¡Que le vamos a hacer! La solución llegará el próximo 26M, hasta entonces emplearemos dosis y dosis de paciencia, resignación y entereza. Como comentaba en un artículo anterior, nuestro super-cocejal ha entrado en una vorágine, en un torbellino alimentado por las lisonjas, alabanzas y halagos de sus jaboneros, que entiendo en una buena parte no son inmerecidos ya que lo que está hecho hecho está y negar la realidad sería mentir, pero…

Da la impresión de que estamos tan acostumbrados a que quien se debe a sus ciudadanos, jurando o prometiendo un compromiso de servicio y dedicación durante una legislatura, no cumpla con su palabra, con su obligación y deber, que cuando se amontonan las obras aparentemente olvidadas y nos inundan con fotos y mas fotos como si estuviéramos mirando hacia otro lado… Cuando en un momento dado y ante la proximidad de una nueva votación (botación) acumula y hacina cual tsunami una parte de su trabajo de años en solo seis meses, entiendo que pueda el super-concejal sentirse satisfecho, incluso orgulloso a pesar de haber dejado en el cajón de los recuerdos la otra parte de su trabajo, parte que sigue oculta, escondida y secreta y que según sus manifestaciones parece haber inhumado en el olvido.

Cuando se alimenta el orgullo desmedidamente, es fácil que se rompa la envoltura de humildad que debe envolverlo para que sea sano, saludable y honesto. Si se rompe esa cubierta, aparecen la autosuficiencia, el engreimiento, la soberbia y la petulancia. Veamos que comentó nuestro super-concejal el pasado 29 de enero en facebook:

Hola perdonar por la tardanza, que os pensabais que por los trabucos que me meten y las mentirán que cuentan yo me voy achantar . No no no que sepáis que pese a quien pese este es mi muro y voy a enseñar y escribir lo que quiera; por que vosotros ciudadanos de Benidorm tenéis derecho a saber de todo lo que se está haciendo en nuestra ciudad y lo vais a saber; Hoy voy a enseñaros el grandísimo trabajo que hacen los chavales del Empuju ( programa patrocinado por fondos europeos y que el ayuntamiento ha pedido y nos han concedido ) . Pedir verbo que este equipo de gobierno no para de utilizar y usar para sacar frutos para el bien de Benidorm. Gran equipo gran trabajo , poquet a poquet Benidorm mejora.

Este super-concejal parece ser que tiene mas cara que espalda, dice que los ciudadanos de Benidorm tenemos derecho a saber todo lo que se está haciendo, ¿tenemos algún derecho a saber lo que se ha hecho bien o mal, incluso lo que no se ha hecho? Imagino que tendremos el mismo derecho, a no ser que nuestros derechos ciudadanos sean como gas de la gaseosa, que con el tiempo se desvanece. Por otra parte si “le meten trabucos” y “cuentan mentiras” no hacen otra cosa que pagarte con su misma moneda, ojo por ojo, diente por diente. Pedir no es el único verbo que utiliza el equipo de gobierno, hay otros verbos transitivos e intransitivos que utiliza con demasiada frecuencia; por ejemplo mentir y esconder, con o sin complementos directos o indirectos, cuando lo que de verdad queremos los ciudadanos de Benidorm es un Ayuntamiento  transparente, diáfano, claro y traslúcido, en el que el servicio y misión de los funcionarios sean los ciudadanos y su bienestar y en el que los políticos en gobierno u oposición no encuentren su “modus vivendi in aeternum”.

Por supuesto que en su muro Sr. Super-concejal, puede escribir lo que quiera, pero con la misma libertad que usted escribe siendo un personaje público, escribimos y opinamos el resto de los ciudadanos, repito con la misma libertad de expresión a la que añado su “pese a quien pese”. Lamentablemente su último comentario “Gran equipo gran trabajo” no podemos compartirlo parte de los ciudadanos de Benidorm por razones tan gigantescas, grandiosas y monumentales como expresa en su petulante exégesis. Razones que han sido tantas veces expuestas como días tiene un año (bisiesto) y a las que esperamos poquet a poquet obtener respuesta bien sea de su gran equipo, de otro equipo no tan grandioso e incluso  si no hay otra solución, de la justicia.

                                                                       José Antonio Corachán Marzal