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Tampoco hace falta mucho más.

Ya llegarán las interminables semanas del mes de agosto para rellenar de intensos capítulos este apartado lleno de alegría, único motivo de está pagina. Describir lo descubierto para seguir creciendo.

Cuatro días, muchas ganas de salir y un destino conocido. Lo demás, coser y cantar. Autocaravana Vivir sabe dónde va, donde la quieren volver a ver. La playa del Arroz en Águilas se ha convertido en ese destino que lo tiene todo, aunque la perfección ni existe ni es eterna.

Salimos el viernes por la noche, algo poco habitual, pero es lo que tienen los turnos que nadie te cambia. Hacemos noche en la Hoya, a las puertas de Lorca. La inteligencia artificial, esa palabreja tan de moda, nos dice que si el sábado tenemos mesa en Mariscos a lo Bestia, lo más sensato es quedarnos cerca.

Qué gran espectáculo el que nos monta Pedro Lucas cada vez que venimos. Tienes que vivirlo una vez en la vida. Después de cuatro horas de marisco, bebida, música y muchas risas, rumbo a la playa con la gran Dori…

Noche de San Juan espectacular, rodeados de ganas y buen rollo, a los pies de la arena.

Madrugar y caminar por Cabo COPE y las orillas de Calnegre, suele tener su premio. Descubrir paraísos escondidos en pleno siglo XXI todavía es posible.

La playa de la Tortuga reserva sitio para que Autocaravana Vivir monte sus calzos mirando al mar, sentados bajo el toldo, con el fresquito de la suave brisa y el sonido de la olas que hace las funciones de somnífero. Todo esto después de un aperitivo que da sentido al viaje.

Qué más se puede pedir. No hay dinero que pueda comprar momentos así.

Vive, hazme el favor.