Alfaz del Pi

CAPÍTULO PRIMERO.-El suicidio político de UPyD

SEDE UPuY-LLEGADA TONI CANTO

Toni Cantó ha salido del centro de la escena política con elegancia. Deberíamos decir con normalidad, porque cuando se discrepa de la línea de un partido y de la estrategia de su dirección es imposible representarles. El problema es que lo que debiera ser habitual en la política española es lo excepcional, ética y estéticamente. Ahí tienen a los diputados críticos Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, aferrados a sus escaños. O a los eurodiputados Calvet y Maura, que se van como independientes pero con el cargo a cuestas a la espera de aterrizar en Ciudadanos. Cantó desmintió que renunciara a ser candidato a la Generalitat y diputado nacional porque se lo pidiera Albert Rivera, como condición para encabezar su candidatura por Valencia en las elecciones generales, pero aunque así fuera no deja de ser un comportamiento leal con UPyD, y honesto con los votantes.

La formación magenta ya no puede disimular su crisis. En una semana han creado tres gestoras en Andalucía, Castilla y León y Asturias; otras direcciones territoriales se plantean rebelarse como Ignacio Prendes en Asturias y preguntar a la militancia si quieren unirse a C’s; tres de los cinco diputados nacionales -incluyendo al dimitido Cantó- son críticos con la línea del partido, igual que dos de sus cuatro europarlamentarios a los que expulsan por defender la alianza, como antes hicieron con Sosa Wagner. La dirección nacional camina con paso firme hacia un lado, y una buena parte de la organización y sus votantes hacia otro. Concretamente hacia C’s. Es el anuncio de un suicidio político colectivo, como en una escena del cine mudo.

El futuro de UPyD es complicado. Las encuestas auguran un gran batacazo en las municipales y autonómicas si se presentan en solitario, y desde luego en la Comunidad Valenciana sería insólito que superen el 5% sin la popularidad que les aportaba Cantó. Si los pronósticos se cumplen, el congreso que celebrarán en junio solo certificará la irrelevancia del partido, su disolución o ruptura. Es la desaparición de un buen proyecto político regeneracionista que no ha sabido aplicárselo internamente. Una lástima.

benigno.camanas@elmundo.es