Alfaz del Pi

OPINION.- El Neofascismo que viene

 

EL NEOFASCISMO

Mañana será un día aciago y triste para este país y su democracia. Mañana entrará en vigor la Ley de Seguridad Ciudadana del radical ultraconservador católico Fernández Díaz, ese supernumerario del Opus al que le pagamos sus idas y venidas en coche oficial y con escolta al Valle de los Caídos, cuando va a rezar a su virgen, a la que compra con medallitas y lisonjas cual adolescente (de los de antes) enamorado. Pero esto es solo un síntoma de un pecado mayor en el que está cayendo Europa: en tanto que totalitario, se nos está imponiendo y nosotros consintiendo el fascismo económico radical de los poderes económicos que quieren erigirse en defenestrador de democracias y voluntades populares.

Echo en falta un poco más de llamar a las cosas por su nombre y al fascismo, fascismo; entendiendo como tal la instauración de un régimen totalitario que lleva aparejada la pérdida de libertades de la ciudadanía y el sometimiento a un régimen ajeno al poder que deviene de la voluntad popular expresado en las urnas. Y quien dude que el poder económico está imponiendo sus intereses por encima de la libertad y los derechos más básicos de los ciudadanos, es que no sabe muy bien el mundo en el que vive o forma parte, o lo pretende de las élites financieras. La política austericída implantada en Europa a raíz de esa estafa llamada crisis no ha servido para nada que no sea dolor y calamidades para los ciudadanos más desprotegidos, sobre todo. Perdón: rectifico porque el que tiene boca se equivoca: ha servido para hacer más rico al rico y que estos aumenten en número, y para que el pobre sea más pobres y estos aumenten, y mucho más aun, en número. Y a esto es a lo que quieren que nos apuntemos y abracemos con esperanza e ilusión las ratas de traje gris y azul que pululan por algunos despachos. ¿He dicho ratas? Perdón: los hijos de puta de traje gris y azul que pululan por algunos despachos.

Pero este nuevo neofascismo tiene algunos rasgos que lo diferencian de los conocidos hasta ahora, porque y por ejemplo no ha necesitado imponerse por la fuerza de las armas y tras cruentos enfrentamientos entre estos y los defensores de la democracia y la libertad al uso. Controlan las instituciones de las que nos han hecho dependientes: Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Agencias de Calificación, Bancos públicos y privados, Fondos de Inversión, etc. y controlan a políticos y medios de comunicación para ayudarles en la implementación de su dictadura económica.

Este botarate que tenemos en este país de presidente nunca ha tenido ni voz ni voto en las decisiones importantes en Europa porque, sencillamente, es un manso más. Miradlo bien. Observad bien la cara de satisfacción personal cuando habla de que gracias a la política económica del gobierno este país está saliendo de la crisis. Miente porque este gobierno no ha tenido en momento alguno política económica ninguna, simplemente se ha limitado a hacer lo que le dictaban desde Berlín-Bruselas, y en los campos en los que han tenido una mínima libertad para actuar, nos han impuesto una reforma laboral del agrado de los fascistas económicos y de los avaros empresarios amigos del dinero fácil y rápido, o bien han vaciado las arcas de la Seguridad Social para pagar los intereses de una deuda más que sospechosa de ser ilegitima en buena parte de ella, o bien se han puesto a vender a sus amigos servicios públicos, o bien nos imponen, como mañana, una Ley de Seguridad Ciudadana que, y tal como apuntan algunos medios de comunicación extranjeros, nos retrotrae a la dictadura fascista de Paca la culona, como llamaba Queipo de Llano a Franco. No deja de ser cachondo, por otro lado, o curioso, o paradójico, y pedagógico incluso, que desde una cueva llena de ladrones como es el Partido Podrido; perdón: Popular, se lancen soflamas y campañas para acusar de populistas a otros, llamándose ellos como se llaman Populares. En las 6 acepciones que recoge la RAE de la palabra popular no he visto ni una sola que pueda hacer ni la más mínima alusión a algo que sea peyorativo o de algo de lo que tenga uno que avergonzarse. Popular: 1. Adjetivo perteneciente o relativo al pueblo. 2 Adjetivo que es peculiar del pueblo o procede de él. 3. Adjetivo propio de las clases sociales menos favorecidas. 4. Adjetivo que está al alcance de los menos dotados económica o culturalmente. 5. Adjetivo que es estimado o, al menos, conocido por el público en general. 6- Adjetivo dicho de una forma de cultura: considerada por el pueblo propia y constitutiva de su tradición. ¿Populismo? ¿Qué mayor populismo que aquel que proclama que yo o el caos? Este continuo y machacón esfuerzo que hacen a diario para tergiversar el significado de las palabras denota, además de una falta de respeto hacia la cultura y falta de cultura preocupante, una poca vergüenza que supera a la poca vergüenza que tienen los ladrones cuando te sisan con los tres cubiletes y la bolita, los trileros.

