Alfaz del Pi

130.000 casos de coronavirus sin justificar en España

Emilio de Benito
Illa confirma que en España ya hemos alcanzado el pico de la epidemia

Después de un mes de confinamiento (primero algo más suave, luego lo más extremado posible), todavía el domingo se registraron 3.477 nuevos casos de infección por coronavirus –y ello con todas las deficiencias del sistema de registro actual–, según los datos que dio el lunes el ministro de Sanidad, Salvador Illa. En total, 169.496 casos registrados. Si se calcula un promedio de 10 o 15 días desde que una persona se infecta hasta que desarrolla síntomas lo suficientemente graves como para acudir a un médico (y eso si lo hace), esta cifra nos da la imagen de lo que pasaba cuando se decidió endurecer las limitaciones para salir de casa. Lo que no hay forma de cuadrar es cómo se contagiaron esas personas. Se calcula que unos 25.000 son sanitarios, y los sindicatos y asociaciones profesionales de las fuerzas de seguridad del Estado afirman que han registrado unos 14.000 afectados. Quedarían unos 130.000 casos por explicar. Entre ellos están los de las residencias de mayores, un agujero negro sobre el que nadie se atreve a dar cifras a nivel estatal. Y el centro de convivencia por antonomasia, que el ministro recordó en su comparecencia: los hogares, lugares donde alejar el contacto es complicado y cuyo peso real en esta pandemia nadie es capaz de cuantificar.

“Habiéndose reducido la movilidad mucho, pensamos que puede darse un contagio en los propios domicilios”, ha dicho el ministro. Illa ha recordado a quienes tengan síntomas que deben contactar con su médico, tomar “estrictas medidas de higiene” y evitar al máximo los contactos con otras personas en su domicilio. Los hogares “son un foco importante”, ha dicho. Por esta razón, Illa ha recordado que las personas que tienen la más mínima sintomatología en sus hogares se pongan en contacto con los centros sanitarios, tomen medidas “estrictas” de aislamiento e higiene y eviten “al máximo” los contactos con los otros habitantes de su domicilio.

Cuesta que los especialistas den cifras, ni siquiera aproximadas. “El conocimiento impresionístico (basado en la apreciación, no en cifras), que es importante, es que ha habido transmisión dentro y fuera (comunidad) de casa, y en los centros asistenciales”, afirma Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Ha habido transmisión en casa y transmisión en residencias. También transmisión en actividades esenciales que han estado funcionando, como servicios de salud, supermercados, etcétera”, dice José Martínez Olmos, ex secretario general de Sanidad en Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. El abanico es tan amplio que los dos coinciden en que sigue habiendo transmisión del SARS-Cov-2 en todos los ámbitos, aunque esta se haya reducido hasta el mínimo en el último mes (el 31 de marzo se registraron 9.222 nuevos casos, la mayor cifra hasta la fecha). “Las cadenas de trasmisión que había entre el 9 y el 15 de marzo (muchas silenciosas), más la trasmisión muy alta en residencias y centros sanitarios, explica lo que ha pasado estas semanas.”, afirma Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología.

Joan Ramon Villabí, director de Calidad de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), justifica en parte el peso de los contagios en los domicilios en que “es probable que muchos casos recientes sean los convivientes de los casos leves que se dejaron aislados en su domicilio cuando no había mascarillas, etcétera. Luego muchos vienen de las residencias de ancianos y otros centros sociosanitarios, que estaban muy mal preparados; y, sin duda, algunos son de centros sanitarios». “Pero es verdad que tenemos relativamente poca información sobre esto”, añade.

