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ANÁLISIS

Alarma en el PSOE por el coste del ‘sí es sí’: «Nos mata esta chapuza»

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Actualizado Sábado, 4 febrero 2023 – 22:47

La coalición vive su enésima crisis a cuenta de una ley feminista que ha desatado una gran alarma social. Sánchez ha dado orden de cambiarla, pero Igualdad y Justicia no llegan a un acuerdo

Alarma en el PSOE por el coste del 'sí es sí': "Nos mata esta chapuza"
JORGE ARÉVALO

Los números del contador maldito de delincuentes beneficiados por la reducción de condena desde la entrada en vigor de la ley del sólo sí es sí ha llegado a 400 y Pedro Sánchez no ha podido seguir mirando para otro lado y ha dado la orden de cambiar la ley porque los mensajes que le llegan en forma de sondeos recogen una gran alarma social. Sobre todo en los votantes y simpatizantes de los partidos de izquierda.

Los ministerios de Igualdad y de Justicia negocian el cambio desde hace dos meses, sin éxito, al tiempo que salen a la luz todos los fantasmas acumulados en el armario del Gobierno de coalición. «Cada día que pasa sin que se modifique la ley, con el contador en marcha hay más coste para los dos partidos del Gobierno. Una ley feminista que reduce las penas a los agresores de mujeres. Es brutal», señalan fuentes gubernamentales.

«Pero por otro lado -añaden- no nos podemos permitir otra chapuza jurídica. Sabemos que el fallo no tiene remedio y que el contador va a seguir subiendo. Pero políticamente tenemos que dar una respuesta y hacer una reforma sin tacha jurídica para que no vuelva a pasar nada parecido. La determinación del presidente ha quedado clara, hace falta un acuerdo, y más importante que el calendario o la rapidez es que el texto no pueda ser objetado por los juristas», coinciden distintas fuentes del Gobierno.

Igualdad, en manos de Podemos, y Justicia, a cargo del PSOE, no logran el acuerdo. La pregunta es recurrente. ¿Se romperá la coalición? La respuesta es un «no» rotundo. Ni UP se va a ir, ni el presidente los va a echar. «Ellos no se irán ni de broma y Pedro Sánchez no los va a echar porque ya es tarde. Si ahora rompiera el Gobierno, sería tanto como reconocer que su gestión ha sido un fracaso, casi una enmienda a la totalidad de su mandato que a pesar de las dificultades ha dado estabilidad al país, hemos aprobado tres presupuestos y muchas leyes importantes, aparte de gestionar todo lo que nos ha venido», señalan fuentes del ala socialista del Gobierno.

La ministra de Igualdad ya ha advertido que, en el caso de no llegar a un acuerdo sobre la reforma de su polémica ley, no dimitirá. Las dos ministras de Podemos, Irene Montero y Ione Belarra, están sacando pecho con el respaldo del líder moral, Pablo Iglesias. El ex vicepresidente juega un papel indispensable de agitador en los medios y en las redes contra el PSOE y el presidente del Gobierno. Él es quien acuña los conceptos del relato. «Al PSOE le tiemblan las piernas ante la derecha mediática» es el último eslogan replicado por las ministras.

Fuentes de Igualdad señalan que la ministra Montero «tiene que aguantar acusaciones injustas de soberbia y de obcecación, aunque está negociando un acuerdo. Todo el Gobierno defendió la ley». La titular de Igualdad sigue creyendo que la ley es impecable y que el problema es la aplicación que están haciendo los jueces. «La ministra está dispuesta a cambiar algunos aspectos de la ley porque el presidente se lo ha pedido, no porque crea que las cosas se han hecho mal».

Muy distinta es la versión de los sectores socialistas más enfadados con la actitud de UP en el Gobierno. «Le echan pulsos permanentes a Pedro Sánchez y éste cede. La idea de que el presidente no puede ni destituir a una secretaria de Estado de Podemos es algo que perjudica al presidente y da argumentos a la oposición. Irene Montero es responsable porque se le advirtió y no quiso escuchar», señalan los socialistas. Algunos de ellos concluyen con un punto de fatalismo: «Las chapuzas y la radicalidad de esta gente nos mata. Pedro Sánchez ha tardado mucho tiempo en darse cuenta de la alarma social causada por esta ley».

La ministra de Igualdad, a la que se califica como «estandarte de Podemos», mantiene el pulso y advierte que está dispuesta a ceder, pero sin «tocar» el «consentimiento». Los interlocutores socialistas que suelen negociar las leyes con Unidas Podemos advierten: «Es el juego de siempre. La excusa que les permite abonar el relato de que son ellos los que obligan al PSOE a hacer políticas feministas y de izquierda. Dicen que el consentimiento es la condición indispensable para pactar, y ellos saben que el consentimiento no se va a tocar. Pero así podrán ponerse la medalla de defender el verdadero feminismo ante las presiones de la derecha».

Moncloa no concede importancia a la ofensiva política de la ministra de Igualdad. «Hace dos meses decía que la ley no se reformaba por nada del mundo y ahora está dispuesta a cambiarla. No vamos a entrar en disputas, por eso estamos teniendo un trato exquisito, sus salidas de tono no son útiles e incluso son perjudiciales para Podemos, ¿a quién van a convencer?», se pregunta ahora el equipo del presidente.

«YOLANDA DÍAZ VA A LO SUYO»

La crisis de la ley del sólo sí es sí ha arrojado luz oscura sobre el papel de la figura central del llamado «espacio» político a la izquierda del PSOE: Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda, teóricamente, es la encargada de coordinar a los ministerios de UP. Para eso fue nombrada por Iglesias cuando él dejó el Gobierno. Sin embargo, tanto fuentes socialistas como de UP señalan que «Yolanda no coordina nada. Va a lo suyo».

Los colaboradores de la vicepresidenta señalan que Díaz está actuando de «mediadora» entre Igualdad y Justicia para llegar a un acuerdo. «Intentamos que se bajen los decibelios para poder hablar de una ley que es buena, aunque haya que hacer algunos ajustes», señalan fuentes de Trabajo.

La vicepresidenta -que sigue presentando su proyecto Sumar– y La Moncloa actúan como si Pablo Iglesias no existiera y le restan cualquier tipo de «relevancia política». Pero el espacio de Yolanda Díaz sigue sin estar claro, con Podemos no se lleva bien, «y eso es un problema objetivo para las pretensiones de Pedro Sánchez», matizan los socialistas.

Inquietud por el posible esperpento

La posibilidad de que Ramón Tamames se presente como candidato a presidente del Gobierno en una posible moción de censura de Vox inquieta a los cargos públicos de todas las instituciones. En particular, al Congreso de los Diputados. No porque la moción tenga posibilidades de prosperar, sino por la imagen esperpéntica que pueda darse de la política española, que ya no atraviesa por su mejor momento de prestigio a ojos de los ciudadanos. En todos los partidos, menos lógicamente en Vox que es el de la idea, la candidatura de Tamames se ve como una falta de respeto a las instituciones e incluso al mismo protagonista, un hombre a punto de cumplir los 90 años. La posible moción de censura, según los partidos, no beneficiará a nadie y perjudicará a todos.