ALICANTE
- SERGIO SAMPEDRO
Actualizado Lunes, 7 septiembre 2020
El Ayuntamiento cumple a rajatabla los horarios pero los residentes del centro aseguran que hasta entonces las calles del centro están masificadas y sin que la mayoría de clientes utilicen mascarilla.
La dicotomía entre salud y economía que ha forzado la crisis sanitaria de la Covid-19 ha tenido su máxima impacto en aquellas zonas que más dependen del sector servicios. Un buen ejemplo de esto es Alicante ciudad, donde buena parte de sus negocios tienen que ver con el sector terciario.
En este sentido, el consistorio alicantino destaca periódicamente todas las intervenciones que la Policía Local hace durante las madrugadas del fin de semana, con actualización de sanciones por incumplir criterios como la mascarilla obligatoria o los horarios del ocio nocturno. Este domingo, por ejemplo, el Ayuntamiento envió una nota en la que destacaba que había impuesto«15 denuncias por no llevar mascarilla y ha abierto cuatro actas de sanción a veladores, dentro del dispositivo especial anti Covid».
Asimismo, y según informaba, «también ha tenido que atender 70 quejas por ruidos y desalojar a algunos grupos de jóvenes de la playa del Postiguet que se encontraban reunidos en pequeños grupos por seguridad para la limpieza y cribado de la arena, sin que fuera necesario poner sanciones por incumplimientos». Finalmente, se han interpuesto cuatro denuncias por tenencia y consumo de sustancias estupefacientes y se han atendido cuatro accidentes de circulación. Ese ha sido el balance del fin de semana.
La presidenta de los vecinos del centro, Alcázar Moreno, asegura que sí se están cumpliendo a rajatabla los horarios de las terrazas y los negocios cierran a la una de la madrugada. Donde no está tan conforme es con la actividad durante la tarde, «que supera ampliamente los decibelios máximos previstos por la Ley (la zona tiene sonómetros instalados por el Ayuntamiento)» y «además hasta entonces las calles del centro están completamente llenas de gente, sin que utilicen mascarilla en las terrazas». En opinión de Moreno, «es necesario reforzar más el dispositivo de la tarde», ya que en Alicante mucha actividad del ocio se concentra en ese periodo.
La problemática del ruido en el centro de Alicante ha llegado a los tribunales, donde una juez de la ciudad condenó en primera instancia al Ayuntamiento por no haber actuado contra la proliferación de locales que superaban los límites del ruido; en su fallo, obligaba a la Administración a tramitar una Zona Acústicamente Saturada (ZAS), una figura que, en la práctica, hubiese acabado con todos los pubs. El consistorio, por su parte,recurrió el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana, y aseguró que adoptaría medidas para amortiguar el impacto del ocio en la vida de los residentes.
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