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El arquitecto alicantino Roberto Pérez Guerras, delante de rascacielos Negurigane JUAN CARLOS SOLER

Benidorm m
12/07/2025
Actualizado 14/07/2025 a las 04:10h.
Si hay un rascacielos en Benidorm cuya historia guarda secretos o curiosidades sorprendentes, ese es el Negurigane. Para empezar, su nombre ya evoca una atmósfera de misterio, porque se podría traducir del euskera como «cresta dorada y ciudad de invierno».
Así lo ha explicado en la reinauguración o fiesta de las Bodas de Plata la vicepresidenta de la comunidad de propietarios, Rosa, quien ha dedicado unas palabras de homenaje y recuerdo al promotor de este edificio singular, José Ignacio de la Serna, vasco como ella que se afincó en la ciudad alicantina con su familia, y artífice de este «faro referente de Benidorm» que desde entonces «la gente admira». En su día, fue el más alto de España y uno de los techos residenciales de Europa.
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Desde el punto de vista arquitectónico, queda encuadrado en el estilo brutalista (con sus materiales a la vista, sobre todo, el hormigón exterior) y en su concepción y diseño hay múltiples detalles singulares. «Me siento orgulloso y estoy hasta nervioso», ha confesado el arquitecto Roberto Pérez Guerra, junto a una serie de carteles de los «dibujos hechos a mano» que poco antes del cambio de siglo y milenio hizo cuando fraguó esta creación. «Nos inspiramos en el Mar Mediterráneo y los voladizos son diferentes para imitar con su forma las olas», rememora, mientras señala hacia el cielo para que todos vean ese alineamiento ondulado de los balcones que, efectivamente, emula los movimientos marinos. «No se pudieron montar andamios de abajo hasta arriba, sino de dos en dos plantas», ha recordado, acerca de la complicación de la obra.
No fue la única licencia o capricho, por así decirlo, que se permitió Pérez Guerra para pergeñar esta obra. Decidió que además de la piscina junto a la planta baja, quería otra en altura, para «tomar el sol con vistas al mar», y para asegurarse de que ningún otro rascacielos le tapaba la visión, dibujó un esquema con las torres situadas en esa línea hacia la costa, para colocar esa terraza con baño justo encima. Exactamente, en la planta 26 de las 40 del Negurigane, lo que obligó a reforzar pilares y estructura desde la base hasta ese punto intermedio
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