Por fin un poco de tranquilidad, muchos menos kilómetros y más sillita de playa. ¿Cuál es la imagen que ves cuando piensas en el paraíso?. La mía la he visto hoy. La playa de Bolonia en Tarifa, es la pintura que, unida al marco que la rodea y que suma mucho en la elección, es lo más próximo a ese sueño, ahora terrenal. Arena fina, agua azul transparente y con poca profundidad, más de tres mil metros de paseo con el viento de levante y la permanente visión de dos mares y dos continentes.Una playa que por un lado termina en sus famosas dunas, cuya visión de Gibraltar y la costa de África ya premian el esfuerzo por alcanzar la cima, y por el otro, el infinito, con una zona casi virgen libre de cualquier construcción y que permite trasladar a tu mente la inmensidad de esta España inacabable.A eso le unes el increíble yacimiento arqueológico de Baelo Claudia y las inmensas dehesas con cientos de cabezas de ganado a tu alrededor y ya tienes esa imagen idílica de un país por descubrir…Allí nos hemos quedado todo el día, pues otro ángel del camino, Manuel Cortés, nos ha tratado de tal manera que ha conquistado nuestra amistad para siempre.Acabamos de llegar a Sevilla, a mi hijo le hace mucha ilusión pasear toda su historia… y para eso se necesita tiempo. Dormimos a la vera del Guadalquivir. Mañana más.+6
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