
Agentes de la Policía Nacional han detenido en València a un hombre de 43 años por presuntamente dar patadas y un cabezazo a su novia, arrastrarla del pelo para echarla de su vivienda y amenazarla con un cuchillo en el cuello, tanto a la víctima como a su hermana.
Los hechos ocurrieron cuando los policías fueron comisionados por la Sala 091 para que se dirigiesen a una calle del distrito de Trànsits de València, donde al parecer un hombre había agredido a una mujer, según han explicado las fuerzas de seguridad en un comunicado.
Una vez allí, los agentes observaron al hombre en el suelo junto a su novia, que se encontraba muy nerviosa. Averiguaron que el hombre presuntamente había agredido a su pareja cuando se encontraban en el domicilio de ambos, cogiendo un cuchillo y agarrándole por el pelo para obligarla a salir de la casa.
La mujer comenzó a gritar, por lo que algunos familiares de ella próximos a la zona acudieron al lugar. En su presencia, el ahora detenido supuestamente le puso el cuchillo en el cuello a la mujer, le dio un cabezazo y patadas y la arrastró por el suelo.
La madre y una de las hermanas de la víctima intentaron evitar que la joven fuese agredida y se acercaron al hombre, momento en que este supuestamente les amenazó con el cuchillo que portaba e incluso intentó clavárselo a la hermana en el cuello.
Los agentes localizaron en las inmediaciones donde se produjeron los hechos parte de la hoja de un cuchillo, de unos 14 centímetros, que al parecer el sospechoso utilizó en la agresión.
Por todo lo anterior, los agentes han detenido al hombre como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar, amenazas y tentativa de homicidio. El detenido, con numerosos antecedentes policiales, ha pasado a disposición judicial. Se ha decretado una orden de alejamiento de la víctima y la prohibición de comunicarse con ella.
Detenidos dos menores por intentar abusar de una joven de 13 años en el baño del colegio

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Valencia a dos menores de 14 y 15 años como presuntos autores de delitos de abuso sexual en grado de tentativa y detención ilegal, tras al parecer retener a una chica de 13 años en los baños del centro escolar donde estudian y cogerle la mano para que les toque sus genitales.
Los hechos ocurrieron cuando una menor que se encontraba en clase pidió permiso para ir al baño. Una vez dentro del servicio, transcurridos unos minutos, supuestamente accedieron al mismo tres jóvenes compañeros del mismo centro educativo, han detallado las fuerzas de seguridad en un comunicado.
Al parecer, uno de ellos le cogió la mano a la joven y trató de acercársela a sus partes íntimas, pero debido a la resistencia que la menor ofreció consiguió zafarse y salir corriendo del baño, no sin antes tener que empujar a otro de ellos que había permanecido sujetando la puerta para que nadie pudiese acceder al interior.
Durante las investigaciones, los agentes averiguaron que en un primer momento la joven no dijo nada, pero una vez en casa se lo contó a su madre y decidieron dar cuenta de lo ocurrido a la Policía.
Los policías averiguaron que uno de los jóvenes tenía 12 años. Como consecuencia de las investigaciones, los agentes detuvieron a los sospechosos como presuntos autores de los delitos de abuso sexual, en grado de tentativa y detención ilegal. Los menores, una vez oídos en exploración, fueron entregados a sus padres.
EN ONTINYENT (VALENCIA)
El taxista al que le sacaron los ojos: “Soy un muerto viviente”
Habría discutido con un cliente por el precio de la carrera y este presuntamente “si tiró” a por sus globos oculares “con la precisión de un gato”

1REDACCIÓN Y AGENCIAS, VALÈNCIA03/12/2019 10:11| Actualizado a 03/12/2019 10:12
Un taxista que quedó ciego tras un altercado con un cliente, ocurrido en Ontinyent (Valencia) en la noche del 19 de marzo de 2015, ha declarado este lunes en el juicio por aquellos hechos celebrado en la Audiencia de València que el acusado “se tiró” a por sus ojos “con la precisión de un gato”. “Soy un muerto viviente desde entonces. Lo siento por mis hijos, que son los que me cuidan”, ha asegurado ante el tribunal.
“Yo tenía puesto el cinturón y no me podía mover. Se me subió encima y me clavó los dedos en los ojos… No sé cómo se pudo meter entre el volante y el salpicadero, pero yo quedé atrapado por el cinturón de seguridad y sus rodillas en mi pecho”, ha contado entre sollozos.
Por su parte, el acusado, que tenía 19 años en el momento de los hechos, se ha presentado como una víctima ante el tribunal, que le juzga por lesiones graves y robo con fuerza, delitos por los que las acusaciones piden entre trece y dieciséis años de prisión. “Siento lo ocurrido. No le deseo a nadie lo que yo he pasado en los últimos años”, ha declarado, y ha alegado legítima defensa.
Se desató una discusión por el precio de la carrera
Los hechos juzgados, según el relato de la fiscal, comenzaron a desarrollarse cuando el taxi se detuvo a la entrada de Ontinyent hacia las 5 de la madrugada y, por alguna razón relacionada con el precio de la carrera, se desató una discusión que llevó al taxista, que sospechaba que el joven pretendía escapar sin pagar, a sujetar el brazo del cliente.
Entonces Aitor, siempre según la fiscal, se abalanzó sobre el conductor y le metió los dedos en los ojos. Cuando el taxista salió del vehículo tras conseguir quitárselo de encima, siguió golpeándole y volvió a dañar sus ojos metiendo sus dedos en los globos oculares del conductor una vez más.
Y cuando la víctima estaba semiinconsciente, lo empujó a una cuneta, entró en el taxi y le robó su mochila, que contenía 140 euros y un datáfono, todo lo cual sería recuperado poco después en el coche del padre del joven, que había llamado a sus familiares para que fueran a recogerle tras abandonar al conductor agredido.
La fiscal pide trece años de carcel
La fiscal pide una condena total de trece años de cárcel, mientras que la acusación particular pide dieciséis, una diferencia que se explica porque la acusación pública no aplica la circunstancia agravante de alevosía, que para la acusación particular sí se ha producido, debido a la sorpresa y la indefensión de la víctima.
Ambas acusaciones han elevado sus peticiones de indemnizaciones (760.000 euros pide la acusación particular) después de que se haya calificado de gran invalidez la situación en la que quedó la víctima.
El culpable alega que antes le agredió el taxista a él
El relato del acusado, que solo ha querido responder a preguntas de la defensa, se ha centrado en la agresión que él, y no el taxista, sufrió aquella noche: “Me pidió el móvil y el dinero” como precio por la carrera, y “me sujetó fuerte, aunque yo le decía que me dejara, me cogió del cuello y yo sentía que me ahogaba”, ha relatado, para terminar explicando que, al abrir él la puerta, el conductor le sujetó y ambos cayeron a una acequia.
Según la defensa, las lesiones oculares pudieron ser consecuencia de un golpe en el forcejeo, o de daños causados por cristales rotos. Y, si la mochila del taxista acabó en el coche del padre de Aitor, fue porque la cogió para protegerse de la lluvia, no con intención de robar.
A lo largo de la vista agentes de las Guardia Civil y médicos forenses han establecido hechos como que la pelea tuvo lugar en el interior del taxi, fundamentalmente, y que las lesiones de los ojos de la víctima muy difícilmente pueden haber sido causadas por otra cosa que no sea la penetración, con mucha fuerza, de un objeto más o menos punzante, como los dedos y las uñas del acusado.
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