Benidorm

Entrevista a Pepa Orozco Cortés

Benidormense de pura cepa

P: Dime, Pepa, ¿vuestra familia, por parte de padre y madre, es de Benidorm?

R: Todos somos de Benidorm. No sabría decirte a qué siglo se remonta mi ascendencia. Mi abuelo tenía una almazara; mi padre montó una tienda de ultramarinos, en 1945, en la propia casa familiar (desde 1967 alquilada para hotel) hasta que se dedicó a los camiones. En esa tienda vendíamos vino de Monóvar; como todas las dependientas eran chicas, de la familia, se la conocía por “Les xiques del vi”. Tuvo mucha importancia en la época. Después, mi padre se dedicó al transporte de mercancías, antes de casarse: llevaba vino de Monóvar a Galicia y de allí traía pescado para La Mancha; también se dedicó a repartir agua por las casas. En los años sesenta, con el boom de la construcción, mi padre se hizo con varios camiones y se dedicó a transportar materiales: Orozco Transportes y Excavaciones, S. L. Hoy día, la empresa familiar la lleva mi sobrina Mireia, ingeniera de caminos.

P: ¿Me puedes hablar de tu infancia, de tus estudios?

R: Tuve una infancia muy feliz. Hace 60 años Benidorm era un pueblo pequeño, el centro se reducía a pocas calles; todos nos conocíamos y éramos amigos. Hemos jugado mucho. Algo de lo que siempre me acuerdo es de la academia de baile que se montó en Benidorm una profesora profesional cuando yo tenía 10 añitos; todas las amigas íbamos a aprender ballet, al tiempo que nos enseñaban a andar correctamente por la calle, a cuidar el movimiento del cuerpo; de esa manera, me inicié en la música clásica en general y en la española en particular. Estudié la primaria en el colegio de las monjas, después, bachiller en el Lope de Vega; y cursé la carrera de Magisterio en Valencia.

P: Creo que en tu juventud quisiste hacerte monja, ¿no?

R: Sí, a los 19 años se me despertó la vocación religiosa; estuve seis años en Zaragoza, en el convento de Santa Ana, donde daba algunas clases por mi condición de maestra. Y lo mismo que me vino la vocación, se me fue: una experiencia vital de la que no me arrepiento. Nunca estuve casada, creo que no tengo vocación de madre, tengo bastante con mis sobrinas.

P: ¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional? ¿En qué has trabajado?

R: Durante el tiempo que estuve con las monjas, me dedicaba a dar clases; cuando volví a Benidorm, quería hacer Oposiciones, e incluso irme a Roma para estudiar Teología, pero mi padre me sugirió la idea de llevar el negocio familiar, a partir de los años 80; y acepté. Después de 30 años, ya jubilada, todavía voy por la oficina a echar una mano. He trabajado siempre muy a gusto y ahora estoy viviendo feliz mi jubilación. Es un negocio próspero, a excepción de algunos momentos de crisis, como en el 1992 y en el 2008.

P: ¿Has estado atraída por la política?

R: La política siempre me ha gustado, pero reconozco que no tengo disciplina de partido.

P: ¿Eres festera? ¿Eres muy religiosa? ¿Participas en actividades culturales?

R: Soy muy festera. Todavía continúo en la Peña “All amb tomaca”. He sido presidenta de las Fiestas Patronales en un par de ocasiones (en 1991, la primera mujer presidenta, y en 1999). Precisamente, uno de mis logros fue que a las reuniones fuéramos todos juntos, hombres y mujeres. Soy muy religiosa: estoy en el Consejo parroquial, pertenezco a varias cofradías. Por otra parte, soy socia de la Unión Musical de Benidorm; y participo en todo lo relativo a la cultura: exposiciones, conferencias, teatros; me intereso por todo. Y he ocupado cargos como los de pregonera y mantenedora de las Fiestas Patronales. Ah, y he sido Presidenta de la Asociación Española contra el cáncer.

P: ¿Has recibido algún homenaje, diploma o distinción por tu labor en cualquiera de los ámbitos tratados?

