REALEZA
No quiere nada más en la vida.
El emérito Juan Carlos tiene 82 años y un último deseo en la vida: confinado al olvido por su familia y por prevención ante la propagación del coronavirus, el emérito le ha hecho llegar a su hijo el Rey Felipe que lo más quiere en la vida antes de despedirse de este mundo es verlo reconciliado con sus hermanas Cristina y Elena.
La obsesión de Juan Carlos lo persigue desde el último acto público que coincidió con el Rey Felipe, la Reina Letizia y las hermanas de Felipe: las infantas. El motivo era tristísimo pero ideal para acercar las partes distanciadas, algo que no sucedió dejando en claro que la relación entre los tres hijos de Juan Carlos y Sofía parece sin retorno.
El motivo fue el funeral de la querida hermana de Juan Carlos, la infanta Pilar, quien falleció el 8 de enero, apenas dos días después del cumpleaños 82 de Juan Carlos, quien ya había asegurado para sus íntimos el deseo de lograr superar las diferencias entre el Rey Felipe y sus hermanas.

Pero la tensión que se vivió durante los minutos previos a la ceremonia en la iglesia para despedir los restos de la hermana deJuan Carlos fue notoria: el Rey Felipe y la Reina Letizia sí saludaron a Juan Carlos y Sofía, dándole su más sentido pésame, pero cuando llegó el turno de extender las condolencias a las infantas nada de eso pasó.
Elena y Cristina se encontraban a centímetros de sus padres Juan Carlos y Sofía, justo en la fila de detrás, pero pese a la cercanía delRey Felipe y la Rena Letizia, les corrieron la cara generando la imagen más triste de la corona española este año: la familia rota en un funeral.

El Rey Felipe sí continuó con los saludos a la emérita Reina Beatriz de Holanda, quien estaba al lado de Elena y Cristina. Ahí apareció la Reina Letizia para impedir cualquier posibilidad de acercamiento entre Felipe y sus hermanas llevándoselo del antebrazo a ocupar su posición para el último adiós a Pilar.

Deteriorado de salud, totalmente distanciado de su hijo tras involucrarlo en una sociedad offshore, Juan Carlos no se da por vencido: antes del final, o de su exilio de España una vez cumplida la cuarentena, desea que el Rey Felipe olvide las diferencias que salieron a la luz también por escándalos de corrupción en el caso Nóos. ¿Cederá Felipe ante el último deseo de su padre?
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