La ZBE entrará en funcionamiento en pruebas el 1 de enero de 2024 en una superficie de 74 hectáreas | El proyecto no prevé nuevas restricciones de tráfico aunque sí se controlará el paso de vehículos en toda el área acotada
Benidorm | 21·11·23 | 14:07 | (leído)

Señalización actual de la avenida del Mediterráneo incluida en la ZBE de Benidorm. DAVID REVENGA
Una ‘app’ para gestionar desde un teléfono móvil los permisos de acceso, conocer los mejores itinerarios o los aparcamientos disponibles y recibir información. Así podrán los residentes, turistas y tejido productivo poder pedir las autorizaciones para poder circular por la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Benidorm, una medida que se pondrá en marcha, en pruebas, el 1 de enero de 2024 y que abarcará una zona de 74 hectáreas en Poniente, Levante y el centro.
Así lo avanzó el alcalde Toni Pérez este martes junto al edil de Movilidad, Francis Muñoz, y un técnico de este departamento, quienes explicaron todos los detalles del proyecto. La implantación de la Zona de Bajas Emisiones viene contemplada en la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, dentro de la cual se recoge la obligación de que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes apliquen distintas actuaciones encaminadas a fomentar una movilidad urbana más sostenible, con entrada en vigor a partir del 1 de enero de 2024.
¿Cómo se podrá acceder a esas 74 hectáreas incluidas en la ZBE? A ella podrán acceder todos los vehículos de residentes de la Zona de Bajas Emisiones, transporte urbano y vehículos con autorización especial. En el caso de tener un vehículo sin distintivo ambiental y residir o estar empadronado en el interior de la ZBE, también se podrá acceder. Así, según explicaron las mismas fuentes, se les otorgará una moratoria anual que se podrá ir renovando en el Ayuntamiento de Benidorm. A ello se suma la regulación de excepciones para permitir el acceso temporal y/o puntual, tramitando la correspondiente solicitud a través de esa aplicación.
Esta tecnología entrará en funcionamiento en enero y permitirá a los usuarios gestionar desde su teléfono móvil permisos de acceso, conocer los mejores itinerarios o los aparcamientos disponibles y recibir toda la información relacionada con este proyecto. Además se creará una oficina de atención ciudadana para atender todas las dudas y sugerencias «in situ».
Con todo, el Ministerio de Transportes todavía no se ha pronunciado sobre la solicitud de una moratoria impulsada por muchos ayuntamientos de todo el país; Benidorm fue uno de los solicitantes. Aun así, la ciudad pondrá en marcha estas restricciones en la fecha indicada, por lo que Benidorm está ya ultimando el despliegue de elementos tecnológicos para iniciar esa primera fase en pruebas que, según explicó el alcalde, se «prolongará al menos hasta después de verano» (quizá más allá si finalmente se decreta la moratoria) y que servirá para «testar la nueva tecnología, para regular y adaptar los protocolos de acceso, circulación y gestión de la ZBE, así como para introducir posibles mejoras» que vengan de la mano de ciudadanos, colectivos o agrupaciones, dentro de un proceso participativo que se va a mantener abierto para este proyecto. Además, mientras dure esa fase de pruebas, no se prevé imponer ningún tipo de sanción hasta que «se vaya modulando todo».

