Preocupación. Esta es la palabra que define la actitud del sector turístico tanto valenciano como nacional ante la expansión del coronavirus. Y no sólo por las fiestas falleras que comienzan de manera inminente, sino por la proximidad de la Semana Santa y su importancia para la economía valenciana.

Hosteleros, hoteleros y agencias de viajes destacan que la normalidad es la tónica dominante apenas 24 horas después de que se hayan detectado los primeros casos de coronavirus en Valencia y cuando ha empezado la cuenta atrás para el inicio de las Fallas: la Crida y la primera mascletà del domingo.

Aún así ya se están produciendo las primeras cancelaciones. Desde la plataforma eDreams señalaba en la presentación de resultados el pasado jueves que las reservas totales han caído un 12% respecto al mismo periodo del año anterior en todos los destinos. La contratación de viajes a China se ha reducido un 92% entre el 22 y el 25 de febrero, un desplome que desde la agencia vinculan a la propagación de la epidemia. La caída en las reservas en Italia es de un 35%.

Las cifras que maneja el portal ‘Booking’ evidencian la misma tendencia. La firma teme que sus reservas caigan un 10% y reconoce que el coronavirus ha tenido un «impacto significativo». Además, los ingresos pueden sufrir una reducción del 7%.

Las cifras que maneja la patronal turística indican que los visitantes italianos, que en la Comunitat tiene una especial importancia, puede resentirse. La caída de las reservas en el país transalpino es evidente aunque todavía no se han proporcionado cifras concretas.

Viviendas turísticas

Desde la Asociación de Viviendas Turísticas (Viutur) también han apreciado que se han producido algunas cancelaciones, «pero son muy pocas», explicó su presidente Francisco García.

Respecto a esta situación, García indicó que algunos están aprovechando la epidemia para alegar que se trata de una «causa mayor» y evitar así el pago de los gastos de la cancelación. Pero apuntó que en cualquier caso no se trata de una situación real.

Sí que han detectado lo que podría interpretarse como el fenómeno contrario. Varios clientes han pedido quedarse algún tiempo más en Valencia. El motivo no es otro que evitar el regreso a Italia donde la situación es mucho más complicada.

Según explicó García «es gente que está esperando ver cómo evoluciona la epidemia para volver a sus hogares». Añadió que todo el sector está también expectante ante la evolución de la enfermedad.

Otro de los factores que se está teniendo en cuenta desde el sector es que todavía estamos en temporada baja. El verdadero termómetro será dentro de un mes, con la Semana Santa, una época en la que habitualmente se multiplican los viajes al extranjero.

El sector turístico no maneja cifras, pero sí que ha sufrido ya algunas cancelaciones. «Pocas y puntuales», señaló Miguel Jiménez, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de la Comunitat Valenciana (Aevav). También resaltó que la gente sigue reservando «con normalidad».

Normalidad es también el término que elige Luis Martí, presidente de la Federación Hotelera de la Comunitat Valenciana, para definir la situación. Reconoció que se han producido algunas cancelaciones pero destacó que se trata de un comportamiento muy puntual y que son poco significativas.

Preocupación

Pese a ello, la mirada del sector es de preocupación. Los primeros casos de coronavirus en la Comunitat Valenciana han coincidido con el comienzo de las Fallas, una fiestas que ya no iban a ser tan rentables como las de hace un año por el hecho de que el día grande sea jueves, lo que frenará la llegada de turistas nacionales.

Ahora, con el coronavirus, las expectativas que existían con el turismo extranjero también se han enfriado, según advierten las distintas asociaciones. Así lo explica José Miralles, presidente de la Asociación de Hosteleros del Paseo Marítimo. Cada vez aparecen menos clientes italianos. «Estamos preocupados, muy preocupados», señaló el empresario.

En la misma línea expresó el temor de que con la propagación de la enfermedad la afluencia a los establecimientos se redujera notablemente. «No sólo son las Fallas. Es que inmediatamente después llega la Semana Santa y la gente puede no venir», indicó.

En cualquier caso explicó que hasta el momento la llegada de clientes extranjeros se mantiene en los niveles habituales con la salvedad de los turistas italianos que ha caído en las últimas semanas.

Fernando Turanzo, secretario de la Asociación de Empresarios de la Playa de Las Arenas, indicó también el riesgo que supone para sus negocios la extensión de la epidemia. «Ya hemos notado que la afluencia es menor. Se ha notado la suspensión de Maderalia por el coronavirus», afirmó. Turanzo expresó que todo el sector se encuentra «a la espera» de lo que puede suceder en las próximas semanas y «con la esperanza de que no vaya a más».

El secretario de la entidad indicó que ya se han producido llamadas con alguna cancelación, pero sobre todo lo que se está evidenciando es que se han reducido las preguntas por la disponibilidad de los locales para acoger cenas y comidas. «No hay tantas como en otros años en estas fechas», destacó.

Miguel Jiménez reconoció que existe preocupación por la enfermedad. «Pero no nos podemos paralizar. La vida sigue. Hay gente que sigue reservando porque tiene claro lo que supone esta enfermedad», añadió.

La preocupación se ha extendido también al sector del ocio. El presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), Albert Salmerón, admitió ayer que el sector tiene «incertidumbre» ante la propagación del coronavirus por España y afirmó que están «alerta y atentos» para tomar «medidas», tal y como señaló en declaraciones a Europa Press.

Mensajes de tranquilidad

Los hosteleros pidieron también a las instituciones que contribuyeran a disminuir la psicosis y la sensación de alarma entre la población. «Tienen que dar seguridad y no crear dudas a los ciudadanos», recalcó Miralles.

Desde el sector señalaron que se están tomando todas las medidas que recomienda Sanidad para minimizar el riesgo de contraer la enfermedad. En este sentido, Miralles señaló que en todas las cocinas se tiene el gel higiénico que se aplica según las advertencias de las instituciones.

En la misma línea se pronunció Luis Martí que explicó que se están «extremando» las medidas de higiene habitual y se están siguiendo los protocolos existentes en materia sanitaria.

Mientras, las calles de Valencia seguían ayer llenas de turistas que pese al clima de alarma han decidido mantener sus planes. De hecho, la inmensa mayoría paseaba tranquilamente por las calles. Y ni tan siquiera se podían ver las tan preciadas mascarillas.