Comenzó bien plantado el Benidorm, muy seguro en la faceta defensiva y marcando con facilidad. Sin embargo, tras un primer parcial de 1-3 para los levantinos, el Villa de Aranda no tardó en despertar, igualar la contienda y comenzar a imponer su ley. Los hombres de Jacobo Cuétara consiguieron incrementar su efectividad con miras a gol y empezaron a despegarse en el marcador al ritmo de Oswaldo y Cabanas, perfecto desde los siete metros y muy incisivo desde el extremo.
El conjunto arandino aprovechó una doble superioridad mediado el primer tiempo para firmar un parcial de 3-0 que le permitió terminar de despegarse en el marcador (14-9). A raíz de ese parcial, el Villa de Aranda se sintió más cómodo, a pesar de los cambios introducidos por Latorre en defensa para vigilar en corto a Diego Camino y Oswaldo. Sólo Grau y Jiménez parecían capaces de plantar cara y con sus goles intentaron que la ventaja no se disparara. A pesar de ello, el Blas-Gon, que llegó a estar siete arriba (18-11), cerró la primera mitad con una ventaja relativamente cómoda de cinco goles (20-15). El partido parecía encarrilado para el conjunto local, pero el Benidorm se encargó de poner el picante en la segunda mitad. La sensible mejora defensiva protagonizada por los hombres de Fernando Latorre les permitió ir recortando diferencias poco a poco.
Los benidormenses pudieron terminar de igualar el choque mediada la segunda parte aprovechando una doble superioridad numérica, pero el Villa de Aranda aguantó bien la presión. Sin embargo, el Benidorm no había dicho su última palabra y a falta de cinco minutos reducía la diferencia a la mínima expresión (27-26), momento en el que el Blas-Gon tiró de oficio para matar el partido. Un gol al contragolpe de Cabanas, que acabó con 9 tantos en su cuenta particular, y un regalo de Cuartero desde el extremo permitió al conjunto arandino sentenciar el choque y de paso gustarse, con un 6-1 en el último parcial. Con este resultado, el Benidorm pierde algo de comba en su lucha por los puestos europeos, mientras que el Blas-Gon deja muy encaminada su salvación a falta de cinco jornadas.