El acceso al Tossal de La Cala con el paso a vehículos restringido. DAVID REVENGA
Aunque Benidorm lleva años con restricciones de acceso en algunas zonas como la primera línea de Levante y Poniente, parte del centro urbano, y los accesos al Tossal de la Cala y la Cruz, la implantación de esta medida abarcará un total de 74 hectáreas, aunque, según el alcalde, «no se prevén nuevas restricciones» a las que ya existen actualmente. El objetivo es «ordenar la movilidad, dar fluidez a la circulación, disminuir los ruidos, evitar los tráficos superfluos en zonas de mayor tránsito peatonal; en definitiva más seguridad y más protagonismo de los peatones».Los grandes ayuntamientos del PP mantienen las Zonas de Bajas Emisiones
Y, ¿cómo? Pues sin barreras físicas más allá de las que ya existen para permitir el acceso a zonas peatonales como el Calvari o el casco antiguo, sino que el sistema contará con cámaras de lectura y reconocimiento de matrícula que son las que controlarán por dónde circula cada vehículo y si tiene permiso para ello. Así, será la señalización vertical la que marque donde se inicia o termina la Zona de Bajas Emisiones. Por ejemplo, como la existente en la avenida del Mediterráneo o Armada Española que ya avisa a los conductores de que el tráfico está restringido.
Además, se sumarán dispositivos ya instalados, como los sensores ambientales que permitirán conocer la evolución y resultado de las medidas, porque una de las finalidades de esta ZBE es precisamente la de «reducir las emisiones de CO₂, tener menor contaminación acústica, que en nuestras calles haya menos riesgo de atropellos…», según indicó el alcalde. En definitiva, «mejorar la vida de miles de personas, que ya han visto un antes y un después en sus barrios en los últimos cinco años, y que van a seguir viéndolo a partir de ahora». A todo ello se sumará esa ‘app’ de gestión.
Implantación progresiva
El alcalde explicó que la aplicación de esta medida será «progresiva, flexible y se adaptará a las necesidades de residentes, turistas y sector del transporte». Es decir, «se trata de facilitar el acceso a todo el mundo que tiene un destino». Para ello, estará esa aplicación al alcance de vecinos, turistas o cualquier sector que necesite circular por la ciudad. Por ejemplo, en el caso de una mudanza, un vehículo que acuda a una boda a la Iglesia de San Jaime… «Habrá una vía para que ágilmente se pueda obtener esa autorización porque hay un destino marcado», indicó el primer edil.
Además, los residentes de estas zonas podrán darse de alta para poder tener autorización para llegar a sus hogares y los turistas también la obtendrán cuando acudan a un alojamiento de las zonas acotadas, así como, por ejemplo, los repartidores de mercancías.

La avenida Armada Española donde ya se implantó la ZBE en Benidorm. DAVID REVENGA
El alcalde insistió en que «para el ciudadano no va a haber un gran cambio en su día a día, sino que la gestión será mucho más sencilla». Porque en 2016, cinco años antes de la ley, el Ayuntamiento ya aprobó su Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) para ordenar la movilidad del municipio bajo unas «premisas que nos han permitido recuperar espacios para el peatón, mejorar la accesibilidad, impulsar el uso de medios de transporte más sostenibles como la bicicleta, generar miles de plazas de aparcamiento disuasorias y facilitar la recarga de vehículos eléctricos».
La ciudad ha vivido ya actuaciones que han restringido el acceso y medidas de peatonalización en el casco antiguo y el barrio de El Calvari; y, en febrero de 2022, se recibió una subvención de 3.170.250 euros de los fondos Next Generation, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, de los que 1.422.000 euros se destinaron “directa e íntegramente a la implantación de la Zona de Bajas Emisiones”. Dentro de estas inversiones figuran la obra de la avenida Armada Española, la creación de calles de plataforma única en la zona de Maravall, o la implantación de nuevas calles de preferencia peatonal, al tiempo que se han mantenido o instaurado controles de acceso y circulación en el casco antiguo o ambos paseos marítimos.
La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Benidorm abarcará una superficie total de 74 hectáreas del término municipal, divididas en tres zonas: Levante, con 31 hectáreas, que abarcan el tramo de la avenida del Mediterráneo desde Europa hasta Plaza de la Hispanidad, las calles aledañas y el casco antiguo; la zona Centro, que abarca 35 hectáreas, comprendidas entre las avenidas de l’Aigüera y Jaime I; y la zona de Poniente, que se corresponde con las 8 hectáreas que configuran la primera línea desde Jaime I hasta Vicente Llorca Alós.
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