Sortea los baches, forman parte de la vida, te hacen más fuerte.

Martes 2 de octubre, Mercedes Ciges Faura, licenciada en Geografía e
Historia por la Universidad de Alicante, homenajeó en “El Faro de
Alejandría Benidorm” a: Solveig Nordström.

Sol (como le gusta que la llamen) es de sobra conocida en la arqueología
alicantina por el gesto heroico que tuvo, arriesgando abiertamente su vida
al tenderse delante de las excavadoras (bulldozer) enviadas por las
autoridades de la época, que impulsadas por la depredación inmobiliaria
en pleno apogeo, iban a destruir el yacimiento arqueológico del periodo
ibérico-romano que perteneció a la ciudad romana de Lucentum, la
antigua Alicante, situada a 3 kilómetros del centro, en el área conocida
como Tossal de Manises, el patrimonio cultural más importante de la
provincia, a finales de la década de los 50, principios de los 60.
Finalmente decidieron evitar un escándalo aún mayor del que ya estaban
promoviendo y gracias a la atrevida acción de Sol, se consiguió la
paralización de la destrucción de los restos que estaban destinados a la
edificación de un hotel.
Más tarde Solveig consiguió que el Ministerio de Educación español
comprara los terrenos sobre los que se asentaban los restos, impidiendo
de este modo la desaparición y garantizando su actual existencia.
Pero además, Solveig fue una mujer valiente, independiente y decidida,
cuando en 1955 abandonó su Suecia natal, rumbo a España, primero
Madrid, donde estuvo dos años enseñando francés, a cambio de comida y
alojamiento, y después a Alicante.
Las primeras notas que tenemos de Solveig ya establecida en Alicante, se
recogen en el Diario Información en su publicación del 30 de diciembre de
1955 y nos la describe como “una licenciada sueca rubia de figura esbelta,
unas gafas estilo Marilyn y que habla correctamente castellano se dispone
a comenzar las prácticas arqueológicas en Alicante.
En otro artículo del mismo periódico el día 23 de abril de 1960 sus jefes la
describen así: “Trabaja de forma incansable. En las excavaciones agarra la
piqueta y no le rinden las horas. Resulta increíble. El entusiasmo la
mantiene y su método de vida. No bebe ni fuma. Alimentándose única y
exclusivamente de fruta y verduras, leche y alguna variedad de quesos.”
A partir de ahí trabaja incansablemente en distintas excavaciones de la
como la Escuera en San Fulgencio, en Jumilla, En el Monestil de Elda, etc…
Solveig es una mujer culta, con una mente maravillosa, habla 14 idiomas,
entre ellos el sanscrito, tuvo que dejar la arqueología por falta de
recursos. Ganarse la vida como Arqueóloga era muy difícil. Se vino a
Benidorm en la década de los 70, donde trabajó mucho en hostelería y
comía poco. Hasta que un día, débil se desmayó en la Plaza cercana a la
Iglesia y el párroco D. Luis, arqueólogo aficionado la llevó a su casa y le dio
de comer y la presentó en el Colegio Lope de Vega como profesora de
latín y griego. Allí le dijeron que no necesitaban ningún profesor de griego
y latín pero si una profesora de Ballet Clásico. -Aquí me tienes-respondió
Sol. Yo soy también profesora de Ballet Clásico.
Después de esa etapa y gracias al conocimiento de tantos idiomas, trabajó
en la consulta de un médico especialista en Estética.
También dio clases de sánscrito y de Yoga en Benidorm.
Mercedes acaba dando las gracias a Sol, por todo lo que nos ha dado, por
su dedicación y esfuerzo a la Arqueología Alicantina, por amar nuestro
patrimonio y ser una firme defensora de nuestra cultura. Gracias por
enseñarnos tanto. Gracias por tu generosidad.
No olvida la ponente mencionar a Rosa Antón, la hija espiritual de Sol, que
sube al estrado y nos relata algunos detalles actuales de Solveig
Nordtröm, que sigue activa y reside en Benidorm, donde se estableció en
los años 60. Colabora con el Grupo de Estudios Espíritistas Allan Kardec,
siendo impulsora de la difusión de este movimiento en su país de origen.
Muchas Gracias a ti Mercedes Ciges por tu buena intervención, los
aplausos de los asistentes lo corroboran. Hasta siempre.
“La acción es el antídoto ante las injusticias”

María Isabel López Villanueva