El Gobierno escala el boicot a Israel hasta Eurovisión y el COI para descolocar al PP: «Hay un genocidio y ellos hablando de prostitución»
La causa palestina es un asunto en el que Sánchez se siente cómodo: lo ve como un flanco de desgaste para Feijóo y le permite poner sobre la mesa un asunto que desplaza otros
Raúl PiñaMadrid
Madrid
Actualizado Martes, 16 septiembre 2025 – 03:12
- Gobierno Sánchez pide la expulsión de Israel de las competiciones internacionales mientras asegura que los españoles «defienden su idea de forma pacífica»
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Hay temas que para un político o un partido son como el Angliru, un puerto en el que se sufre mucho. Otros son como un descenso rápido y técnico que se disfruta. El debate social y político sobre el «genocidio» en Palestina, acrecentado y con gran altavoz por las protestas que impidieron disputar la última etapa de la Vuelta, es para el Gobierno terreno favorable y para el PP, creen en La Moncloa, una rampa dura. El apoyo de Pedro Sánchez a las movilizaciones, la defensa del Gobierno de éstas, la imposibilidad de disputar la etapa en Madrid, y las críticas del PP, sumado a su freno a hablar de «genocidio», han recrudecido la batalla política.
La causa palestina es un asunto en el que Sánchez se siente cómodo, donde ha mantenido una misma dirección, le permite conectar con sus socios de gobernabilidad, lo ve como un flanco de desgaste para Alberto Núñez Feijóo y permite al jefe del Ejecutivo poner sobre la mesa un asunto que desplaza a otros, mientras recobra un perfil internacional que aparece más difuminado en otros asuntos como Ucrania. «No hemos perdido peso internacional», proclaman en La Moncloa, apelando a la causa palestina o al hecho de que Madrid acoja esta semana las negociaciones comerciales entre EEUU y China.
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«Nos dieron muchos palos cuando reconocimos el estado palestino. El PP nos acusó de traicionar a Europa. Ahora otras potencias nos siguen. Incluso Europa suspende el acuerdo con Israel como pedimos. Sobre Palestina, el que ido abriendo puertas ha sido Pedro, no ya sólo como presidente de España, sino como líder de la Internacional Socialista. Es quien ha marcado el paso de los socialdemocrátas», reflexionan en su equipo.
Pero la causa palestina no sólo permite reconstruir el perfil internacional de Sánchez, también centrar el debate en España en esta cuestión, y quitar del foco otras más incómodas -como los asuntos judiciales que preocupan al Ejecutivo- y ofrece, analizan en la sala de máquinas del Gobierno, un tema que desgasta al Partido Popular. «El PP no tiene una postura razonable sobre Gaza y, además, tienen un problemón con Madrid», explican fuentes gubernamentales. «Ayuso es la que ha liderado este asunto. Feijóo intenta sacar la cabeza pero no puede. Lo que estamos viendo son miles de muertos, niños que mueren de hambre… Hay un genocidio y ellos están hablando de prostitución -en alusión a los negocios de la familia de Begoña Gómez-».
Sánchez ha acelerado su choque con Israel: afeó en Jerusalén a Netanyahu su respuesta tras el ataque de Hamas porque «no debe implicar la muerte de gente inocente en Gaza»; reconoció el estado de Palestina; abanderó en Europa la suspensión del acuerdo de asociación con Israel; presentó hace una semana un decálogo de medidas contra este país… Ahora pide la expulsión de Israel de las competiciones internacionales, sean deportivas o culturales. Se apela al COI, la FIFA, la UCI -que ayer cargó contra Sánchez y censuró «la instrumentalización del deporte con fines políticos»-… y a Eurovisión. Tras semanas de presión por parte de miembros del Gobierno, hoy el presidente de RTVE propondrá al consejo de administración la retirada de España de Eurovisión si Israel participa.
«De los tres principales asuntos que se debaten a nivel internacional -Rusia/Ucrania; Gaza; EEUU/China- lideramos una de las causas y en otra, los protagonistas se están reuniendo aquí», presumen en el Ejecutivo. Y la visión que tienen del PP es que Feijóo «está a por uvas». Creen que la presión que ejercen tanto Vox como Isabel Díaz Ayuso lo aprisionan en una posición imposible, en la que los populares se niegan a hablar de «genocidio», como ya lo hacen sin tapujos en el Ejecutivo, e, incluso, hay destacados líderes que niegan que se esté cometiendo. «No tienen estrategia. En La Moncloa, pese a un arranque de curso con un discurso duro, perciben que Feijóo tiene ahora un «tono más bajo», pero que juega a una «bipolaridad que no tiene sentido». «Está claro que hay miedo, no quieren molestar a Miguel Ángel Rodríguez -jefe de gabinete de la presidenta de Madrid- y a Ayuso porque no quieren que le haga un Casado». Creen que la posición y fuerza del PP de Madrid condiciona los movimientos y estrategia de Feijóo: «Siendo condenar el genocidio lo más inteligente no lo hace porque no atiende a sus votantes sino a su parroquia interna, donde manda el PP de Madrid».
Hay quienes en el Gobierno recuerdan una experiencia propia para tratar de buscar explicación a lo que hace el PP: lo que le pasó al PSOE con Podemos allá por 2016. «Feijóo tendrá un dilema parecido al que tuvimos nosotros cuando Podemos crecía, aunque ellos más acentuado con Vox. Estás perdiendo votos porque te estás radicalizando pareciéndote a Vox y provocas que la gente prefiera al original y no a la copia; pero, a la vez, pierdes votos porque la gente busca algo radical y necesitas radicalizarte para frenar la sangría de votos».
Si hay disputa Gobierno-PP, en el espectro izquierdo Sumar y Podemos juegan su propia partida contra Israel, en una competición entre sí para ver quién va más allá y quién arranca al PSOE qué medida. Yolanda Díaz viene empujando dentro del Gobierno para ir a posiciones más drásticas, pero no ha sido hasta las nuevas medidas contra Israel cuando ha podido presumir de haber condicionado la agenda. No obstante, ahí siguen sin atender la reclamación de retirar a la embajadora española o para romper relaciones diplomáticas y comerciales.
En la gesticulación de Sumar hay un factor de presión muy fuerte por Podemos. Los morados, sin ataduras con el PSOE, hacen de la causa palestina una de sus principales armas de oposición. Asfixian a diario a Sánchez por «vacilar» con su «palabrería» y lanza un órdago: si quiere sus votos para los Presupuestos tiene que romper relaciones con Israel.
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