LOS CUATRO MEJORES ALCALDES

Francisco José García
Hay algunos ciudadanos que tienen la tendencia de comparar y a veces confundir la labor de un alcalde, o de una alcaldesa. Lo que está muy claro que en L’Alfàs del Pi, Benidorm, Finestrat y la Nucia son un ejemplo a seguir en gestión y transparencia. Lo que es del Cesar es del Cesar.

Los ciudadanos queremos.

1. Una ciudad segura. Eslabón casi supremo en la pirámide de Maslow. La seguridad aporta a los ciudadanos tranquilidad para convivir y emprender. Un buen alcalde debe priorizar que cruzar el barrio no sea un problema a las once de la noche. Que a nuestros hijos no les asusten con atracos ni roben colgantes a nuestras madres o abuelas en plena calle.

2. Que fomente la economía local y cuide de nuestro comercio. Que haga lo posible por ayudar a los emprendedores y creadores de empleo de la ciudad. Que ayude a que se contraten empresas locales para las licitaciones públicas (el dinero revierte por completo en la ciudad) y que cuide de las grandes marcas que ya tenemos aquí (que dan nombre a la ciudad y generan empleo). En una ciudad como la nuestra, debe cuidar al comerciante local y saber que cada bazar chino que se abre es un pequeño fracaso.

3. Que no ponga excusas y no actúe por venganza. No queremos un alcalde que se escuda en el anterior gobierno. Si uno se presenta a edil debe conocer la herencia que recibe. Y si no la conoce, apechugar y no excusarse. No queremos lamentos por, aunque sea cierto, ‘Al toro’ y a trabajar. Y menos lágrimas. Tampoco queremos que actúe por venganza ni gobierne con rencor político.

4. Que tenga la ciudad limpia. No se puede permitir que en los periodos vacacionales de los trabajadores de la basura quede la ciudad llena de basura. La limpieza no se ve. Nadie se percata de ella. Y así debería ser en nuestra ciudad o pueblo, que fuera un tema del que no se hablara.

5. Que no anteponga el interés del partido… pero que sea fiel a los principios del mismo. No nos vale alguien que piense más en el partido político o en su carrera dentro del mismo que en la ciudad, pero tampoco alguien que se olvide de la ideología a la que pertenece.

6. Que no nos haga sentirnos robados ni nos haga perder el tiempo. No hay nada peor que sentirse robado. Por una multa injusta o una decisión municipal arbitraria. Queremos pagar por tener una ciudad mejor, pero no que aprovechen la más mínima ocasión para obtener más beneficios. Ni dinero, ni tiempo queremos perder. Que es oro y no nos gusta malgastar las horas con trámites burocráticos.

7. Que haga del Ayuntamiento un ejemplo de transparencia. Que las cuentas sean accesibles y comprensibles para todos.

8. Debe tener un buen sueldo pero ser responsable de sus decisiones. Una buena nómina para que no quiera meter mano en la caja y para que se sienta responsable de sus actos. Si se toman decisiones que perjudican en millones de euros las arcas de la ciudad debe responder. Ante los ciudadanos primero y, si es necesario, ante la justicia.

9. Que sea claro y trate al ciudadano de forma inteligente. Que no juegue con los eufemismos típicos de los políticos de hoy en día. Basta de ‘crecimientos económicos negativos’ (decrecimiento), ‘ticket moderador sanitario’ (copago) o ‘recargos temporales de solidaridad’ (subidas de impuestos). Si se sube el IBI que se diga claramente. Si se vende una empresa pública que se explique. No debe tratarse al ciudadano como tonto.

10. Que haga lo posible para que no se pase hambre. Que cuide de lo más importante. Un techo y una comida para los que, vete a saber por culpa de qué o de quién, no pueden hoy tener acceso a algo tan básico. Para esto, no deberían faltar euros.