José Asensio y Maria C. Murciano
Concejales del Grupo Municipal Socialista

Relleu es un pequeño paraíso de la comarca de la Marina Baixa, un trozo de cielo donde las condiciones de vida son inmejorables, cerca del mar y enclavado en la montaña. Lo tenemos todo para ser felices en nuestro pueblo, pero no hay cielo sin infierno. El actual gobierno municipal persiste desde hace demasiado tiempo en la idea que generar espacios de beneficios para unos vecinos y espacios de castigo para otros. Dicho de otra manera: no se trata por igual a los que son iguales. Hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en Relleu.
Se genera por diferencias en los tratos que profesa el Ayuntamiento, el equipo de gobierno del PP, en la tramitación de documentos para permisos y licencias; en el trato más o menos abierto; en la complicidad con determinados proyectos a favor o en contra; en la lucha por los derechos ante otras administraciones. O lo que es peor, directamente porque se ataca a unos vecinos que piensan diferente, o simplemente porque piensan. Esta situación se aplica con evidentes diferencias en los criterios de flexibilidad con respecto a unos vecinos frente a otros. Muchos son los ciudadanos que han visto que las licencias de obras son imposibles, mientras otras se generan con absoluta facilidad. Hay tratos diferentes para vecinos de unos caminos frente a los vecinos de otros. Hay personas que sufren en sus casas desperfectos ocasionados por la construcción ilegal de grandes edificios, sin que el Ayuntamiento mueva un dedo para solucionarlo o para ofrecer su ayuda en la defensa de los derechos del vecino frente al empresario o seudo-empresario. Empresarios que pisaron la alfombra roja para terminar desapareciendo con pingues beneficios.
Algunos vecinos han optado por distanciarse de su pueblo, sus casas o familias, ante la presión social generada o permitida. Algunas han decidido luchar por los derechos de todos – como muchos socialistas – a pesar de ver los derechos propios cercenados y coartados.
Todo ello en un clima de ‘venta de humo’ como si Relleu vivieran en una Transilvania constante, sumidos en una constante niebla que todo lo cubre. Porque otro de los problemas de nuestro pueblo es la niebla que no deja ver nada. Esa niebla impide que se busquen responsabilidades a los que protagonizaron una expansión urbanística ruinosa, que ha destrozado importantes espacios de nuestro municipio, sin solución posible. No sólo hay edificios en limbo jurídico, que parece que terminará en sus cimientos como testigo eterno de lo que nunca se tuvo que hacer; sino urbanizaciones completas sin viabilidad ni beneficio ninguno para el conjunto de los vecinos y vecinas de Relleu.
Así ocurre con los Planes Generales de Ordenación Urbanística, que en dos ocasiones han sido rechazados por la Generalitat Valenciana. Como si hubiera un intento de seguir sin norma básica, sólo con Normas Subsidiarias, como excusa perfecta para seguir haciendo de nuestro pueblo y su territorio atentado contra atentado.
Relleu necesita algo más que ser un pueblo de dos velocidades, donde un carril de lentos siempre está pensado para los que no comulgan con las ideas de los que mandan. Relleu, con nuestras diferencias, nuestras ideologías y nuestras opciones políticas, debería ser un paraíso de convivencia, donde todo el mundo tiene las mismas reglas, se respetan y se juegan en la misma división.
Tenemos lo suficiente para hacer de nuestro pueblo un lugar de progreso. Y tendríamos más si fuéramos capaces de unir fuerzas en la lucha por más inversiones, ser más atractivos para la ubicación de empresas reales y no compañías fantasmas.
Tenemos la posibilidad de defender nuestra agricultura, de ser un polo de atracción de turismo rural, ofrecer al conjunto de la provincia de Alicante un espacio único, un entorno que también genera riqueza y progreso. Pero, desafortunadamente, todavía hay algunos que sacan más provecho dejando a Relleu en un rincón, fuera de todo.
Esperamos que esta automarginación a la que nos lleva no sea para que sus formas y maneras no se vean mucho. Porque tenemos una mala noticia: aunque no se vean, son muchos los vecinos que las sufren; y hay un grupo de personas – las que formamos el PSPV-PSOE – que vamos a defender la igualdad de todos y cada uno de nuestros vecinos, piensen lo que piensen y voten lo que voten. Por dignidad. Por Relleu.
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