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Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunalogía: «O nos vacunamos o acabamos en una UCI o muertos, no hay opción»

SOCIEDAD

Amós García
Amós García – Raúl Doblado

El presidente de la Asociación Española de Vacunología

Nuria Ramírez de CastroNuria Ramírez

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Amós García Rojas sintió este domingo un nudo en la garganta al ver a Araceli Hidalgo, tiesa como una vela con sus 96 años a cuestas, llegar a su cita con la vacuna. La emoción se repitió después cuando le tocó el turno a los primeros ancianos en Canarias, donde vive y trabaja. Muñidor de la estrategia de vacunación y presidente de la Asociación Española de Vacunalogía, llevaba meses soñando con este día. Y, por fin, llegó, aunque aún contiene el aliento. «Estamos al principio del final, pero queda un gran camino hasta que alcancemos la inmunidad de rebaño. Debemos mantener las pautas de prevención», insiste en el mensaje más repetido desde la llegada de la vacuna de Pfizer.

Hemos superado el primer día de la campaña más complicada de vacunación, ¿qué ha sido lo más difícil de la estrategia?

Uff. Sería más fácil responder a qué es lo que ha sido más sencillo. Todo ha sido endiabladamente complicado. La logística de la vacuna, conseguir que el fármaco llegara antes de fin de año…, pero lo más difícil es convivir con la pandemia durante todo este tiempo. Comparado con el sufrimiento que está ocasionando el virus, todo es sencillo.

¿Fue una decisión difícil elegir a quién proteger primero?

No, la priorización fue relativamente fácil. Hubo bastante consenso. Todos teníamos claro que había que decidir en función de la vulnerabilidad de las personas y del riesgo que corrían. Los ancianos de las residencias son el colectivo más sensible y el que ha sufrido los embates más duros de esta pesadilla.

La primera vacuna se debe distribuir a -70 grados. ¿Ha complicado mucho la estrategia?

Tiene la misma complejidad que la vacuna del ébola y en las zonas menos desarrolladas de África se está transportando sin problema. Así que no hagamos un problema de esto. Solo es un esfuerzo más.

¿Por qué era tan importante conseguir la vacuna antes de que acabara el año?

Era una cuestión emocional. Los profesionales sanitarios, la ciudadanía.., todos necesitábamos que un año maldito terminara con una luz que iluminara el horizonte.

Acogemos con entusiasmo las primeras vacunas, pero aún hay un porcentaje importante de la población que se resiste a protegerse. ¿Ha faltado una campaña de sensibilización?

Quizá deberíamos haber hecho un mayor ejercicio para generar confianza en las vacunas. Yo creo que los indecisos irán descendiendo. Somos un país muy vacunador que tiene muy interiorizadas las bondades de la vacuna, con coberturas superiores al 95%. Este año ha sido la mejor campaña de vacunación de la gripe de la historia.

¿Cómo se puede convencer a quién aún desconfía de las vacunas frente al Covid?

Hay que perder el miedo. Cuando una vacuna se autoriza es porque las agencias reguladoras del medicamento han estudiado de manera intensa lo relativo a ese producto y quienes lo estudian tienen alta solvencia científica. Pero, sobre todo, y si no nos vacunamos ¿cuál es la alternativa?, ¿seguimos con esta pesadilla?, ¿con las muertes?, ¿profundizando la brecha económica?… La pandemia ya se ha cobrado más de 1.7 millones de muertes. Se han inyectado dos millones de dosis y solo ha habido efectos secundarios leves. Debemos tener claro que o nos vacunamos o podemos enfermar, acabar en una UCI o fallecer; no hay otra opción. Durante meses todos hemos dicho «¡ojalá que llegue la vacuna pronto!» y ahora que ha llegado dicen que es muy pronto. No es razonable.

Pero entiende que haya cierto resquemor con vacunas desarrolladas en tiempo récord y basadas en una nueva tecnología.

Debemos saber que la investigación básica que soporta esta vacuna comenzó cuando los virus del SARS y el MERS aparecieron en Asia. Se ha invertido mucho talento y dinero que ha acelerado el desarrollo. Si todo ha ido más rápido debe interpretarse como un mérito de la ciencia, no como un demérito.

Hoy la noticia es la vacunación. En breve, lo serán las reacciones adversas. ¿Sería mejor no comunicarlos al detalle a la población para que no se magnifiquen?

Los efectos adversos comunicados hasta la fecha son asimilables a cualquier vacuna: dolor en el brazo, cansancio, algo de fiebre… Hay que ser conscientes de que puede haber reacciones más graves, estamos preparados. Y cuando ocurra habrá que ser extremadamente transparentes para no perder credibilidad.

¿Se vacunará?¿estará en el primer grupo?

Sin ninguna duda. Los sanitarios tenemos que dar ejemplo, pero lo haré cuando me corresponda, sin privilegios. En mi caso, no tengo ninguna duda de que debo hacerlo. Primero porque soy médico, porque tengo más de 60 años y porque tengo una patología de base, que es la hipertensión.