Esa queja, la falta de datos y la deficitaria calidad de los que se dan es general entre los especialistas. Ni siquiera el de los fallecimientos es exacto, y el Ministerio de Justicia pidió hace una semana a los registrosque le enviaran la información correspondiente sin que haya podido hacer público de momento los resultados. Ante este desconocimiento, “es muy importante, y no solo para los técnicos, que quede claro que el conocimiento más válido y más cuantitativo solo vendrá del estudio de seroprevalencia”, la proporción de personas que han estado en contacto con el coronavirus, dice Porta. El ministerio anunció que esta semana empezarían las pruebas, previstas para unas 62.000 personas de 30.000 hogares, y que están diseñando el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto de Salud Carlos III, pero los protocolos correspondientes todavía no están listos. Se sabe que se harán un mínimo de 600 pruebas por provincia, y que, según su ficha técnica, el muestreo se ha organizado para detectar con exactitud del 95% cuántas personas están o han estado en contacto con el virus si estas son más del 5% la muestra. Eso quiere decir que si en la realidad hubiera menos de ese porcentaje de contagiados, el estudio perdería validez. Por tanto, el ministerio espera detectar al menos ese 5% (unos 2,3 millones de afectados), muy por encima de los 170.000 registrados ahora.

Vinculado al resultado de este estudio hay una segunda iniciativa. El ministerio ya ha pedido a las comunidades una relación de infraestructuras —residencias, hoteles, polideportivos— con posibilidad de albergar a las personas que den positivo en esa u otras pruebas y no puedan mantener las medidas de aislamiento en sus domicilios. Villalbí insiste por eso en “la importancia de los espacios para aislar a enfermos leves que no pueden hacerlo en casa (hoteles, albergues en la feria, etcétera)”, ya que ayudaría a cortar la transmisión domiciliaria.

Los mejores datos desde la alarma

Los últimos datos que dio el lunes el ministro de Sanidad, Salvador illa, son los mejores desde que hace cuatro semanas entró en vigor el decreto de alarma. Los 3.477 nuevos casos y las 517 defunciones son los menores registrados —hay que insistir en lo de registrados— desde el 20 de marzo. Pero con una diferencia: si entonces ambas cifras estaban aumentando casi al 15% y al 30%, respectivamente, ahora lo hacen al 2,09% los diagnosticados y al 3,05% los fallecimientos. Con estos números, en total se han contabilizado 169.496 infectados y 17.489 decesos. La mejoría es general a todas las comunidades, aunque destacan los casos de Murcia (menos del 1% de aumento en los diagnosticados) y Madrid (una subida del 1,25%). Esta última comunidad ha sido de las más castigadas por la pandemia (con un 14% de la población total acumula casi el 28% de los casos), pero probablemente se esté beneficiando de que ya una parte importante de la población susceptible se ha infectado y el virus tiene menos posibilidad de expandirse. En el extremo opuesto, Castilla y León y Asturias, ambas con poblaciones muy envejecidas a las que el virus llegó después, lideran las subidas de casos (un 4,21% y un 3,49% respectivamente) en el último día. Aunque este fin de semana es especial porque se junta con la Semana Santa y puede haber una infranotificación de casos, la mejoría es evidente se compare con lo que se compare. Si se hace, por ejemplo, con los datos del lunes anterior, que en condiciones normales hubiera marcado el inicio de las vacaciones de Semana Santa en los colegios, se ve que el aumento del registro de positivos y el de muertes crece ahora prácticamente la mitad que entonces. Todavía las famosas curvas de afectados no han entrado en su fase de descenso (cuando los números absolutos disminuyan), pero subidas como la registrada, de alrededor del 2% en casos y del 3% en muertes, indican que se está ya en su pico, y que si la tendencia no se altera pronto iniciará el descenso. Illa también dio el dato de que ya se han infectado 25.000 sanitarios, de los que han muerto 31. Ello arrojaría una tasa de mortalidad del 0,12%, muy alejada de la que darían las cifras de la población general (10,3%). Aparte de que los sanitarios son más jóvenes de media, al ser un colectivo en el que se hace un especial seguimiento esto significa probablemente que su dato de mortalidad está más cerca del real que otras cifras provisionales dadas por el Gobierno.