El Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha confirmado la condena de nueve años de cárcel por abusos impuesta a los cinco miembros de ‘La Manada’ por el asalto a una joven en Pamplona en las fiestas de San Fermín de 2016. Los jueces consideran que no fueron relaciones consentidas pero mantienen, como la Audiencia Provincial, que fueron abusos y no agresión sexual aunque dos de los cinco magistrados han redactado votos particulares al entender que tendrían que haber sido condenados por el segundo delito.
La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra admite, por tanto, el relato de hechos probados que hizo la Audiencia en primera instancia: que no fueron relaciones sexuales consentidas pero que los cinco sevillanos no tuvieron que hacer uso de la violencia para consumar el asalto. La Fiscalía y la acusación particular habían pedido que su condena aumentase por agresión sexual y no sólo por abusos.
Los jueces avalan el testimonio de la víctima, diciendo que «consideramos su testimonio seguro y convincente» añadiendo que «no es verosímil una teoría conspirativa que involucra a todos los que asisten a la víctima» y recordando que «la declaración de la denunciante no es una prueba única», teniendo en cuenta que incluso hay vídeos del ataque.

Juicio mediático
La mayoría de la sala rechaza los argumentos de la Fiscalía y la víctima pero también los de lo acusados, que pedían la absolución, y rechazan una de sus alegaciones principales: el juicio mediático. «La valoración social de las conductas delictivas es parte esencial de la conformación de la conciencia social y del debate democrático de las leyes penales», dicen los jueces, añadiendo que ellos bien se han podido defender en esos mismos medios. «En cuanto al alegado tratamiento adverso por los medios, es patente que los procesados han podido también intervenir en el debate social y hacer declaraciones exculpatorias».
Su condena, reiteran, está basada en datos y argumentos jurídicos y no en «una supuesta manipulación mediática o conspiración política», añadiendo que «la presión mediática no ha causado indefensión a los acusados, las pruebas periciales impugnadas no se acreditan contaminadas» y por tanto sus condenas son confirmadas.
Voto particular
Dos jueces explican a lo largo de cuarenta páginas de voto particular que los hechos «han de ser calificados penalmente como constitutivos de un delito de agresión sexual y no como el de abuso sexual con prevalimiento» ya que la joven fue obligada a entrar en el portal: «Tuvieron lugar acciones que obligaron a la denunciante a entrar en el portal y en el habitáculo, cuyo acceso, evidentemente, no fue voluntario sino forzado, ya que tiraron de ella y la obligaron a entrar».
Para los dos jueces discrepantes los cinco miembros de ‘La Manada’ también usaron intimidación suficienite como para considerar el ataque una agresión sexual: «En definitiva, conductas reveladoras de la existencia de intimidación suficiente para mantener que los hechos tuvieron lugar mediante intimidación ambiental para vencer la voluntad de la víctima». Concluyen que actuaron «mediando intimidación ejercitada por los acusados, lo que integra tales hechos en el delito de agresión sexual» y con un carácter «particularmente degradante o vejatorio», lo que sería un agravante.
¿QUIENES SON LOS MIEMBROS DE LA MANADA?
De ellos se ha dicho que son «verdaderos imbéciles», «primarios», pero «buenos hijos». Esos fueron los calificativos que seleccionó uno de los abogados de los cinco miembros de La Manada —nombre de WhatsApp de un grupo de cinco sevillanos que presuntamente violaron a una joven en los Sanfermines de 2016— en el último juicio que tuvo lugar en la Audiencia de Navarra.
De aquello ha algo más de un año y este miércoles se ha conocido que el TSJN confirma la condena de uno de los juicios más mediáticos en España, después de que se hiciera pública la primera sentencia allá por el mes de abril.
Inicialmente, la Fiscalía reclamaba para ellos 22 años y 10 meses de prisión por agresión sexual, intimidación y robo con fuerza por llevarse el móvil de la chica, además de una indemnización de 100.000 euros por daño moral ocasionado. Pero ¿a quién se juzga exactamente?

Estos son los miembros de La Manada
José Ángel Prenda
El cabecilla del grupo es José Ángel Prenda, de 29 años, perteneciente a los Biris (formación ultra del Sevilla) y el primero que tuvo contacto con la joven aquel 7 de julio. En su currículum destacan unos antecedentes que se remontan al 2011, cuando fue condenado a dos años de cárcel por un delito de robo con fuerza en Huelva. Su paso por la prisión preventiva le ha valido para perder una treintena de kilos y dejar atrás el mote «el gordito tatuado».
Ángel Boza
El menos mediático y el más joven del grupo es Ángel Boza, de 26 años. Su edad siempre fue una de las bromas recurrentes del grupo, cuyos miembros le retaban a pasar pruebas para acceder a La Manada. Los Sanfermines de 2016 eran como un ritual de iniciación para él. En el juicio de noviembre mostró el perfil más bajo de todos: vista perdida, rostro tapado con las manos… Era, sin duda, el más afectado de todos. Fue el único que, en su turno de última palabra, se declaró inocente, dijo confiar en la justicia y pidió que todo esto se acabara «cuanto antes».
Jesús Escudero
El paso por la prisión preventiva de Jesús Escudero, también conocido como el peluquero puesto que se dedica a ello en el barrio de Triana, no ha hecho tanta mella en él como en sus compañeros. Su aspecto seguía en noviembre, después de pasar 16 meses en prisión, casi igual que un año y medio antes: perilla en el rostro y gomina en el pelo para moldearlo.
Antonio Guerrero
Antonio Guerrero, Guardia Civil de profesión. Él fue una pieza clave en el juicio: es el autor de los vídeos que se grabaron con su móvil en el interior del portal en el que se cometieron los supuestos abusos a la chica y además fue quien se llevó «por avaricia» el móvil de la joven. «Mientras estaban realizando las relaciones sexuales yo vi una riñonera en el suelo y la cogí, la registré y vi un móvil. Le quité la carcasa, la tarjeta SIM y la tarjeta de memoria y me lo guardé», declaró en el juicio de noviembre. Es también quien dijo una de las frases más polémicas durante aquella vista: «Ella disfrutó más que yo».
Alfonso Jesús Cabezuelo
Alfonso Jesús Cabezuelo es el mayor de todos ellos (1988) y el militar del grupo. Entró en las Fuerzas Armadas a los 20 años y trabajó en la Unidad Militar de Emergencia (UME) de la Morón de la Frontera hasta que se le acusó de violación. Como Jesús, también tiene tatuado un lobo símbolo de La Manada. Él es protagonista, también junto a sus compañeros (salvo Prenda), de un vídeo grabado en Pozoblanco en el que se ve cómo abusa de otra joven
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