LA CANDIDATURA DE XIMO PUIG REINDIVICA EL APOYO SOCIAL AEN SU CIERRE DE CAMPAÑA

El final de la intensa campaña que ha vivido el PSPV durante las últimas semanas precede a su día decisivo: la votación de este domingo en la que Ximo Puig o Rafa García saldrán vencedores para liderar el partido. Durante estas semanas, ambas candidaturas se han movido con mucha prudencia aparente. Aunque en privado existen pronósticos. Los partidarios del presidente de la Generalitat apuestan por una victoria de un 65%-35%, mientras los del alcalde de Burjassot reconocen la dificultad de ganar, pero creen que la derrota no sería con tanta diferencia (un 45%-55%). Y es que aparte de la importancia de quién resulte ganador, también habrá que tener en cuenta si se trata de un triunfo absoluto (claramente mayoritario) o a medias de cara a la conformación de la nueva Ejecutiva.
La campaña ha puesto de manifiesto la profunda división que existe en el PSPV. Aunque los mensajes entre las candidaturas no han sido especialmente abruptos, sí que han existido episodios de mayor tensión en las redes sociales. El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez; el síndic del PSPV en las Cortes, Manolo Mata; y la diputada socialista en la cámara valenciana Rosa Peris, lo admitían este viernes: «Se ha desarrollado sin confrontación, basada en ideas y en la proximidad con los militantes. Ha sido limpia, aunque contaminada por algunos comentarios» a través de Twitter o de Facebook, señalaban.
Tanto Puig como García se han dedicado a recorrer localidades y numerosas agrupaciones socialistas reivindicando la voz de la militancia. Uno de los retos, precisamente, es la movilización de las bases, que confían en que sea de alrededor del 80%. Con este objetivo sigue la campaña hasta el final, y este mismo sábado ambos candidatos tienen prevista una amplia agenda por municipios.

«Se ha acabado el tiempo en el que cuatro deciden y el resto de militantes pagamos cuotas y pegamos carteles», indicó. Uno de sus mensajes más constantes durante la campaña para dejar patente que la dirección de los socialistas valencianos ha estado demasiado tiempo encerrada sin pisar la calle.
Por su parte, desde la candidatura del jefe del Consell hacían énfasis en que detrás de Puig hay un «movimiento social que no se detiene» y que se ha demostrado en las «adhesiones de militantes y sectores sociales» en el centenar de actos que han celebrado en 15 días. «Esta no ha sido una campaña orgánica, porque además de un modelo de partido tenemos un modelo de país en el que se integran jóvenes, sindicatos, movimientos culturales, el valencianismo progresista y el municipalismo», afirmó Jorge Rodríguez.
El presidente de la Diputación de Valencia también apuntó al componente coral de la candidatura de Puig, que «huye de los personalismos». Además, señaló que el PSPV «no es un partido de blanco o negro sino de gobierno, con una capacidad transformadora que se viene demostrando en los 150 ayuntamientos en que gobierna, la Diputación de Valencia y la Generalitat».
Con un Puig centrado en transmitir que la presidencia de la Generalitat tiene que ir de la mano del poder en el partido y desterrando la guerra de familias orgánicas, y un García incidiendo en que el PSPV se encuentra sin actividad, las horas para la decisión final son ya contadas. Tras la primera victoria del jefe del Consell en el pulso de los avales, la decisiva llegará con las votaciones.
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