Mariano Rajoy en su comparecencia
El presidente en funciones esquivó por primera vez el ultimátum de Rivera —“Solo negociaremos con candidatos que confirman fecha para su investidura”— y sus seis condiciones al día siguiente de su reunión. Pidió “consultar el documento” con su ejecutiva, a la que citó una semana después. Pero este miércoles, cuando compareció ante la prensa tras reunir a su comité ejecutivo, se limitó a decir que le habían transmitido “autorización” para negociar con Ciudadanos —como si antes no la tuviera— y se negó con desdén a valorar las condiciones de Rivera. “Podemos aceptar muchas cosas. O no”, dijo.
“Lo que procede ahora es que yo pueda tener una conversación con el señor Sánchez para ver si realmente quiere repetir las elecciones. Para fijar fecha para el debate de investidura es muy importante contar con su opinión”, añadió Rajoy. Su jefe de gabinete, Jorge Moragas, llamó el martes al del líder socialista, Juan Manuel Serrano, para comunicarle que querían hablar con el PSOE de la fecha de investidura, pero Sánchez transmitió a su equipo que él es la última persona con la que el PP debe negociar eso. Rajoy, no obstante, hizo cuentas este miércoles sumando los 32 escaños de Ciudadanos y el de Coalición Canaria y confía en que la presión de esos 170 votos ablande al PSOE hasta la abstención —el PP necesitaría 11 votos en ese sentido—. Los socialistas insisten en que no se moverán del no por motivos “ideológicos y éticos”.
Rajoy no solo rechazó valorar los requisitos marcados por Rivera, sino que, pese a que así lo había anunciado tras su última reunión con él, negó que hubiese convocado a la ejecutiva con ese propósito. “Nadie ha dicho una palabra de las condiciones”, aseguró. En realidad, según asistentes, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera comentó que algunas de ellas ya estaban en el fondo del programa electoral del PP. Y la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, que gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos, recordó que, aunque no había sido un camino de rosas, su pacto, en el que ya figuran tres de las condiciones que Rivera exige ahora a Rajoy, funciona en la Comunidad de Madrid.
La reunión duró casi dos horas. Rajoy hizo una larga exposición recordando qué había pasado desde las elecciones del 20 de diciembre y, como hizo después en público, alertando de los peligros para la economía y la imagen de España de mantener el bloqueo político. Después tomaron la palabra casi todos los líderes regionales del PP (Madrid, Murcia, Castilla y León, Valencia, Asturias, País Vasco, Extremadura, Aragón, Andalucía, La Rioja y Cataluña) para transmitirle su apoyo. Herrera comentó que el PP necesitaba “un revulsivo” y que el mejor sería celebrar en cuanto se pueda el congreso del partido, donde deben elegir nuevo líder. Debía haberse celebrado ya, pero Rajoy decidió posponerlo hasta la formación de Gobierno.
Decepción de Ciudadanos
Fuentes de la dirección del partido insisten en que el líder del PP no rechaza las condiciones de Rivera y que pretende negociarlas con él en detalle a partir de hoy, cuando vuelvan a reunirse en el Congreso. Ciudadanos tuvo que admitir este miércoles su sorpresa y decepción tras escuchar la rueda de prensa de Rajoy, en la que esperaban oír la respuesta a sus requisitos. “Para esto no hacía falta esperar siete días”, comentó, resignado, José Manuel Villegas, vicesecretario general. “Rajoy ha vuelto a hacerle perder el tiempo a todos los españoles”, declaró, molesto, Fernando de Páramo, secretario de Comunicación. Ciudadanos, en cualquier caso, prefiere esperar a la reunión de hoy para tomar medidas. “Si el PP firma el pacto anticorrupción y se pone fecha de investidura, se abrirá negociación. Si no, bloquearán España por su corrupción”, tuiteó Rivera.
Casi ocho meses después del 20-D ningún partido se atreve a descartar las terceras elecciones.
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