Con independencia de la Silla de Pensar que la Mutua Madrileña tiene instalada para sus posibles socios, según vemos a diario en los anuncios de TV, he decidido donar una silla similar para que sea utilizada por algunos funcionarios de nuestro Ay-untamiento, al objeto de conseguir un mínimo de coherencia en el desempeño de sus funciones. Eso sí, hago especial hincapié en su uso exclusivo por funcionarios, habida cuenta de que los políticos utilizan sillones ya que mi economía no me permite tal dispendio.

Me explico. La Junta Directiva de mi asociación vecinal AVANA, decidió realizar una reunión extraordinaria de asociados al objeto de debatir un tema de seguridad ciudadana y tomar, si procede, acuerdos pertinentes. A tal fin, me dirigí a la Concejalía de Participación Ciudadana que redirigió mis pasos al Centro Social Llorca Llinares, indicándome que podía solicitar una sala rellenando el correspondiente impreso, que no obstante si no me era posible hacer esa gestión, ellos podían hacerlo directamente. Hasta aquí todo perfecto. Rehusé su ofrecimiento habida cuenta de mi proximidad al Centro Social y a que dispongo de tiempo suficiente y así lo hice.

Mi esposa acudió al Centro Social, le facilitaron un impreso de solicitud, lo presentó pero le advirtieron que al no constar el CIF de la Asociación no tomarían en consideración la solicitud. Y ahora es cuando aparece mi deseo de donar una Silla de Pensar. Veamos, si para pedir el uso de una sala para una reunión de una Asociación de Vecinos piden la Cédula de Identificación Fiscal, solo caben dos posibilidades, o existe un convenio de cooperación con la Agencia Tributaria no sabemos con que fin, o bien el funcionario que ideó el impreso no tiene la menor idea de lo que significa identificación en este país y necesita usar la Silla de Pensar.

            En el caso que el peticionario fuera una persona física los únicos documentos identificativos autorizados son:

Documento Nacional de Identidad.

Pasaporte.

Permiso de Conducir.

Permiso de Residencia.

Identificarse ante la Seguridad Social, la Tarjeta Sanitaria y ante la Agencia Tributaria el CIF/NIF o Cédula de identificación Fiscal.

Por otra parte para ser funcionario público y con independencia de un mínimo de titulación exigible hay que demostrar la aptitud mediante una oposición -que no enchufación- para dar un servicio adecuado al ciudadano razón por la cual se remunera su trabajo. En el caso que nos ocupa entiendo que se pida el número de Registro de Asociación, incluso si la asociación peticionaria del servicio está dada de alta en el Registro Municipal de Asociaciones, pero exigir el CIF para que pueda reunirme con mis vecinos… ¡es de risa! o por mejor decir, para llorar… de risa.

Así que he decidido, aprovechando que ya han transcurrido mas de 40 años desde que la dictadura coartaba parte de mis derechos de reunión, a celebrar la reunión en mi casa y no colaborar con la incoherencia administrativa que nuestro Ay-untamiento pretende rodearnos. Pasó la dictadura y confío en que pase la PPdura, la PSOEdura y la incompetencia, aportando mi granito de arena. Por el momento yo tengo de todo, DNI, Pasaporte, Permiso de Conducir, Tarjeta Sanitaria, CIF… e igualmente mi asociación, CIF, nº de Registro de Asociaciones, Alta municipal… por ello entiendo -para quedar tranquilo y en paz- que a mi Ay-untamiento le falta mi donación: otra Silla de Pensar.

José Antonio Corachán Marzal