TURISMO

Un libro rescata imágenes de cuando solo había unos chalés en la costa del municipio y un grupo inmobiliario proyecta 1.200 viviendas más

Cómo se iban a imaginar los primeros «veraneantes» de Benidorm que hace un siglo paseaban por su costa sin obstáculos -apenas unos chalés que se contaban con los dedos de una mano- que hoy aspire a llegar a los 75.000 habitantes empadronados, supere el medio millón en verano y tenga a la vista una expansión urbanística de 1.200 viviendas en la zona de Poniente.

De aquellos tiempos del incipiente turismo de «climoterapia», con baños de agua salada tan saludables, acaban de salir a la luz algunas fotos inéditas en el libro «Retrato del primer turismo de Benidorm. 1918-1936)», del fotógrafo alcoyano Francisco Mora Carbonell, gracias al trabajo artesanal y minucioso de recuperación desde un formato inusual -cristal- del editor, Vicente J. Sanjuán.

Dos imágenes icónicas -ambas desde un mirador similar- que reflejan bien ese contraste de las vistas que ofrecía aquel pueblecito de pescadores antaño y las que se podrán contemplar en un par de años cuando TM Grupo Inmobiliarioedifique el plan urbanizador, pueden compararse en este reportaje.

La antigua se corresponde con «La Marquesina del hotel Bilbaíno», establecimiento fundado en 1928 por Pedro Cortés Barceló, antes mayordomo en varios buques de las Navieras Bilbaínas (de ahí el nombre). La moderna es una simulación virtual de cómo se podrá disfrutar de la expansión de Benidorm por el sur tras las próximas construcciones.

En aquel rincón emblemático del litoral donde se levantó ese hotel, poco antes se veían los chalés de Arañó y Boronat (foto de apertura de este reportaje), que acompañaban a las primeras y solitarias edificaciones en la playa de Levante, Villa Lucía y el chalé de Payá.

TM Grupo Inmobiliario ha adquirido 165.000 metros cuadrados de suelo muy cerca de la Playa de Poniente. Con este proyecto se construirán 1.200 viviendas residenciales de las cuales el 90% tendrán vistas al mar. «El objetivo de la promoción es satisfacer la demanda de compradores nacionales y europeos», según señalan desde esta compañía en expansión en la capital turística de la Costa Blanca.

Esta adquisición, la cuarta de TM en Benidorm en los últimos tres años, «garantiza actividad en el sector inmobiliario para la próxima década». Durante este período se invertirán en torno a 260 millones de euros en su construcción, y supondrá un impulso económico significativo al municipio generando centenares de puestos de trabajo, de acuerdo con la compañía.

No son los primeros que han puesto el ojo en este espacio de descanso para millones de turistas. Uno de los primeros «veraneantes» -como se les llamaba al principio, en la era del «prototurismo»- que se fijaron en Benidorm fue nada menos que el presidente de la primera República, Emilio Castelar.

No en vano, el ilustre político liberal que llevó las riendas del Gobierno de España en el siglo XIX tenía unos vínculos muy estrechos con las tierras alicantinas, porque aunque nació accidentalmente en la provincia de Cádiz, se crió y estudió en Elda, donde se honra su memoria con el nombre del teatro de la ciudad.