Hay muchas reuniones secretas estos días en Westminster. La gran mayoría, protagonizadas por tories euroescépticos dispuestos a deshacerse de Theresa May. Sin embargo, cambiar a la primera ministra no modificaría la situación en la Cámara de los Comunes, donde en última instancia debe de ratificarse tanto el acuerdo del Brexit como la declaración política sobre las futuras relaciones con el bloque. El Ejecutivo seguiría sin tener mayoría absoluta, las filas conservadoras continuarían con su guerra civil y la dirección laborista intentaría forzar como fuere unas elecciones anticipadas.

Por este motivo, ante la gran crisis institucional que ha supuesto el borrador del acuerdo del Brexit pactado con Bruselas, algunos miembros del Gobierno están moviendo otro tipo de encuentros clandestinos donde los interlocutores son representantes de la oposición y la discusión se centra en la creación de un «Gobierno de unidad nacional».
Ante el caos que se prevé si el Parlamento acaba tumbando el documento de casi 600 páginas —que incluye un plan de emergencia para evitar frontera dura en Irlanda, una factura de 39 mil millones de libras y el compromiso para respetar los derechos de los ciudadanos— algunos conservadores y laboristas moderados han comenzado a valorar la posibilidad de repetir el escenario que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces, Winston Churchill presidió un gran gobierno de coalición donde las dos principales formaciones trabajaron juntas entre 1940 y 1945.
Según el influyente tabloide ‘The Sun’, la planificación de emergencia ya ha comenzado después de que algunos responsables del Ejecutivo hayan mostrado su preocupación ante la inminente moción de censura que se espera en las próximas horas contra el liderazgo de May.
«Estamos hablando con laboristas sensatos para ver qué opciones pueden ser posibles», asegura uno de los conservadores implicado en este tipo de reuniones clandestinas. «Estamos en fase inicial, pero es posible que terminemos necesitando gobernar con ellos cuando Theresa se vaya. Veo el escenario realmente mal», matiza al tabloide

John McDonnell, responsable de Economía en el Partido Laborista y mano derecha de Jeremy Corbyn, no rechazó la idea cuando fue preguntado al respecto en una entrevista con Radio 4: «Creo que lo que está surgiendo dentro de la Cámara de los Comunes es una plataforma de unidad para evitar el no acuerdo».
Por su parte, el conservador pro-UE Ken Clarke insinuó que apoyaría un «Gobierno de unidad nacional» cuando también salió el debate a relucir en una entrevista con Channel 4 News: «Los corbynistas son una pérdida de tiempo, son Brexiteers de línea dura. Los seguidores de Jacob Rees-Mogg son una pérdida de tiempo, todos son nacionalistas de línea dura. Pero en el medio, hay figuras buenas y es el momento que se unan por los intereses del país». Lo cierto es que, a día de hoy, nadie descarta ningún escenario en Westminster. El viernes, May tuvo un respiro después de que varios brexiteers de su Gabinete, incluidos el influyente Michael Gove, actual ministro de Medio Ambiente, y Liam Fox, responsable de Comercio Exterior, decidieran quedarse en el Ejecutivo.
La ‘premier’ está decidida a seguir en Downing Street contra viento y marea para luchar por el que, a su juicio, es el mejor acuerdo de divorcio que puede aspirar el Reino Unido tras más de cuatro décadas en el bloque. Como muestra de que no piensa dimitir, ha elegido al nuevo ministro del Brexit. Se trata de Stephen Barclay quien hasta ahora había sido secretario de Estado de Sanidad. Pese a que hizo campaña por la salida en el referéndum de 2016, no pertenece al núcleo duro euroescéptico y siempre se ha mantenido fiel a la líder. Asimismo, Amber Rudd, antigua titular de Interior y gran apoyo de la premier, también regresa al Ejecutivo para ocupar la cartera de Trabajo y Pensiones.
En cualquier caso, continúan los rumores de una inminente moción de confianza contra el liderazgo de May después de que el influyente Jacob Rees Mogg, líder del núcleo duro de los tories euroescépticos, haya entregado una de las 48 cartas necesarias para activar un proceso que podría llevar a primarias. A May le bastaría el apoyo de 158 de sus 317 diputados para ganar la moción de confianza y quedar inmune a desafíos durante un año, según estipulan las reglas de la formación. Pero si la pierde no podría volver a presentarse como candidata ante unas elecciones internas donde se cree que el excéntrico Boris Johnson intentaría convertirse en el nuevo primer ministro.

Learn MoreJohn McDonnell, responsible for Economics in the Labor Party and right-hand Jeremy Corbyn, did not reject the idea when asked about it in an interview with Radio 4: «I think what is emerging within the House of Commons is a unity platform to avoid non-agreement «.
For his part, the pro-EU conservative Ken Clarke hinted that he would support a «Government of national unity» when the debate also came up in an interview with Channel 4 News: «Corbynists are a waste of time, they are hard-line Brexiteers The followers of Jacob Rees-Mogg are a waste of time, they are all hard-line nationalists, but in the middle, there are good figures and it is time for them to unite for the interests of the country. » The truth is that, to this day, nobody rules out any scenario in Westminster. On Friday, May took a break after several cabinet brexiteers, including the influential Michael Gove, current environment minister, and Liam Fox, responsible for foreign trade, decided to stay in the Executive.
The ‘premier’ is determined to continue in Downing Street against all odds to fight for what, in his view, is the best divorce agreement that the UK can aspire after more than four decades in the block. As a sign that he does not intend to resign, he has elected the new minister of Brexit. It is Stephen Barclay who until now had been Secretary of State for Health. Although she campaigned for the exit in the 2016 referendum, she does not belong to the Eurosceptic hard core and has always remained loyal to the leader. Also, Amber Rudd, former head of Interior and great support of the premier, also returns to the Executive to fill the portfolio of Work and Pensions.
In any case, rumors of an imminent motion of confidence against the leadership of May continue after the influential Jacob Rees Mogg, leader of the hard core of the eurosceptic Tories, has delivered one of the 48 letters needed to activate a process that could lead to primaries. May would need the support of 158 of his 317 deputies to win the motion of confidence and be immune to challenges for a year, as stipulated by the rules of formation. But if he loses her, he could not run again as a candidate for an internal election where it is believed that the eccentric Boris Johnson would try to become the new prime minister.
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