
VIDAS EJEMPLARES
Su discurso, el razonable, concuerda con la inmensa mayoría de los españoles
Actualizado:25/12/2020
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Felipe VI, de 52 años y Rey desde junio de 2014, nunca ha sido un problema para España. Bien formado académicamente y de temperamento contenido, hasta ahora no ha resbalado, siempre ha estado en su sitio. Por eso sonaba un poco ridícula la campaña zafia y forzada del Gobierno y sus adláteres mediáticos en vísperas de su discurso de Navidad, metiéndole presión día tras día y queriendo convertir esa alocución, más bien ritual, en el meollo del debate público. Se trataba tan solo de una maniobra burda para desplazar la atención de la flojera del sanchismo en la gestión de la crisis de Covid, en la que el Gobierno lleva cinco meses de escaqueo.
Pero la vida cotidiana y las
elucubraciones del insomne laboratorio de propaganda de La Moncloa son dos universos diferentes. Los españoles no albergaban la menor preocupación por el discurso del Rey. Sabían que sería correcto y sin fuegos artificiales, y así ha resultado.
El Rey ha estado donde le toca por razón de cargo, con nuestra democracia y con nuestro orden constitucional. Ha tenido además la sensibilidad de señalar un problema de primerísimo orden que todos nuestros partidos están ignorando: la epidemia ha destrozado las expectativas de una generación de chavales, que tenían que buscar este año el primer empleo de sus vidas y se han quedado mano sobre mano. No faltó tampoco el esperado y necesario guiño crítico a las andanzas de su padre, al recordar los «principios morales y éticos que nos obligan a todos, sin excepciones personales y familiares». También llamó a la concordia, a entenderse un poco y no seguir sumiéndose en esta senda de irascibilidad cainita. Por último, Felipe VI reflejó con naturalidad la entraña de esta fiesta, que aunque a veces ya no lo parezca, es la dicha cristiana. Lo hizo estupendamente al cuidarse de poner a su espalda el portal de Belén, sintonizando así con el credo y la tradición de la mayoría de sus conciudadanos, como hace también Isabel II.
En resumen, el Rey estuvo con la Constitución, la democracia, la concordia, la ejemplaridad pública, la sensibilidad social y la esencia cristiana de España. ¿Es algo raro? ¿Es un friki de valores carpetovetónicos? Me temo que no. Todo lo que dijo concuerda con la inmensa mayoría de los españoles. Porque aunque a veces nos hagan creer lo contrario con olas de atosigante propaganda, lo realmente minoritario en nuestro país es rechazar su Constitución y abogar por una República, hacer ascos al patriotismo y la unidad de España, alentar el más feroz y cutre guerracivilismo y señalar a los católicos como personas de valores rancios que urge perseguir.
A Podemos, Rufián y Laura Borrás no les ha gustado nada el discurso de Felipe VI. Excelente noticia. No hay que añadir más. Es la prueba empírica de que ha sido el mensaje adecuado. El Rey nunca ha sido un punto de fricción y riesgo para España. La minoría de intolerantes doctrinarios que confunden sus ampulosos ombligos con el sentir de todo el pueblo español, sí.
Luis VentosoAdjunto al Director
¡ VACUNARSE TODOS
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