Generación dos mil

Manuel Palazón era el relaciones públicas de la tertulia poética. He aquí una de las poesías que incluyó en la citada Antología

A Benidorm

Benidorm es pura esencia

que trasciende lo infinito;

pasó de un pueblo chiquito

a tener gran trascendencia.

Acogió a todas las gentes

que descubrieron su mar;

aquí supieron gozar

de los cinco continentes.

Benidorm, bello pensil

con que todo el mundo sueña,

es norte, guía y enseña,

con su mar y cielo azul.

Benidorm combina playas

con el valle y la montaña;

es de lo mejor de España

por donde quiera que vayas.

En Benidorm todo es bueno:

la diversión, la cultura…

¿Las depresiones no cura?

¿No nos alberga en su seno?

¿No es un paraíso eterno?

¿No produce bienestar?

¿No es más fácil soportar

los rigores del invierno,

del verano los calores,

las lluvias de primavera,

y del otoño la espera

a que vuelvan los amores?

Benidorm tiene un encanto

claramente singular.

¿Son sus gentes? ¿Es su mar?

Yo se bien por qué le canto.

Aquí transcurre mi vida,

aquí nacieron mis hijos,

lejos de los entresijos

de la gran orbe perdida.

Aquí gozo, vivo, sueño,

sin pensar en el mañana;

mi alma solo se afana

por lograr un dulce empeño:

terminar aquí mis días

cuando Dios así lo quiera,

con la voluntad entera

de seguir con mis poesías.

Benidorm, si no mi cuna,

mi postrer lecho será;

mientras tanto vivirá

mi persona con fortuna.

Con candor casi infantil,

con las ideas bien netas,

es cantado por poetas:

la Generación dos mil.