
Leopoldo Bernabeu
Ahora que acaba de morir el 50% de ese maravilloso dúo que ideó la canción “el final del verano”, Manuel de la Calva del Dúo Dinámico, dando máximo sentido a tan acertado título, se reúne de nuevo el Consejo de Ministros, a la vuelta de ese caliente y caluroso tiempo estival, que ha dado para mucho si nos atenemos a la orden de lo que ordenan estos tiempos que, en lo básico no han cambiado, pero que sí han impuesto, por obra y gracia de esa herramienta de esclavitud llamada internet, la obligación sempiterna de estar informados hasta cuando dormimos. Las cosas siempre han sucedido, la diferencia es la voracidad con la que ahora nos las venden.
Y no crean que lo han hecho para demostrarnos que estos días de sosiego les han servido para reflexionar sobre su esquizofrénica forma de actuar, al objeto de corregirse con decisiones que a más de uno nos dejarían sin capacidad de teclear palabra alguna, sino para constatar que el título de esta columna sigue tan vigente como el día que decidieron apartarse del foco y dejarnos respirar sin tener que escuchar sus vipéridos nombres y apellidos. Se empecinan en recordarnos que vivimos una época que, por suerte, será recordada por las futuras generaciones como una herida más en la historia de esta gran nación, a la que de vez en cuando, les nacen y crecen energúmenos de esta calaña, que hacen lo imposible por retorcer con su incompetencia lo que funciona, y condenarnos con su ignorancia y egoísmo a años de salvaje disparidad llena de sinsentido. La superaremos.
Entre el pacto de estado climático, como mejor idea de un presidente del Gobierno que ha tenido que acudir a los focos del conflicto escoltado por decenas de policías y evitar así un nuevo Paiporta, y el registro nacional de pirómanos, ideado con urgencia por el líder de la oposición desde la sede central en Génova por aquello de que nadie pueda decir que no han trabajado, reconozco que, aunque también sería criticable, la mayoría habríamos preferido que se hubieran quedado callados. Da verdadero miedo cuando se ponen a pensar. Es tal la magnitud del insulto que profieren a los españoles con sus astracanadas, que tiendo a pensar que no son conscientes de lo que hacen y dicen, de lo contrario, y si existiese un pelín de sentido común, se morirían de la vergüenza.
Dos ideas, vaya por delante, que no van a resolver nada, servir para menos, pero que sí se consolidarán como futuros organismos, dícese nuevos chiringuitos, donde colocar más enchufados, tipo Barcones, para mayor escarnio de los que sufrimos la vergüenza ajena de verla explicarse. ¿Qué nos jugamos?. ¿De dónde sacará Sánchez a esta pléyade de analfabetos e incompetentes?. Luego se quejan, unos y otros, de que VOX esté disparado en las encuestas. Desconozco si lo que proponen los de Abascal podría resultar solución idónea alguna, pero el españolito medio agradece que al menos, les hablen en castellano claro, alto y entendible.
¿Está usted entre los que se pregunta para que queremos un gobierno central que cada vez que sucede una catástrofe: volcán en la Palma, dana en Valencia o fuegos en el norte de España, se sacude la responsabilidad desviándola hacia las regiones, añadiendo que si quieren algo que lo pidan?, o es de esos que que se pregunta ¿para que sirven las comunidades autónomas y sus brutales estructuras funcionariales, si cada vez que se produce una desgracia en su zona, se quedan a esperar a que venga papá Estado a solucionarlo?. Imagino que estará en ambos dilemas, ¿verdad?.
Pues mientras todo esto sucede, los de la UCE, Unidos contra España, no despegan el pie del acelerador. El ínclito Puigdemont sigue con sus ultimátum desde su guarida de Waterloo, y los Otegi y Junqueras, entre homenajes a terroristas y exigencia de libertad para los pocos que quedan en las cárceles, avanzan con sus reuniones para exigir más y más para Euskadi y Cataluña. Estos sí que saben, tanto como sus voceros Nogueras y Rufián, bien adiestrados en ese Parlamento al que desprecian, pero del que reciben 10.000 eurazos cada mes. No sufran, romper no van a romper nada. A ningún gobierno han sacado la décima parte de lo que están consiguiendo con este traidor de Sánchez, mientras Yolanda Díaz ya se sabe un residuo político con fecha de caducidad. Nadie va a romper con esta amalgama Frankesntein, sabe de sobra que de aquí van la mitad al paro y la otra mitad al banquillo de los acusados. Para más inri, los pocos sensatos que van quedando en ese socialismo ya extinguido en Europa y a punto en España, se van muriendo, como Lambán.
Mientras tanto todos entretenidos con el jueguecito de la inmigración ilegal, que vuelve a ponerse de actualidad tras los fuegos en vías de extinción y a la vuelta de un mes que, desde el punto de vista judicial, trae las togas más cargadas que nunca, con la UCO en vías de sorprendernos de nuevo, y un Koldo García, el único del cuarteto del Peugeot que todavía no se ha sentado con ningún periodista, y del que presumo que tiene que estar preparando algo bastante explosivo.
Seguimos con la fiesta del reparto de los famosos 4.000 menas “hacinados” en Canarias y que deberían haber sido distribuidos por España hace más de año y medio, de los que muchos habrán pasado a ser mayores de edad durante esta larga trifulca, magistralmente gestionada por la izquierda, que deja con permanente cara de alelado a Clavijo y que consiguió que el Maquiavelo de Sánchez, se partiese la caja de risa viendo como hace trece meses supuso la ruptura de todos los gobiernos autonómicos compuestos por PP y Vox. Algunos no son más tontos porque no se entrenan. ¿Cuánto tiempo llevamos con la misma cantinela?, el suficiente para hayan seguido llegando al mismo lugar y por las mismas terroríficas vías, 70.000 inmigrantes más antes de que finalice este año. ¿Habías escuchado este dato?, ¿te das cuenta de que manera más vil nos toman el pelo unos y otros?. Me queda la intriga por ver como va a actuar ahora Feijóo ante el problemón, copiado de Canarias a Baleares, donde su presidenta Prohens ya no sabe que hacer con los casi 5.000 que acaban de llegar a sus islas. ¿Seguirá dando la misma larga cambiada?.
La presión migratoria que hoy asfixia a nuestras islas terminará por convertirse en el principal problema de España en breve. Recordémos que son historias de vida llenas de esperanza y dolor. Engañarles no es la solución, traicionar nuestras costumbres, tampoco. No podemos seguir siendo la puerta sin control de entrada a Europa, sólo por querer conseguir unos cuantos votos más. Arriesgan su vida en busca de un futuro mejor, sin saber que aquí no van a encontrar el paraíso que se les promete, sometiendo a los nuestros a emociones encontradas, debatiéndose entre la solidaridad que nos caracteriza como pueblo y la preocupación al convertirse en hordas descontroladas.
¿Cuándo esta caterva de hipócritas vividores piensa coger el toro por los cuernos y ofrecer una solución real y duradera a este problema endémico?. Está en el origen y lo saben, no en el destino, en el que además muchos de ellos se dejan la vida. Imperdonable. Mientras todo esto llega, no me queda otra que desearles que disfruten lo votado.
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