otro en Gaza.

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