Benidorm

Benidorm.- Articulo de CORACHÁN

A UN PANAL DE RICA MIEL…

 

Aprovechando que hemos llegado un año mas al 9 de Octubre y ante la coincidencia de la aparición de un nuevo partido político CSD -Contigo Somos Democracia- (y ya llevamos no se cuantos, he perdido la cuenta) vengo a recordar al lector una fábula del escritor vasco nacido en La Guardia un 9 de Octubre, Felix M. Samaniego:

A un panal de rica miel

dos mil moscas acudieron

que por golosas murieron

puestas sus patas en él.

Somos ya tantos demócratas que resulta difícil andar por nuestras calles sin encontrarse con una “docenita” de ellos, por lo que me pregunto muchas veces ¿Serán demócratas o serán moscas ansiosas de nuestro pastel? Y sobre todo fijándome en los de cierta edad, en aquellos que vistieron la camisa azul y llevaban la mano en alto extendida y tras la caída del régimen se les cerró la mano hasta transformarse en puño y el color azul de su camisa se convirtió en rojo… ¿son demócratas o son moscas ansiosas del pastel político?

Otra dentro de un pastel

enterró su golosina.

Así, si bien se examina

los humanos corazones

perecen en las prisiones

del vicio que les domina.

 

Sale a la escena política un nuevo partido y como por arte de magia aparecen los demócratas de siempre, ven saltando de flor en flor y probando “esta me gusta, esta no me gusta” ¡que hastío, que fastidio, que tabarra, que latazo que dan! Siempre las mismas historias, con las mismas frase manidas y con los consiguientes bostezos de aburrimiento.

Da la impresión de que están todo ellos impacientes, nerviosos, esperando tras una línea hasta que al grito de ¡Maricón el último! salen disparados hacia el nuevo pastel democrático. Que tengo “cargo” (pastel), me quedo. Si no tengo cargo me agazapo, me acurruco, me escondo y espero que caiga alguien de arriba -o lo derribo- para hacerme sitio en el pastel.

El otro día me acerqué a una de esos panales picado por la curiosidad que no por la gula, intrigado por las nuevas siglas, curiosidad contagiada por mis gatos. ¿Nunca se lo he contado? Bueno, tengo cuatro gatos y todos ellos tienen una cosa en común: Son gatos y por lo tanto son curiosos. Y esa peculiaridad es contagiosa. Con ello quiero decir que estoy contagiado de curiosidad y por ello fui a husmear.

Por cierto, hablando de curiosidades he de decirles que llegué a Benidorm antes de que lo inventaran, sería por los años… ni me acuerdo, no había especulación del ladrillo, no había agua corriente en las casas sino aljibes, no había autopista de peaje, por no haber no había ni Hosbec, con eso está todo dicho, no hace falta ir mas lejos. Me alojé en la calle La Palma donde entonces se podía dormir por las noches y cuando la situación medioambiental empeoró, cambié a un ático en apartamentos Astoria pensando que con la altura me alejaría del mundanal ruido nocturno. Me equivoqué y tuve que trasladarme a la avenida Nicaragua. ¡Qué cambio! Entre pinos, en plena naturaleza, desde mi jardín veía el mar Mediterráneo (yo también nací en el Mediterráneo) solo había un ligerísimo inconveniente: En verano cuando soplaba la brisa del mar, no olía a Mediterráneo unas veces olía a Nivea y otras a Piz Buin, pero se podía soportar. Hasta que llegó el ladrillo y acabó con el paraíso Ya no hay mar, adiós a los efluvios de Nivea y Piz Buin y bienvenidas cucarachas y emanaciones del alcantarillado.

Bueno pero yo no estoy aquí para hablarles de mis gatos, de los pinos, del ladrillo, de nada de esto. Estoy aquí para hablarles de democracia y de las moscas. Ultimamente se me va la cabeza, deben se los años. Perdón. A lo que ívamos, estos demócratas de oferta (vote dos y llévese tres) se mueven por todas partes, ayer con unas siglas, hoy con otras y mañana con otras distintas, pero siempre alrededor del pastel. Claro, lo cierto es que les damos toda suerte de facilidades. Me explico, para poder optar a un puesto de trabajo por simple y sencillo que sea hay que adjuntar un Curriculum Vitae. Si el puesto a ocupar es de cierta responsabilidad no queda mas remedio que añadir el mayor número de títulos, certificados, homologaciones, y diplomas para tener una cierta posibilidad de alcanzar un sueldo de mileurista.

En cambio para “meterse” a político democrático ¿qué hace falta? Reconocerán -por lo visto- que no se necesitan diplomas, títulos o experiencia, solamente es necesario ser MOSCA. Y la verdad, cabe la posibilidad de que sea cierto: Contigo Somos Democracia. El problema es que yo no soy mosca. Feliz pastel.

José Antonio Corachán Marzal