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La nueva estrategia de Ciudadanos: presentarse como el “centro liberal progresista” contra los populismos

La ponencia de la gestora para el congreso no entra en el análisis de las causas del desplome y defiende los pactos entre «los constitucionalistas»

Inés Arrimadas, portavoz parlamentaria de Ciudadanos.
Inés Arrimadas, portavoz parlamentaria de Ciudadanos. JESÚS HELLÍN EUROPA PRESS

La gestora de Ciudadanos ha plasmado por escrito las líneas estratégicas que definirán el rumbo del partido en los próximos cuatro años y con las que pretende reflotar su mal resultado de las últimas elecciones generales. La ponencia enviada a los miembros del Consejo General del partido, de 19 páginas y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, revindica que su espacio político es el «centro liberal progresista» frente al auge de los populismos «de izquierda y derecha». El documento no entra en el análisis sobre las causas de su desplome en las urnas, pero mantiene la hoja de ruta con la que concurrió a las elecciones de noviembre sobre los pactos con otros partidos: acuerdos con los «constitucionalistas». El texto homologa a Vox y a Podemos, y se opone al nuevo Gobierno de coalición.

Ciudadanos mantiene su oposición frontal al separatismo, que identifica como una «amenaza real» para la unión y la igualdad entre españoles. «España no puede depender de los partidos que quieren destruirla», subraya la ponencia, aunque la formación no quiso pactar con el PSOE para evitar el apoyo de los independentistas en la investidura de Pedro Sánchez. El partido rechaza las «cesiones del bipartidismo» a los nacionalistas, que según su análisis están en el origen del problema de «deslealtad» con el que actúan los Gobiernos no solo de Cataluña, sino de País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana o Baleares.

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Pero además de la oposición al independentismo, que sigue siendo su seña de identidad, a la gestora de Ciudadanos le preocupa especialmente el «auge en España de opciones populistas que niegan la diversidad y la pluralidad de la sociedad española, renegando de las sociedades abiertas y del proyecto europeo». La sentencia parece referirse tanto a Vox como a Podemos, aunque no los cita — el documento no menciona a ningún partido—, a los que define como «populismos».  Cs se presenta como una alternativa a la misma distancia de Podemos que de Vox. «Debemos luchar con firmeza contra los populismos de izquierdas y derechas», subraya la ponencia. El documento estratégico de Ciudadanos se desmarca de Vox sobre todo en la lucha contra el cambio climático, la lucha contra la «lacra de la violencia de género» y la defensa de los derechos LGTBi.

«Frente al auge de los populismos de izquierda y derecha que quieren enfrentarnos y dividirnos, defendemos la democracia liberal y las sociedades abiertas y plurales, con menos barreras y más derechos y libertades. Defendemos la igualdad de oportunidades, el fortalecimiento del Estado del Bienestar, la regeneración democrática, la libertad económica, la lucha contra la corrupción. Queremos una España moderna, abierta, europeísta», proclama el texto de la ponencia estratégica.

La hoja de ruta de Cs ya no incluye el veto al PSOE con el que Albert Rivera se presentó a las elecciones de febrero del año pasado y obtuvo su mejor resultado electoral. En su lugar, el partido apuesta por los pactos «entre constitucionalistas», la fórmula que presentó Inés Arrimadas en la investidura de Pedro Sánchez, que abogaba por un acuerdo entre Cs, el PSOE y el PP. «Ciudadanos es la casa grande del constitucionalismo y no dejará de tender puentes y apelar a los grandes acuerdos entre constitucionalistas para no tener que depender de populistas ni nacionalistas», subraya el texto. Nada dice el documento de cuál es el socio prioritario: en el ciclo electoral de 2019, Rivera decidió que fuera el PP. Con los populares comparten cuatro Gobiernos autonómicos, tres de ellos apoyados desde fuera por Vox, y el Ayuntamiento de Madrid. La ponencia tampoco se pronuncia sobre si deben mantenerse o no esos acuerdos o aceptar que la extrema derecha condicione sus Gobiernos.

La estrategia de pactos fue la causa de la mayor crisis interna de Ciudadanos desde su expansión nacional. La ejecutiva del partido terminó rompiéndose en junio del año pasado por el veto a los acuerdos con el PSOE. Rivera había impulsado esa estrategia antes de las elecciones generales de abril con el objetivo de disputar al PP el liderazgo de la derecha. El 28 de abril, Cs rozó el sorpasso al PP, aunque no lo superó. Las autonómicas y municipales de mayo ampliaron la brecha entre los dos partidos, pero Rivera decidió mantener el veto al PSOE hasta la última semana previa a la disolución de las Cortes para la repetición electoral de noviembre.

A principios de verano, el sector socioliberal de Ciudadanos plantó batalla por intentar un acuerdo con los socialistas, pero no prosperó. A consecuencia de la crisis, cuatro dirigentes dimitieron, y el cofundador del partido Francesc de Carreras se dio de baja como militante. En la repetición electoral de noviembre, Rivera se presentó sin el veto al PSOE, pero las urnas le dieron la espalda y perdió 47 de sus 57 diputados de abril. El nuevo documento estratégico de Ciudadanos no analiza las causas de ese desplome. Se refiere con cierta sorpresa al resultado electoral, sucedido después de haber obtenido el mejor (en abril) y «sin variar ni equipo ni programa».

Pero en el texto de la ponencia es evidente la rectificación en el veto al PSOE: el documento insiste varias veces en pactar con aquellos partidos que, «desde posiciones sensatas y moderadas, respeten nuestros valores constitucionales», reafirma su vocación de «tender puentes» y «llegar a amplios acuerdos». No hay ninguna referencia a que el PSOE esté fuera de ese marco, como sí defendió el partido el pasado abril.

Ahora bien, el nuevo Ciudadanos se situará enfrente del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos. «El nuevo Gobierno de coalición, con miembros abiertamente contrarios a nuestro modelo económico y que llegan a declararse como comunistas, no contribuye a generar ni mucho menos a alimentar un clima de confianza empresarial y tranquilidad en los mercados que facilite la inversión y permita generar actividad económica y empleo», defiende la hoja de ruta de Cs. «Sus tesis en muchos casos son abiertamente contrarias a los principios liberales que defendemos desde Ciudadanos, y sus propuestas miran más hacia el pasado que hacia las reformas pendientes que se necesitan para modernizar España», apostilla el texto.

Ciudadanos celebra su congreso — la V asamblea general— los próximos 14 y 15 de marzo. El cónclave servirá para elegir al nuevo presidente o presidenta tras la dimisión de Albert Rivera por el desplome electoral del 10 de noviembre. Hasta ahora, solo Inés Arrimadas, portavoz parlamentaria, ha confirmado su intención de presentarse, pero no está descartado que tenga rival. El vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, medita si dar un paso adelante y en los últimos días ha condicionado su candidatura a una reunión que espera mantener con Arrimadas para contrastar cuál es el modelo de partido que plantea. La ponencia estratégica elaborada por un equipo designado por la gestora (en el que no estaba Arrimadas) entra ahora en un proceso de enmiendas de los militantes, y tendrá que ser aprobada por la V asamblea.