
Leopoldo Bernabeu
Querer hacer culpable a la todavía ministra Ione Belarra de no tener una sola neurona en su cerebro, es como negar la capacidad de liderazgo de Pedro Sánchez. Será el más perverso de cuantos presidentes ha tenido España en estos últimos 47 años de Democracia, pero negar que es un tipo listo y hábil, es igual a no querer mirarnos en el espejo y asumir nuestra parte de responsabilidad en que ambos, Ione y Pedro, estén en los cargos que ocupan. Todos tenemos nuestra parte culpa.
La importancia de cuantas burradas diga cada uno de ellos no existiría sino fuese por la responsabilidad que ostentan. Y si están ahí es porque varios millones de españoles les han dado su confianza. Si todos los votantes de Podemos que compran habitualmente en Mercadona se unieran a la inmensa militancia socialista que no depende de un sueldo público, este sinsentido se acababa de inmediato. La memoria es muy corta y por eso juegan con nosotros.
Una niñata malacostumbrada a vivir siempre de un cargo público, que apenas supera los treinta años, sin haber generado una nómina en su vida ni haber invertido jamás un euro en la puesta en marcha de una empresa privada, nos ha entretenido a toda España escuchando su verborrea de odio contra un empresario que empezó de la nada, hoy abona el salario de 96.000 trabajadores y paga más de 2.000 millones de euros en impuestos con los que se cubren, entre otros, los 6.238 euros mensuales que cobra esta indigente mental cada mes. ¿De verdad no hemos hecho nada mal?
Supongo que no la escucharemos esta semana preocuparse de ese 4% de empresarios que ya han dicho que no les queda otra que cerrar sus negocios por culpa del coste de una energía cuyos precios se han multiplicado hasta un 400 % sin que nadie haya presentado su dimisión, mientras su antiguo líder Pablo Iglesias pedía que España saliera a la calle para echar a Rajoy del Gobierno porque la luz subió entonces un 8%. ¿Te acuerdas?
El “capitalismo despiadado” de una inflación que ahoga a más de un 85% del tejido empresarial, de los cuales el 57% ha tenido que tomar severas medidas ajustando sus beneficios gracias a no subir precios, intentar no recortar plantillas y endeudarse todavía más, seguro que no forma parte de la verborrea de quien vive pisando moqueta, viajando en Falcon y sin tener ni idea de lo que supone levantar una persiana cada día. Es el resultado de tener gobernando a la banda de la tarta.
Pero esto es el comunismo, esa palabra a la que muchos no son capaces de dotar de contenido. Llegar al poder a través de la mentira, la exageración, la solución fácil y el populismo más exacerbado. Tejer una lenta pero densa tela de araña que empieza por anestesiar y después aniquilar los poderes del Estado, al tiempo que empobrece a la población esquilmando sus bolsillos a través de los impuestos, para después devolvérselo a cuentagotas y en paguitas con las que siempre deberá estar agradecido. Pan para hoy y hambre para mañana.
El abandono escolar ha vuelto a crecer en España después de 13 años, ostentando el honroso honor de no haber bajado nunca de la segunda posición en esta tenebrosa estadística, otra necesidad imperiosa para la consolidación de una ideología que necesita idiotizar a las masas para tenerlas mucho más controladas. Lo lamentaremos.
Pero mientras seguimos languideciendo en el sueño de los justos, disfruten lo votado.

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