Las orejas ¿de qué lobo? ¿No será el lobo de las ovejas? Vamos, que este buen hombre ya cansa, siempre quejándose, siempre llorando, mendigando favores y por supuesto aplaudiendo, haciendo palmas a los de siempre para ver si se convierten los aplausos en euros. El caso es que a veces tiene suerte y le va cayendo alguna subvención que otra, incluso despachos gratuitos. Al menos lo comido por lo aplaudido.

Dándole vueltas al tema del protagonista de la hostelería reglada, he llegado a preguntarme ¿no será que este buen hombre tiene miopía degenerativa? Analicemos el problema ocular: La palabra miopía nos viene del griego myops, palabra formada por otras dos: myein (entrecerrar) y ops (ojos) con lo cual aclaramos el efecto pero no la causa y la causa es que el globo ocular se elonga y el enfoque del cristalino sobre la retina se desenfoca, por lo cual las imágenes quedan borrosas y fuerzan -entrecerrando los ojos- a un mejor enfoque y con ello al comprimir el globo ocular para conseguir imágenes claras.

Así como globos oculares elongados (amelonados) hay dos -izquierdo y derecho-, lobos (para que sus orejas sean vistas) por lo visto solo hay uno… y ovejas hay muchas, muchas, hay un montón. Y ¿a dónde vamos a llegar si vamos por estos senderos borrosos? Vamos a llegar a no poder distinguir con claridad lo que tenemos próximo, en nuestras narices.

Ahora resulta que todo el problema turístico proviene de los apartamentos turísticos no reglados. Y esa es la génesis puesto que no tienen calidad ¿?, no pagan impuestos ¿? ¡Ah! sobre todo hacen la competencia, ya que de no existir, el buen hombre y los hoteles bajo su jurisdicción quedarían en monopolio y completos al cien por cien. Y esa si que es la situación ideal para un sector con 6.000 empleos y 1.200 millones de inversión, según dice.

Esa es la operación, porque “muerto el perro, se acabó la rabia”. Y no hay mas. Hay que acabar con los piratas abanderando una campaña de “apartamentofobia”. Mientras tanto hay que sobrevivir aunque sea a costa de los demás, quiero decir, aunque sea explotando salvajemente a los demás. Las camareras de piso esclavizadas (buena parte de esos 6.000 empleos) no cuentan. Los comerciantes, los propietarios de bares y restaurantes y todos los empleados que conllevan no tiene importancia alguna, implanto el “Todo Incluido” y a vivir que son dos días… sin tomar en consideración -por culpa de la miopía degenerativa- que todo ellos suman mas puestos de trabajo y mas inversión que sus supuestos 6.000 empleados y sus 1.200 millones de euros mal contados.

Sus cifras, me refiero a las que constantemente vierte este buen hombre, son las buenas, las otras cifras, las otras estadísticas, todas ellas están politizadas, son pura fantasía de los políticos de turno, que van hinchando e hinchando el globo cuando mas cerca están las elecciones. A fin de cuentas los turistas vienen buscando la calidad de sus hoteles, el buen servicio, la comodidad, el relax, no miran los precios. Los que miran su cartera a la hora de programar sus vacaciones son los otros, los pobres, los “fóbicos” los que han ido reduciendo el mes de vacaciones por los quince días, por la semana y actualmente por los puentes y el low cost generalizado.

El mercado de la hostelería ha de estar formado por los hoteleros reglados, por sus clientes y por quienes son maestros en manipular a unos y a otros: Los touroperadores. Sin olvidar que quien manda sobre todos ellos es la economía. Vemos por ejemplo lo que está ocurriendo con un sector de servicio público, con los taxis, la competencia mas o menos reglada les lleva a la violencia, porque a fin de cuentas el cliente no importa, es la avaricia económica la que mueve el mercado, lo hace variar y manda al final en el mismo.

Cuando la montaña no viene a mí, solo tengo una solución, ir yo en busca de la montaña, pero he de ir, no debo tratar de acortar el camino hundiéndolo con fobias, lamentos, prohibiciones e impuestos, para acortar distancias. Cambiar las tendencias de un mercado es labor muy difícil y en muchos casos imposible. Adaptarse, acoplarse al mercado es mucho mas fácil menos costoso y sobre todo mas práctico.

Por cierto, para evitar equívocos, no tengo apartamentos turísticos en alquiler y si alguna vez recibiera una subvención oficial, cumpliría la ley, que para eso está. Daría buena y transparente razón del uso de ese dinero público.

José Antonio Corachán Marzal

Vecino afóbico