L’Escola Oficial d’Idiomes de Benidorm se une a la marea morada: con motivo del 8 de marzo, toda la comunidad educativa del centro salió a la calle mostrando una pancarta reivindicando los derechos básicos de la mujer: “365 días por la igualdad y contra el maltrato”. No obstante, este acto simbólico en una fecha tan significativa es uno más en la larga lista de actividades que la EOI está llevando a cabo a lo largo del todo el curso.

Somos conscientes de que la mujer no necesita un día al año, sino todos y cada uno de ellos. Y esta máxima es todavía más importante, si cabe, en un centro educativo donde tenemos la obligación, y el placer, de inculcar unos valores justos e igualitarios a los estudiantes, aunque estos sean adultos.

Es por esta razón que, en el contexto de nuestro plan de igualdad y convivencia, hemos decidido hacer girar todos los eventos culturales alrededor de estos conceptos. Por un lado, se han organizado actividades específicas para este fin: dos exposiciones cedidas por la UA con esta temática (No tengo dueño y Contra las reglas), una muestra permanente de carteles con citas o fechas importantes para el feminismo, así como una pancarta gigante para defender la igualdad y denunciar el maltrato que se expondrá en la escuela durante todo el año.

Por otro lado, las actividades que llevamos a cabo anualmente en el centro también tendrán una relación con esta reivindicación. El concurso de fotografía de 2019 tiene como título “Imágenes por la igualdad”, en el concurso de caligramas se le dio relevancia al ensalzamiento de la mujer y se han buscado charlas y conferencias en los distintos idiomas que traten esta temática desde el punto de vista de la variedad cultural. Asimismo, también hemos querido que el profesorado pueda tener una formación que nos ayude a educar en esa línea con sesiones sobre Internet, igualdad y lucha contra el ciberacoso, por ejemplo.

De esta forma, la EOI de Benidorm pone su granito de arena en este largo camino hacia una igualdad real en nuestra sociedad, no sólo feminista y sexual, sino también cultural y racial. En un centro donde se estudian seis idiomas y con un alumnado de múltiples procedencias, no sólo es imprescindible la convivencia, sino que es el lugar ideal para empezar a educar en igualdad.

Cristina Palazón Speckens