Y vemos como en otros sitios, como Grecia, es más difícil que la dictadura económica fascista se acabe imponiendo que aquí, porque aquí, a diferencia de Grecia, estamos gobernados por los hijos ideológicos, y cuando no con lazos sanguíneos y de otros tipos, del fascismo. No lo harán, no al menos sin que el pueblo haya hablado en las urnas y elegido libremente su destino. Los enemigos o los detractores, los que lo ven mal, los que dicen que es un error el referéndum griego, todos esos están en contra de la democracia y a favor de ese régimen económico que, os recuerdo, aquí y entre otras muchas cosas consiguió reformar nuestra constitución en su artículo 135 para favorecer a posteriori toda una serie de reformas, como la laboral, que eliminaba de un plumazo derechos y libertades ciudadanas. Son mansos o vendidos a esa dictadura y, por tanto, no hacen otra cosa que campaña en favor del fascismo financiero.

Que Grecia lo tiene mal es evidente, gane el No o gane el Sí. Porque que gane el Sí y triunfe el neofascismo económico va a significar décadas de sacrificios, de esfuerzos y de penalidades de una población que no sabe cuándo ni cómo va a poder pagar la deuda sin crecimiento, crecimiento que ahoga el pago ineludible de esa deuda. El Sí que proclaman los amigos de lo ajeno como estos corruptos del PP, está absolutamente exento de la más mínima preocupación por el daño que eso va a causar y, lo que lo prueba, es que no quieran ni que el pueblo se pronuncie. El Sí que proclaman estos ladrones del PP oculta una realidad: que el pueblo griego, a pesar de que tiene sus peculiaridades, algunas de ellas que deberían mejorar en materia sobre todo de responsabilidad fiscal, ha sido saqueado por los fondos de inversión y bancos como el Deutsche Bank; la propia Francia vendió muchas más armas de las que necesita el ejército griego a un precio desorbitado, aprovechando las corrupción de los mandos militares y del gobierno del Pasok, lastrando así aún más el déficit público. El Sí que proclaman esos fascistas del PP es el Sí de los acreedores que actúan única y exclusivamente como tales y no como políticos, ya que un político lo primero, y lo segundo, y lo tercero, y así indefinidamente, que busca y en lo que trabaja es en encontrar soluciones políticas y no imponer, humillar y menospreciar las penalidades de la gente que sufra de sus atropellos.

Ese es el nuevo fascismo en el que vemos sentirse muy cómodos a los Rajoy, de Guindos, Esperancitas y Cospedales. En ese neofascismo de nuevo cuño le han dado acomodo a toda una batería, por otro lado, de medidas que vienen a significar el alto componente ultracatólico y ultraconservador de este gobierno, cómo y por ejemplo la nueva adquisición para el ministerio de incultura que dejó Wert (si tanto le importaba y le preocupaba su reforma educativa y era para tanto y tanto bien de los españoles ¿cómo se va así de buenas a primeras dejando el marrón a otro?; ¿no era Wert un toro bravo que se crecía ante el castigo, no decía que solo arrojaba la toalla cuando salía de la ducha? Será que cuando la nave hace aguas, las ratas suben a cubierta…). El nuevo e inútil flamante ministro de incultura llamado Íñigo Méndez de Vigo, ultracatolico él, casado con una prima del ministro de defensa y prima también del empresario Borja Prado (residente de Endesa). ¿Inútil? Sí: porque ya no le queda legislatura ni tiempo para hacer nada en el ministerio que no sea cobrar, firmar algún papelito y asegurarse el título de ministro para su curriculum. Hay que colocar a amigos antes de que se acabe la fiesta porque hay que devolverle favores prestados al partido, y no es previsible que este individuo tenga tiempo para superar las tonterías del Wert, entre las que os recuerdo, dijo: “la educación pública ha dejado de contribuir a la sociedad”. Quédate en Paris… pero por favor, sobre todo, quédate en París.

José Varela