
La presidenta andaluza y aspirante a liderar el Partido Socialista, Susana Díaz, ha vuelto a alzar hoy su voz. «Si soy presidenta del PSOE no me voy a callar y no voy a permitir que los votos socialistas sirvan para entregar este partido a nadie». La socialista ha pedido este sábado «rebeldía» a los afiliados socialistas para «levantar» al partido y así «levantar un nuevo país». En un mitin en Elche (Alicante), Díaz ha reclamado a la militancia «orgullo» para que «nadie» les acompleje «de nada».
«Creo que en esta nueva etapa, el PSOE tiene que hacer lo que hace muy bien: acercarse a los problemas de los ciudadanos y solucionarlos», ha dicho la presidenta de Andalucía, que ha presentado su candidatura en la provincia de Alicante acompañada por el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, y los alcaldes de Elche, Carlos González, y de Alicante, Gabriel Echávarri.
Ante medio millar de afiliados y simpatizantes en el Poliesportiu de Carrús, Díaz ha pedido «el apoyo y la ayuda» para ser secretaria general y ha afirmado que se dejará «la piel» porque cree en el partido: «Hoy tengo el honor de pedir la confianza para dirigir este partido».
Díaz ha abogado por un PSOE «unido, ganador y sin complejos» en el que se hable «bien» de los compañeros «apoyen a quien apoyen». «El trabajo que tenemos por delante es enorme, es nuestra carrera; no pido perdón por querer ganar, me gusta; es la mejor manera de cambiar la vida de las personas, que las instituciones estén al servicio de la gente», ha defendido.
Para ello, ha insistido en que el PSOE debe ganar las próximas elecciones generales «por ser los mejores, por tener la respuesta, y garantizar que los ciudadanos vivan mejor», y no por «los errores de los otros»; y se ha referido a «hechos bochornosos» conocidos «estos días» que «avergüenzan a un país».

Radiales y corredor mediterráneo
En su discurso, Susana Díaz se ha mostrado «radicalmente en contra» de unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) que, a su juicio, «están maquillando los ingresos», mientras se solicita un préstamo de 10.000 millones de euros «para el Fondo de Reserva» y que da «la razón» a quienes alertaban de que se estaba «vaciando la caja» de la Seguridad Social.
También se ha sentido «orgullosa» de la herencia legada por «Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, de todos los alcaldes y alcaldesas» y ha exigido blindar la dependencia; la sanidad, «para devolverla a lo público» porque se han acabado «los derroches», y la educación pública.
Frente a ello, ha lamentado que el Gobierno diga «que no tiene dinero» para el Corredor Mediterráneo, en las comunidades que aglutinan «la mitad de las exportaciones» españolas, y le ha precisado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que «lo que tiene que hacer, de manera urgente, es no pagar los ‘caprichitos’ de las –autopistas–, radiales de los amigos de Aznar y dedicar todo ese dinero al Corredor del Mediterráneo».
«Hay que querer hacerlo bien. Cómo nos va a acomplejar a nosotros esta derecha que cuando gobierna hay más desigualdad y más crispación social. Pero tampoco me va a acomplejar quien dice ser más de izquierdas que nosotros y les pregunto: ¿cuántas escuelas públicas habéis hecho? ¿Qué sistema de pensiones público habéis hecho? Porque si vosotros no lo habéis hecho, los socialistas sí», ha comentado.
Así, les ha exigido «respeto» para el PSOE porque su «hoja de servicios está llena de derechos, libertades y oportunidades para este país».
«No me voy a callar»
En ese sentido ha expuesto: «Doy mi palabra de que si soy secretaria general del PSOE no me voy a callar y no voy a permitir que los votos socialistas sirvan para entregar este partido a nadie», y ha dicho querer un PSOE «100% de todos los socialistas, de todos los acentos y de todas las generaciones, y 100% comprometido con España».
Finalmente, ha rechazado la política basada en «el rencor y el odio, que no trae nada bueno» y ha apostado por una política que «construye en positivo».
AL MARGEN
CON EL «NO ME VOY A CALLAR» NO MERECE SER GANADORA
Si tiene algo que decir que lo diga ahora, no si llega a ser la elegida. No es nada positiva esta expresión en campaña, menos aún cuando añade, un poco mas abajo, «de la política del rencor y odio», es totalmente un contrasentido estas manifestaciones.
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