Benidorm

Benidorm.- Carlos Benito Echeverría

 

– IN MEMORIAM –

Mi amigo, mi compañero, nuestro Carlos, siempre, siempre, siempre estará presente en nuestra memoria. Su impacto como persona, su sensación de camarada, de entrega, su permanente ejemplo de buen hombre, de ser capaz de dar todo a cambio de nada, fue y será un ejemplo a seguir por todos aquellos que tuvimos la suerte de disfrutar de su permanente ejemplo y de compartir hombro con hombro sus mejores valores humanos.

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Juntos lanzamos en la década de los  80 y por iniciativa del entonces alcalde de Villajoyosa, José Riquelme, la agrupación de voluntarios de Protección Civil, pionera en la comarca de la Marina Baixa. El relato de las múltiples actuaciones tanto comarcales como provinciales de esta agrupación de voluntarios, haría fatigosa la historia, pero la narración  de su actuación en las inundaciones de Alzira (Valencia) en noviembre de 1.987, fuera de su natural demarcación y de la que Carlos fue uno de sus protagonistas, es necesaria, ya que nos consta su desconocimiento por una buena parte de sus vecinos de Benidorm. El entonces Presidente de la Comunidad Valenciana Joan Lerma concedió a la agrupación la medalla colectiva al Mérito Civil, en buena medida por la colaboración y entrega de nuestro compañero Carlos.

Era un mes de noviembre de 1982 cuando las torrenciales lluvias (480 l/m2) y su conjunción con la rotura de la presa de Tous aguas arriba del rio Júcar, produjeron la catastrófica inundación de Alzira. La tarde y noche anteriores estuvimos siguiendo a través de la radio las preocupantes noticias de la inundación, hasta que tomé la decisión de reunir el gabinete de emergencias en el Ayuntamiento de Villajoyosa, al objeto de enviar un equipo de intervención inmediata con voluntarios y vehículos de transporte y ambulancia desde Villajoyosa a Alzira. El problema mas importante era que las vías de comunicación (A-7 y CV-50) estaban cortadas por las inundaciones, pero puestos al habla con la Guardia Civil de Tráfico conseguimos una vía de acceso desde la autopista  a través de caminos vecinales hasta Alzira.

Así esa madrugada fuimos los primeros en llegar con alimentos, ropa de abrigo y medicinas para primeros auxilios a la explanada donde se encuentra la Ermita de la Virgen del Lluch, lugar que domina por su altura toda la ciudad de Alzira. Allí se habían refugiado multitud de familias. Organizamos en el interior de la ermita un centro de acogida y auxilio y preparamos en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil un helipuerto para la recepción de ayuda global mediante los helicópteros del Ejercito del Aire. Fueron dos semanas de intensa actividad, el equipo de voluntarios fue renovándose, pero Carlos y su ambulancia siempre estuvieron en la primera línea trasladando a víctimas a Valencia, incluso una parturienta  dio a luz en su ambulancia camino del Hospital.

 

Todos y cada uno de los voluntarios que trabajamos en aquella emergencia y en muchas otras, siempre contábamos con la colaboración desinteresada y altruista de Carlos Benito. Era el primero en acudir y el último en terminar la emergencia. Su ejemplo era permanente y su entrega total. Personalmente me sirvió de gran ayuda en múltiples ocasiones en las que poníamos en juego incluso la vida. Su experiencia  y conocimientos fueron un buen ejemplo para todos los voluntarios. Por ello Carlos se que no te has ido, se que permaneces y permanecerás entre nosotros como de costumbre. Hasta nuestro próximo encuentro.

                                                                              José Antonio Corachán Marzal