R: El ayuntamiento me concedió la insignia de oro. Figuro en el libro “Gent de Benidorm” y fui una de las 50 mujeres que el ayuntamiento distinguió hace apenas un par de años, con una exposición temporal de fotos en diferentes lugares del pueblo. Como tú me insinuabas antes, pienso que, tanto en el Libro como en la Exposición de fotos, falta gente que también tendría que haber figurado; espero que haya más ediciones de una cosa y de la otra para incluir a más personas que se lo merecen.

P: ¿Cómo ha acogido la gente de Benidorm a los que venía de fuera, a trabajar o de vacaciones? ¿Ha habido algún problema de integración?

R: Eso depende de la actitud de cada uno. Benidorm es una ciudad hospitalaria desde siempre. Los forasteros han sido muy bien acogidos; y muchos de ellos se han integrado convenientemente (otros se han encerrado en una burbuja y han tenido menos trato con los demás). En cuanto a los turistas, antiguamente los había de mejor calidad; en la actualidad se distinguen frecuentemente por las borracheras y los ruidos, sobre todo por los apartamentos turísticos y por la flexibilidad de los horarios.

P: ¿Cómo has visto la evolución de Benidorm en estos últimos cincuenta años?  ¿Qué crees que le falta a nuestra ciudad (o le sobra) para que sea un destino turístico y de calidad?

R: Benidorm sigue progresando a ojos vistas, de lo cual me alegro sobremanera. El ayuntamiento está haciendo muchas cosas, como es su deber, como las excavaciones del Tossal. En lo que no estoy muy de acuerdo es que el casco antiguo de cualquier ciudad se convierta en parque temático, pues eso hace que los vecinos se vayan a vivir al extrarradio, que se muera el pequeño comercio nacional (hay muchas fruterías regentadas por paquistaníes, pero no siempre es de la mejor calidad; y tiendas de chinos…). El único puesto de salazones del Mercado ha desaparecido, no quedan más que dos mercerías, contadas tiendas de ultramarinos, y así sucesivamente. Algunos negocios desaparecen porque no hay continuidad en los hijos (tiendas, bares, etc.). Y hay casas céntricas que se han convertido en apartamentos turísticos. Pero las cosas vienen así: no va a ser todo completamente positivo. En lo que se refiere a lo cultural, estoy expectante a ver qué pasa con el Centro Cultural de la Avenida de Europa (cómo se va a gestionar, cuál va a ser la programación, etc. etc.). También habría que dar mayor realce al Museo Boca del Calvari, al Huerto Colón. Creo que no vendría mal incrementar la gestión cultural.

P: ¿Cuáles son tus principales aficiones?

R: El senderismo. El mar. Pertenezco al grupo de peregrinos en el Camino de Santiago. Me gusta la música, ópera y ballet. Voy todos los años al Misteri d’Elx y de vez en cuando al ADA, de Alicante, al Liceo de Barcelona y a los musicales en Madrid. También disfruto de la buena mesa, con amigos y familiares, bebiendo vermú, vino tinto y algún que otro gintonic.

P: ¿Alguna anécdota, algo que quieras añadir?

R: Vuelvo a decir que estoy muy integrada en Benidorm, vivo mi pueblo y participo en todo lo que puedo; me llevo bien con todo el mundo, sobre todo en mi barrio, donde todos nos conocemos. A nivel familiar (tengo muchos primos) nos juntamos una vez al año por San Vicente (misa y comida en la Ermita de Sanz); por cierto, allí está la efigie de san Vicente que mi abuelo guardó celosamente durante la guerra para evitar su robo o destrucción. ¿Anécdotas? Recuerdo cuando vino la periodista del Vaticano Paloma Gómez y dijo el pregón de las Fiestas en 1991, cuando la moción de censura. Y recuerdo al cardenal Tarancón cuando, ese mismo año, vino a oficiar la misa mayor de las Fiestas Patronales, por mediación mía y de don Juan. Cuando le preguntamos por sus emolumentos, nos contestó que se conformaba con una caja de puros, y eso es lo que le regalamos.

P: Gracias por tus declaraciones, Pepa.  De esta manera, nuestros lectores sabrán algo más de ti. Y que sigas tan bien como te estoy viendo ahora.

R: Gracias a ti, Palazón. Igualmente.

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