| Esteban Beltrán, de Amnistía Internacional | ![]() ![]() | ||
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| Hola, Manuel. Te escribo muy impresionado porque hace unos minutos he leído el testimonio de un compañero de Amnistía Internacional que trabaja en la Franja de Gaza. Habla de la falta de combustible, comida y agua. También de cómo es trabajar investigando crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos entre bombardeos constantes, escuchando historias de personas llenas de dolor porque han perdido a toda su familia. Es sobrecogedor. Manuel, nuestro compañero (no podemos decir su nombre por razones de seguridad) nos ha pedido que compartamos contigo sus palabras. Aquí las tienes: “Primero, fui a la ciudad de Gaza para obtener combustible para el coche, y gracias a Dios conseguimos combustible suficiente para dos semanas, lo que es un logro enorme teniendo en cuenta las circunstancias; esto también era un motivo de preocupación teniendo en cuenta los precios desorbitados. Segundo, no podemos ducharnos ni lavarnos, pues el agua en la Franja [de Gaza], sea para beber o para lavar y lavarse, es increíblemente escasa. Hay que comprarlo todo. Tercero, en cuanto a la comida, comemos sobre todo verduras; hemos comido pollo dos veces, pero sin pan, porque si quiero comprar pan, tengo que hacer como mínimo 7 u 8 horas de cola. Cuarto, en cuanto a lavar la ropa: tengo que comprar ropa nueva cada cuatro días por la escasez de agua. Sólo lavo mi ropa de trabajo. Quinto, en cuanto al trabajo de campo: trabajamos en medio de bombardeos continuos e incesantes, y preguntamos sobre los casos más mortales en los que han muerto civiles y personas desplazadas. En estas peligrosas condiciones, somos las únicas personas que seguimos trabajando sobre el terreno para documentar violaciones de derechos y crímenes de guerra… Durante mi trabajo de campo, mientras recojo información sobre el crimen, me reúno con personas que han perdido a toda su familia, mujeres, niños y niñas, personas mayores. Escuchando acerca del horror del crimen, no puedo seguir escribiendo. Voy a salir un momento para respirar y llorar y volver después a mi trabajo. Saludos a mis colegas y, por favor, recen por nuestra supervivencia en esta sucia guerra. Y, por último, colegas, se me ha olvidado añadir que estoy en la calle porque bombardearon mi casa.” No tengo mucho más que añadir, Manuel. Sólo que, a pesar de las dificultades, seguimos trabajando sin descanso. Investigamos, documentamos violaciones del derecho internacional y recogemos testimonios para que no queden impunes ninguno de los crímenes de guerra que están cometiendo todas las partes del conflicto. Nada de esto sería posible sin la ayuda de nuestras socias y socios. Manuel, si puedes, quiero pedirte que hoy des un paso más y te unas a Amnistía Internacional para ayudarnos seguir haciendo nuestro trabajo. Necesitamos a personas comprometidas con los derechos humanos, como tú. Gracias por haber llegado hasta aquí. ![]() Esteban BeltránDirector de Amnistía Internacional – Sección Española |
Categorías:Benidorm




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